A todas luces

A todas luces: Desde todos los puntos de vista. Según todas las opiniones. Claramente, como si algo se viera de forma evidente y sin posibilidad de confusión, a la luz del día. Por otra parte, luz significa también ‘inteligencia; pensamiento’; de ahí surgen expresiones como Tener pocas luces (v.) o el Siglo de las Luces. Decir a todas luces es decir ‘con total claridad’, pero también ‘desde cualquier pensamiento o desde cualquier interpretación’. Es a todas luces injusto que después de haber trabajado tanto no tengas derecho a una pensión digna. V. A la luz de||Arrojar luz.

A toda máquina

A toda máquina: (A toda mecha/pastilla||A todo gas/meter||A medio gas) [ir] A toda velocidad Con gran actividad. Venga, entra en el coche y vámonos de aquí a toda máquina, antes de que empiece a salir la gente del estadio y se forme el gran atasco. La locución procede del lenguaje marinero. Es la orden que el capitán envía a la sala de máquinas para que se aumente la velocidad del barco. O por lo menos, así se hacía cuando los barcos funcionaban a vapor (v. A revientacalderas). Antes, cuando todo dependía de los vientos y de las velas para ir más rápido se navegaba A todo trapo (v.) y hoy la orden se escribe y se recibe en una pantalla, el capitán es prácticamente virtual y el piloto es automático… En A toda mecha posiblemente se aluda a la velocidad con la que se consume la mecha de un explosivo (v. Como un reguero de pólvora). A toda pastilla es expresión originada en el lenguaje juvenil y que generalmente se relaciona con las pastillas del freno, cuando, en realidad, si así fuera deberíamos decir algo así como *A poca pastilla. La relación podría encontrarse si pensamos en los frenazos bruscos de quien circula a gran velocidad. ¿Interpretar pastilla en su primera acepción, ‘píldora’, y pensar en el comportamiento acelerado o de quien ha ingerido alguna sustancia que le haya provocado hiperactividad sería muy descabellado?… El gas es la gasolina, el combustible, especialmente en el argot de los pilotos de coches y de motos, que llaman abrir o dar gas al hecho de acelerar para que entre más gasolina en el carburador y que, en consecuencia, aumente la velocidad. Ir a todo gas sería, por tanto, acelerar al máximo, meter, empujar al máximo el acelerador o el mecanismo que aumenta la velocidad de un vehículo: A todo meter. A medio gas sería, pues, lo contrario, controlar o regular la fuerza o el impulso, o no dar algo o alguien de sí todo lo que puede. En vacaciones la empresa no cierra pero trabajamos a medio gas.

A toda leche

A toda leche: Rápidamente. Muy deprisa. No pude ver a Carolina. Salió a toda leche de la reunión, sin despedirse de nadie. Como en tantos otros casos, leche funciona en la lengua coloquial como eufemismo de hostia (v. De mala leche||Salir pitando). De todas formas, en este caso algunos apuntan a que leche podría ser aquí sinónimo de semen, aunque esto parece más claro en Irse echando leches (v.).

A toda costa

A toda costa: Sin límite. A cualquier precio. Tengo que conseguir a toda costa que Luis venga para mi cumpleaños, porque sin él la verdad es que no será lo mismo. El término costa –como coste y costo– es ‘gasto’, aunque se usa sobre todo el plural costas con el significado de ‘gastos judiciales’. V. A costa de algo o de alguien.

A tiro hecho

A tiro hecho/fijo: [ir] Con un objetivo muy definido o prácticamente conseguido, como quien dispara a un blanco muy cercano, fácil y seguro. A mí me gusta ir a un restaurante a tiro hecho, cuando alguien que lo conoce me lo recomienda.

A tiro de piedra

A tiro de piedra: [estar] Muy cerca. Tanto, que podríamos lanzar una piedra y alcanzar el lugar en cuestión, lo que, como tantas otras veces, no deja de ser una común hipérbole. Vivimos en la calle Cervantes, muy cerca de la Plaza del Mercado y a tiro de piedra de casa de mis suegros.

A tientas

A tientas: (A la tentaruja) [andar; ir] De forma desorientada. A bulto. Los ciegos, para orientarse tocan, tientan, los objetos y para ir por la calle miden las distancias y buscan los obstáculos golpeando con un bastón. Ésta es la imagen que se traslada para hablar de quien hace algo con incertidumbre, con dudas. No conozco muy bien la ciudad y voy un poco a tientas, pero no te preocupes, que antes o después encontraré tu casa. La palabra tentaruja es una forma derivada, un tanto despectiva, de tentar, que nos lleva a pensar en el manoseo más que en el tacto. A la tentaruja tiene el mismo significado que A tientas. V. A ciegas||Echar un tiento.

A tenor de

A tenor de: Según. De acuerdo con. Parece que la coalición de centro va por delante en las encuestas, aunque a tenor de lo visto en las pasadas elecciones, habrá que esperar hasta que esté escrutado, por lo menos, un setenta por ciento de los votos. El término tenor procede del latín tenorem, un derivado del verbo tenere que podríamos traducir por ‘carrera o marcha ininterrumpida’ y figuradamente por ‘mantenimiento, persistencia, continuidad’, lo que explica claramente el significado de la locución que nos ocupa. Por otra parte, llamamos tenor al cantante de ópera que es capaz de sostener, de mantener la voz de forma ininterrumpida.

A tal señor, tal honor

A tal señor, tal honor: Usamos esta frase laudatoria para indicar que alguien, por su comportamiento, dignidad o forma de ser merece todas nuestras atenciones. Tú te instalas en mi casa y dispones de ella como quieras. No es ninguna molestia para mí; todo lo contrario. A tal señor, tal honor. En 1566 el escritor y cazador francés Jean de Clamorgan dedicó al rey Carlos IX, también gran amante de la caza, su Tratado sobre la caza del lobo, la pieza más codiciada y peligrosa en aquellos tiempos. La dedicatoria decía: «A tal señor, tal honor». V. Hacer los honores.

A Segura lo llevan preso

A Segura lo llevan preso: Con esta frase se aconseja prudencia y atención ante cualquier peligro, por pequeño o lejano que parezca. Ya sé que tú no tienes miedo de andar sola por la calle de noche, pero por este barrio ten cuidado, que a Segura lo llevan preso. Hay dos interpretaciones a propósito del origen del dicho: puede tratarse de una referencia a alguien de apellido Segura, con el correspondiente juego de palabras con el adjetivo seguro, o—y esta explicación parece más verosímil— de una referencia a la cárcel de Segura de la Sierra, en la provincia de Jaén, a la que iban a dar, en tiempos, aparte de los delincuentes, algunos nobles intrigantes y aristócratas rebeldes. En este caso, la frase podría entenderse como que cualquiera, hasta los teóricamente más protegidos, puede verse en una situación problemática.

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