Alzar el gallo

Alzar el gallo: Levantar alguien la voz, especialmente cuando se enfada. Podemos discutir lo que quieras, pero, en cuanto vea que me alzas el gallo, cojo y me voy. El gallo es aquí el gorgorito que sale de la garganta de quien pretende gritar y que, igual que el de los malos cantantes, nos recuerda el kikirikí del ave.

Alucinar en colores

Alucinar en colores: Sorprenderse o extrañarse sobremanera, sea por razones positivas o negativas. Yo nunca pensé que Carlos, que parece tan tranquilo, iba a ponerse a dar voces de esta manera. Te juro que aluciné en colores con su comportamiento./ De verdad que no he estudiado nada. Alucino en colores con el sobresaliente que me han dado. La expresión es propia del lenguaje juvenil y está claramente relacionada con el efecto que producen algunas drogas, en especial las sustancias psicotrópicas: la alucinación. Obviamente quien alucina, como quien sueña, en colores lo hace en mayor medida.

Allá van leyes, do quieren reyes

Allá van leyes, do quieren reyes: Con esta expresión se da a entender que la ley es fácilmente manipulable según quien la aplique, algo así como ‘la ley va donde quiere el que manda’ o ‘el poderoso se hace la ley a su medida’. Se cuenta que Alfonso VI, rey de Castilla y de León, el del Cantar de Mio Cid, dispuso que se abandonara el rito gótico o mozárabe para decir misa y se adoptara el romano. El clero no lo aceptó y el rey decidió que se organizase un combate entre dos caballeros: uno lucharía a favor del rito romano y otro a favor del mozárabe. Ganó quien luchaba a favor del mozárabe. A pesar de todo, se hizo otra prueba: a una hoguera se arrojaron dos misales, el romano y el mozárabe; el mozárabe resultó indemne y el romano ardió por completo. Aunque las pruebas eran favorables al rito mozárabe, el rey se dejó de experimentos y, presionado por el papa Gregorio VII, instauró definitivamente el rito romano, ante lo que los clérigos partidarios del mozárabe, especialmente los toledanos, exclamaron «Allá van leyes, do (donde) quieren reyes». Esto sucedía en 1078.

Allá va Sancho con su rocín

Allá va Sancho con su rocín: Se usa esta frase para zaherir a dos personas que van siempre juntas. Ahí lo tienes, con la novia siempre pegada a él, que no lo suelta ni un segundo. Allá va Sancho con su rocín. Pudiera parecer que el dicho es alusivo a Sancho Panza y que, por tanto, se origina en El Quijote, pero ya está documentado, con la forma Fallado ha Sancho su rocino, en los Refranes que dicen las viejas tras el fuego del Marqués de Santillana (1398-1458). Sancho era uno de los nombres paradigmáticos de la gente sencilla, de campo.

¡Allá películas!

¡Allá películas!: (¡Allá cuidados!||¡Allá penas y cuidados!) Expresión con la que una persona indica que se desentiende de algo, que declina su responsabilidad, sus cuidados, que no se siente protagonista de una determinada historia, o de una determinada «película». El significado es parecido al de ¡A mí, plin! (v.). Yo ya te he dicho que no me parece bien que vayas a esa discoteca; si luego tú decides ir y pasa cualquier cosa, ¡allá películas!

Algo tendrá el agua cuando la bendicen

Algo tendrá el agua cuando la bendicen: Usamos este dicho para indicar que algo o alguien considerado negativo o insulso tiene algo positivo o de interés. Todo el mundo dice que es estúpido y nadie se explica cómo puede haber llegado a un puesto de tanta responsabilidad. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. ¿Hay algo más incoloro, inodoro e insípido que el agua? Y, sin embargo, se bendice y pasa a ser un elemento fundamental en muchos ritos religiosos.

Alegrársele a alguien la(s) pajarilla(s)

Alegrársele a alguien la(s) pajarilla(s) Ponerse alguien muy contento. Hoy estaba triste, como el día, pero en cuanto la he visto se me han alegrado las pajarillas y me ha cambiado el ánimo. Pese a lo que pudiera parecer, la frase no tiene ninguna connotación sexual. Antiguamente se llamaba pajarilla o pajarillas al bazo, órgano en el que, según la tradición clásica y escolástica, se creía que se alojaban los fluidos corporales, o humores, que provocaban la melancolía y la amargura. Si las pajarillas se alegran, estos estados se transforman en alegría y buen humor. V. Coger una pájara||Tener agallas (hígados).

Alborotarse/revolverse el gallinero

Alborotarse/revolverse el gallinero: (Ser algo un gallinero) Organizarse una situación tumultuosa y confusa. La reunión estuvo tranquila hasta que el cantante bajó del escenario y se acercó al público. Entonces se alborotó el gallinero y a punto estuvo de suceder una desgracia. Cierto es que el gallinero puede tomarse en sentido literal, pues no deja de ser un lugar ruidoso y alborotado (v. Armarse un cacao), pero da toda la impresión de que aquí estamos ante la acepción de gallinero—derivada del primer significado—entendido como ‘paraíso o cazuela del teatro’, el lugar donde se acomodaban las personas de menos poder adquisitivo y todos los que iban a provocar revueltas y a armar el mayor ruido posible para boicotear la representación (v. Derecho al pataleo||El corral de la Pacheca). Aún hoy llamamos gallinero a los pisos superiores de algunos teatros o cines. V. ¡Cómo está el patio!||De cara a la galería.

Albarda sobre albarda

Albarda sobre albarda: [poner; colocar; ser] Con esta locución se critica el comportamiento de quien hace o repite lo mismo de forma torpe e innecesaria. Sabes que el picante te sienta mal. Ayer comiste callos y te dolió el estómago y hoy, albarda sobre albarda, te metes una cazuela de gambas al ajillo. Muchas veces se emplea para criticar redundancias o pleonasmos en la conversación o en la escritura: Decir que la ley fue aprobada por unanimidad total y absoluta es poner albarda sobre albarda. La albarda es la pieza principal del aparejo de las caballerías de carga, burros o mulos, formada por dos almohadas, que se coloca sobre el lomo del animal. Es imposible, como puede imaginarse, colocar una albarda sobre otra. La expresión está emparentada con algunos refranes que se usan en situaciones parecidas: Albarda sobre albarda, una por (para) la barriga y otra por (para) la espalda; Albarda sobre albarda y, sobre las albardas, un borrico.

Al vuelo

Al vuelo: Muy rápidamente. Literalmente, volando, término que se usa frecuentemente con este mismo significado. Pasé por casa, comí algo al vuelo y me vine para acá rápidamente. V. En un voleo.

Ir a la barra de herramientas