Existen dos tipos principales de contactos eléctricos: los contactos directos y los contactos indirectos.
Cuando hablamos de contacto eléctrico directo, nos referimos al contacto que sufre una parte del cuerpo con un elemento activo de una instalación eléctrica, denominándose elemento activo a aquel que en condiciones normales se encuentra en tensión; ejemplos de elementos activos de una instalación eléctrica pueden ser los cables de fase o los contactos de un interruptor.
Este tipo de contacto es poco común y suele producirse cuando se está manipulando internamente la instalación.
Su prevención resulta sencilla y normalmente consiste en alejar las partes activas de las zonas comunes de contacto (botoneras, puertas abatibles…) o de aislar adecuadamente las mismas.
Los contactos indirectos son más comunes y difíciles de detectar a simple vista.
Se dice que se ha producido un contacto eléctrico indirecto, cuando una parte de un aparato o instalación que se encuentra bajo tensión debido a algún fallo de aislamiento o de otra índole, dicho de otra manera, que en condiciones normales de funcionamiento no debería estar en tensión.
Como se ha dicho al principio este tipo de contactos son más comunes que los directos y seguro que a todos nos ha pasado alguna vez que la carcasa metálica de algún electrodoméstico nos ha dado calambre, esto es un ejemplo un contacto indirecto.
Los contactos eléctricos indirectos no son tan fáciles de prevenir como los directos, el medio más eficaz para prevenirlos es una buena toma de tierra asociada a una adecuada protección diferencial. Cuando se produce un contacto indirecto, la protección diferencial debe actuar dejando fuera de servicio parte o la totalidad de la instalación.
PROTECCIÓN DE LAS INSTALACIONES, SISTEMAS DE SEGURIDAD CONTRA CONTACTOS DIRECTOS
Como se ha visto anteriormente, existen dos maneras de entrar en contacto con la corriente eléctrica: los contactos directos e indirectos.
Hoy en día, los sistemas empleados en las instalaciones eléctricas para la protección de las personas, son numerosos y con características muy diferentes.
Nos centraremos en este primer estudio en los sistemas empleados en la prevención de contactos directos, pudiendo distinguirse tres grandes sistemas de protección:
– Alejamiento de las partes activas.
– Aislamiento de las partes activas.
– Interposición de obstáculos.
Se entiende por partes activas de una instalación o aparato eléctrico, aquellas que en circunstancias normales de trabajo se encuentran bajo tensión, tales como cables no aislados, circuitos impresos, bornas no aisladas…
El alejamiento de las partes activas de la instalación consiste en alejar de cualquier zona susceptible de tránsito público o zona de trabajo cualquier elemento en tensión, de manera que resulte imposible un contacto fortuito con los mismos. En el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión, se recogen una serie de distancias mínimas que se deben respetar si se quiere disponer de una protección eficaz.
Otro sistema muy empleado y de una eficaz bastante reconocida es el aislamiento de las partes activas.
Es un sistema bastante simple, básicamente consiste en aislar cualquier elemento activo, de manera que en ningún momento se pueda entrar en contacto con él.
Su uso está quizás más extendido que en el caso anterior, ya que la distancias reglamentadas para poner en práctica el anterior sistema, lo hacen inviable en espacios reducidos o en ciertos aparatos eléctricos como mecanismos o electrodomésticos donde el empleo del aislamiento está muy generalizado.
Por último tenemos el sistema de protección mediante la interposición de obstáculos.
Este es un sistema muy parecido al anterior ya que se basan en el mismo principio, el de evitar el contacto aislando los elementos en tensión, en este caso, interponiendo entre la persona y el elemento activo una barrera física adecuada a la situación.
La diferencia más llamativa de este sistema respecto al anterior quizá sea su campo de aplicación, que se ve más sectorizado hacia instalaciones en las que se prevé una manipulación limitada o en zonas de trabajo en las que no es posible respetar las distancias reglamentadas.
La interposición de obstáculos es un sistema muy empleado cuando se trabaja con las instalaciones de enlace o en las proximidades de redes de distribución eléctrica. Un ejemplo de utilización de este sistema, es acoplar a un andamio un tabique separador aislante, que separe la zona de trabajo de una línea de media tensión que pudiera haber en las proximidades.
SISTEMAS DE SEGURIDAD CONTRA CONTACTOS INDIRECTOS
Las protecciones contra contactos indirectos, protegen a las personas actuando de diferentes maneras:
Buscando impedir que una corriente determinada atraviese el cuerpo humano. Limitando los valores de corriente que pueden atravesar el cuerpo humano, hasta cifras no peligrosas para el mismo. Desconectando automáticamente la instalación cuando aparece una intensidad de defecto peligrosa.
El Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión organiza los sistemas de protección contra contactos indirectos en dos grandes grupos:
Los sistemas de protección de clase A buscan suprimir el riesgo de contacto indirecto o, en su defecto, minimizar sus consecuencias. Los de clase B son los sistemas de puesta a tierra.
El empleo de pequeñas tensiones consiste en la utilización de las tensiones de seguridad normalizadas que son:
– 50V en locales secos.
– 24V en locales húmedos.
– 12V en locales mojados.
Este sistema se emplea mucho en instalaciones cercanas o en el interior de recipientes húmedos, tales como jacuzzi o saunas.
El sistema de separación de circuitos consiste en separar los circuitos de utilización de la fuente de energía mediante transformadores y convertidores, manteniendo todos los conductores del circuito de utilización aislados de tierra. De esta manera se consigue que, aunque una persona entre en contacto con un elemento en tensión, no sea atravesada por corriente alguna ya que no se puede cerrar el circuito por tierra.
El último sistema de clase A (aislamiento de protección) consiste en establecer un segundo aislamiento aparte del funcional. Es un sistema muy empleado en electrodomésticos, herramientas eléctricas de mano…
Los sistemas de clase B consisten en unir mediante un conductor (denominado conductor de protección y fácilmente diferenciable por su color amarillo y verde), todas las masas de la instalación, entendiéndose por masa como todo elemento metálico susceptible de entrar en tensión. De esta manera se consigue un punto equipotencial al que se encuentran conectadas todas las masas de la instalación. Ese punto equipotencial, debe ser «puesto a tierra» mediante el empleo de un electrodo (pica, placa…).
De esta manera se consigue que, cualquier intensidad de defecto que pudiera surgir en la instalación, sea derivada de inmediato a tierra, de esta manera se consigue crear una diferencia de carga de retorno que es detectada por el interruptor diferencial y lo hace actuar en consecuencia, dejando fuera de servicio esa parte en concreto de la instalación o la totalidad de la misma.
Una variante muy utilizada en las redes de distribución es la de unir el conductor neutro a tierra, de esta manera se consigue eliminar cualquier tipo de corriente de defecto que circulara por él y que pudiera originar desequilibrios de tensión.
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