Así como así

Así como así: A la ligera. De cualquier forma. Sin pensar. Sin justificación. No se puede criticar a la gente así como así. Hay que saber qué se dice y por qué se dice.

Arrugar/torcer/retorcer el hocico/el morro

Arrugar/torcer/retorcer el hocico/el morro: (Tener el hocico/el morro retorcido) Expresar desagrado, incomodidad o contrariedad. Lo que te estoy diciendo es muy serio y sabes que tengo razón, así que no arrugues el hocico y escúchame. Un típico gesto de desagrado o de asco es juntar los labios y elevar hacia un lado (torcer) el labio superior, al mismo tiempo que se entrecierra un ojo y se inclina la cabeza. Así descrito suena un tanto ridículo, y aquí no tenemos imagen que valga más que cien palabras. Mientras leen esto hagan la prueba y nos sobra incluso la imagen.

Arroz y gallo muerto

Arroz y gallo muerto: Cuando queremos ocultar un menú para que sea sorpresa y alguien nos pregunta qué vamos a comer, solemos contestar dos cosas: Canguingos y patas de peces (v.) o Arroz y gallo muerto (v.). No insistas, que no te voy a decir qué vamos a comer: arroz y gallo muerto. Parece ser que una de las atracciones del carnaval madrileño del siglo pasado era la de vendar los ojos a varias personas y darles a cada una un garrote para que mataran a un gallo al que se había atado de una cuerda y suspendido en el aire. Quien consiguiera asestarle el golpe de gracia recibía como premio el ave que, a buen seguro, comería con arroz, ya que era éste un plato habitual.

Arrojarle/lanzarle/tirarle a alguien el guante

Arrojarle/lanzarle/tirarle a alguien el guante: Desafiar, retar o provocar a alguien. Yo no me puedo quedar de brazos cruzados. Él me ha arrojado el guante hablando mal de mí y amenazándome delante de otras personas. Y va a saber quién soy yo. A veces, con connotaciones más positivas se usa para indicar que alguien propone a otra persona que supere lo que el primero ha hecho: ¿Y esta carambola eres capaz de superarla? Yo te he lanzado el guante. Ahora vamos a ver qué haces. Los caballeros medievales, para retar a un enemigo le arrojaban un guante a los pies. Si éste lo recogía (v. Recoger el guante), aceptaba el reto —no recogerlo era rasgo de flagrante cobardía—. Si antes de lanzárselo, le abofeteaban con él la cara (v. Cruzarle a alguien la cara) era señal de que el combate sería a muerte. La costumbre se mantuvo hasta el siglo XIX, época en la que se prohibieron los duelos. V. Así se dan los guantes al rey.

Arrojar/dar luz

Arrojar/dar luz: Aportar datos que ayudan a entender un asunto. Aclarar una situación complicada. La declaración de los dos testigos parece que arroja luz sobre el extraño crimen. Luz, es aquí sinónimo de claridad, verdad, en clara oposición con oscuridad, ‘ignorancia’. Lo mismo sucede en otros casos como A la luz de||A todas luces||Tener pocas luces (v.).

Arrimarse al sol que más calienta

Arrimarse al sol que más calienta: Buscar el propio provecho acercándose a personas prestigiosas o con poder.Míralo, por meterse en política y arrimarse al sol que más calienta ahí lo tienes, director general. Como dice Lázaro de Tormes, ya «instalado en la cumbre de toda buena fortuna, determiné de arrimarme a los buenos, por ser uno de ellos». Pues eso es lo que expresa este dicho.

Arrimar el hombro

Arrimar el hombro: Ayudar en el trabajo. Colaborar. Hacer fuerza en común. Acercarse a otra persona —hombro con hombro— para ofrecer ayuda. Como no arrimamos todos el hombro jamás saldremos de esta situación. El hombro es en los trabajos más duros la parte del cuerpo sobre la que se cargan sacos o se acarrean pesos.

Arrimar alguien el ascua a su sardina

Arrimar alguien el ascua a su sardina: Obtener beneficios particulares de lo que debería ser un beneficio común. Favorecer a alguien afín. Como la mayor parte de los miembros de la junta son canarios, a Canarias han ido destinadas más inversiones, y es que, se quiera o no, cada cual arrima el ascua a su sardina. En una parrillada, las ascuas deben ser las mismas para todos; las sardinas han de hacerse al mismo tiempo. Lógicamente, mis sardinas se asarán antes si les arrimo toda la brasa, todas las ascuas. Es posible que el dicho tenga origen andaluz, ya que los jornaleros que trabajaban en los cortijos solían recibir sardinas como compensación a su trabajo, sardinas que asaban robándose las ascuas los unos a los otros, llegando a tal punto la guerra que en muchos lugares se obligó a que se asaran las sardinas en un fuego común y en otros, incluso, se prohibió que los jornaleros asaran sardinas.

Arrieros/arrieritos somos y en el camino nos encontraremos

Arrieros/arrieritos somos y en el camino nos encontraremos: Se usa esta frase como advertencia de venganza, para anunciar la certeza de que alguien que ha sido ofendido devolverá la ofensa. Vaya, vaya… O sea que ahora que te pido ayuda no me la quieres dar. Muy bien, arrieros somos y en el camino nos encontraremos. La frase se hizo famosa entre los arrieros de la región leonesa de la Maragatería, que solían, antes de la llegada del ferrocarril, comerciar con los pueblos que se encontraban entre León y Madrid. Estos comerciantes ambulantes solían sentirse estafados por los comerciantes madrileños, a quienes dedicaban la frase en cuestión a título de advertencia.

Armar(se)/preparar(se)/organizar(se)/formar(se)/montar(se) una zambra

Armar(se)/preparar(se)/organizar(se)/formar(se)/montar(se) una zambra: Organizarse jaleo, escándalo o confusión. Los del cuarto organizaron anoche una buena zambra. Ni te cuento la cantidad de gente que había y la bulla que montaron. Al final tuvimos que avisar a la policía. La zambra, término derivado del árabe samra, ‘fiesta, sarao’, era una fiesta muy bulliciosa, con música y baile, a la usanza árabe. La tradición y la palabra en su significado original han quedado hoy entre los gitanos granadinos que habitan las cuevas del Sacromonte.

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