Caer (muy) bajo: Comportarse de forma ruin. Perder la dignidad. Degradarse. ¡Y yo que pensaba que eras mi amigo! ¿Qué necesidad tenías de ir contando eso de mí cuando, además, sabes que es mentira? ¡Qué bajo has caído! Los verbos subir o ascender y bajar o caer se usan coloquialmente con los significados respectivos de ‘tener éxito’ y ‘fracasar’. Desde luego, quien más bajo cayó fue el ángel Luzbel, expulsado del paraíso, que fue a dar con sus alas en el infierno y acabó convertido en Lucifer. Es posible que este episodio bíblico tenga que ver con el dicho. V. Más dura será la caída.
Caer algo por su propio peso
Caer algo por su propio peso: O sea, por la ley de la gravedad, sin que nadie lo empuje ni ayude en la caída. Usamos la frase cuando queremos indicar que algo se resolverá o se aclarará, o que una persona que ha actuado mal será desenmascarada sin que sea necesario que nadie intervenga. Tus argumentos son absolutamente falsos y yo no te quiero llevar la contraria porque el tiempo me acabará dando la razón: caerán por su propio peso.
Caer a plomo
Caer a plomo: Caer súbita, rápidamente y en línea recta, como caería un pedazo de plomo, uno de los metales más pesados. Se suele usar cuando una persona cae al suelo con todo el peso del cuerpo. De repente empezó a ponerse blanco y, sin decir nada, cayó a plomo, menos mal que nos dio tiempo a sujetarlo. Con este mismo significado existe en nuestra lengua el verbo desplomarse. V. Caer en picado.
Cada vez que/cuando habla sube el pan
Cada vez que/cuando habla sube el pan: Se dice de la persona que habla poco y que, cuando lo hace, es para provocar controversia o polémica. Sí, mi compañero es demasiado serio, pero prefiero que esté con la boca cerrada, porque cada vez que habla sube el pan. La subida del pan, asociada a las declaraciones de la persona en cuestión, habla bien a las claras tanto de lo extraordinario del hecho como del extraño poder que se le atribuye, capaz de generar un conflicto tal como la subida de un artículo de primera necesidad.
Cada uno/cual habla de/cuenta la feria según le va en ella
Cada uno/cual habla de/cuenta la feria según le va en ella: Se asegura con este dicho que las opiniones al respecto de algo suelen ser subjetivas, según los beneficios o perjuicios que se reciban. A mí me encanta el calor, pero entiendo que los agricultores digan que esta sequía está siendo horrible. Al fin y al cabo cada uno habla de la feria según le va en ella. El dicho alude, sin duda, a las antiguas ferias de ganado (v. Hacer el agosto), donde unos hacían negocio y otros se quedaban a verlas venir.
Cada mochuelo a su olivo
Cada mochuelo a su olivo: [irse; marcharse] Usamos esta frase para indicar que cada cual ocupa su posición o vuelve a su lugar de origen. Después de la boda no hubo baile ni fiesta ni nada. Se fue cada mochuelo a su olivo. Bueno, no sé si alguno de los jóvenes se iría a la discoteca, pero me parece que no. Al parecer, los mochuelos suelen apostarse en los olivos para, desde sus ramas, acechar a sus posibles piezas cuando cae la noche.
Cada loco con su tema
Cada loco con su tema: Se emplea la expresión para dejar claro que cada persona tiene su propia opinión, por muy extraña que sea, o su forma particular de reaccionar ante una situación, por muy extravagante que parezca. ¿Sabes que Luis en invierno se pasea en manga corta? Bueno. Cada loco con su tema. Ya se sabe: un loco se cree Napoleón, el otro Agustina de Aragón… Existe un refrán que dice Cada loco con su tema y cada llaga con su postema. La postema es el absceso infeccioso. Queda saber, como siempre en estos casos, si el dicho salió del refrán o a la inversa.
Cada dos por tres
Cada dos por tres: (Cada tres por cuatro||En un dos por tres/tres por cuatro) Con mucha frecuencia. Hace ya un año que vive por su cuenta, pero viene a verme cada dos por tres. En un dos por tres significa ‘rápidamente’. Yo prefiero viajar en avión porque te plantas en cualquier lugar del mundo en un dos por tres. Las locuciones aluden a la duración de los compases musicales denominados dos por tres o tres por cuatro.
Cacarear y no poner huevos
Cacarear y no poner huevos: Hablar mucho y no hacer nada. Ser un fanfarrón. Está más que claro el porqué del dicho. Todos los años por estas fechas dice que nos va a invitar a la casa del mar a pasar las vacaciones y luego siempre pone un montón de excusas. Para mí que ese sólo cacarea y no pone huevos y que ni siquiera tiene casa en el mar. Considérese que el verbo cacarear se usa en la lengua coloquial con el significado de ‘hablar mucho’.
Cabeza de chorlito
Cabeza de chorlito: [tener; ser un] Tienen cabeza de chorlito quienes son sumamente torpes, brutos o inconscientes, como parece demostrar por su comportamiento el ave zancuda llamada chorlito. Esta ave, que habita en las costas, construye su nido en el suelo, con lo que los huevos quedan desprotegidos y son presa fácil de los depredadores. ¿Pero cómo se te ocurre salir de viaje con el coche en ese estado? Eres un cabeza de chorlito.