Mujeres e injertos capilares

La alopecia femenina es curiosamente un problema sobre el que prácticamente no se habla, pero eso no quiere decir que no exista. Aunque en menor porcentaje de lo que ocurre con los hombres, las mujeres también sufren pérdida de cabello por causas muy diferentes. Entre ellas destaca la hormonal, ya que si se tienen altos niveles de testosterona el cabello puede caerse.

También puede ser por falta de vitaminas, causando que el pelo esté por toda la cabeza, pero en mucha menor cantidad. Esto hace que el cuero cabelludo se vea claramente, ya que no hay suficiente pelo para cubrirlo. En este caso, lo habitual es que el pelo vuelva a salir, porque la raíz no tiene por qué estar afectada, aunque lo cierto es que no siempre es así y la mujer puede quedar con poco pelo para siempre.

Los nervios y el estrés hacen que el cabello se caiga, pero en este caso ocurre solo en determinadas zonas. Es el caso de las mujeres que presentan calvas en áreas del cabello. En la mayoría de los casos, el pelo vuelve a salir pero no hay ninguna garantía de que vaya a ser así y si al cabo de un tiempo no se ha vuelto a repoblar la calva quizás haya que asumir que el pelo se ha ido para siempre.

Por último y no menos importante, los tratamientos como la quimioterapia, pero también otros más suaves, pueden acabar atacando al pelo y haciendo que este se caiga. En este caso, el pelo puede volver a salir, pero en casos como los de los tratamientos de radioterapia, la raíz del cabello muere y por tanto, no puede regenerarse.

Una solución definitiva para el problema

Para todos los casos en los que la raíz del pelo se haya muerto y no haya forma de que vuelva a salir el cabello, la solución definitiva para el problema pasa por los implantes capilares. Se trata de quitar pelo de una zona en la que sí lo haya para trasplantarlo a la zona en la que no hay. De este modo, el pelo prende y la raíz viva sigue actuando tal y como lo haría en su lugar original de partida.

Los implantes de cabello son una solución segura, no duele, no deja cicatrices y permite que la persona recupere su aspecto en muy poco tiempo, el que tardan en brotar los nuevos pelos.

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