¡A mí que me registren!

¡A mí que me registren!: Con esta curiosa exclamación expresamos nuestra inocencia, la seguridad de no estar implicados en ningún asunto, de no ser culpable. Te aseguro que yo no le he hecho nada al coche. Yo lo cogí ayer y funcionaba perfectamente. ¡A mí que me registren! La frase parece haberse originado en tiempos no muy lejanos de dura represión policial, en clara referencia a la despreocupación de quien, ante un registro o petición de documentación, se consideraba inocente.

¡A mí, plin!

¡A mí, plin!: Es posible que esta expresión, eslogan publicitario de una conocida marca de colchones («¡A mí, plin!… Yo duermo en pikolín») y que sugiere desdén o desinterés de alguien hacia algo, sea una deformación de ¡A mí, Prim!, aunque esta última expresión significaba precisamente lo contrario: interés hacia alguien. Circulan diversas interpretaciones sobre su origen, pero todas coinciden en señalar a diversas mujeres como inventoras del dicho y en señalar al general Antonio Prim (1814-1870), paradigma de apostura en su tiempo, como destinatario de lo que en sus orígenes fue un piropo. Yo ya te lo he advertido: no salgas que aún estás resfriado. Que sales y te pones peor, ¡a mí, plin! El que avisa no es traidor.

A mi/tu/su/nuestro… aire

A mi/tu/su/nuestro… aire: (Hacer alguien algo a su aire||Dejar a alguien a su aire) Según el gusto y el estilo personales. Como a uno le apetezca. Ya sé que tú haces la tortilla con menos huevos, pero yo prefiero hacerla a mi aire, porque me queda mejor.

A mesa puesta

A mesa puesta: (A mesa y mantel) [estar; vivir; llegar] Usamos esta locución para referirnos a alguien que no hace ningún esfuerzo para conseguir la comida —ni siquiera el de poner la mesa— o a quien vive a costa de los demás. Así se vive muy bien, a mesa puesta, sin preocupaciones, con dinero en el bolsillo. Ya veremos cuando se case y tenga una familia… V. A pan y cuchillo|| Estar a la sopa boba.

A matacaballo

A matacaballo: A un ritmo extremadamente rápido, tan rápido que sería capaz de matar a un caballo. Juan siempre hace todo a matacaballo. Nunca se toma un momento de respiro. Seguramente se llamaba así a la marcha de los correos o mensajeros que reventaban a los caballos en su veloz carrera.

A más no poder

A más no poder: Totalmente. Al máximo. Todo lo posible. A la fiesta se presentó ridículo a más no poder, con un traje amarillo y una corbata verde que hacían daño a los ojos. Reescribiendo la locución resultaría algo así como ‘que no se puede más’.

A más moros, más ganancia

A más moros, más ganancia: Señalamos con esta frase que, cuanto mayores son las dificultades y más complicada la empresa, más valor tiene el éxito. Sé que el trabajo es muy difícil y que vamos a necesitar mucha suerte para sacar el negocio adelante, pero precisamente por eso lo he aceptado: a más moros, más ganancia. Sin duda se origina en las luchas contra los moros durante la reconquista. Muchos de los soldados que luchaban con los reinos cristianos eran mercenarios (las propias huestes de El Cid), por lo que, a mayor número de combates, más sustanciosas eran las ganancias. V. A moro muerto.

A marchas forzadas

A marchas forzadas: (Forzar la marcha) Muy deprisa y tratando de recuperar el tiempo perdido. Falta sólo una semana para el examen y estoy estudiando a marchas forzadas. La locución, por lo que de ella se deduce de disciplinario, parece tener un origen militar.

A manta

A manta: En abundancia. Mucho. Decimos, por ejemplo, que alguien gana dinero a manta cuando gana tanto que hay que transportarlo en mantas. También, por ejemplo, podemos decir de un profesor poco amigo de los aprobados que suspende a manta. (V. Llover a manta). A este político le llueven las críticas a manta después de su intervención en el Senado. La locución tiene que ver con la forma de recolectar las aceitunas y otros frutos, colocando mantas, paños o redes bajo el árbol y vareándolo para que caigan los frutos y poder así recogerlos y transportarlos con facilidad. V. A espuertas||A punta de pala.

A mansalva

A mansalva: En gran número. En cantidad. El campo está precioso; con estas últimas lluvias han salido flores a mansalva. El término mansalva es una palabra compuesta, formada a partir de mano salva. En su origen tenía un significado literal: ‘sin peligro, sin cuidado’, quizá porque se aplicara a quien robaba sin reparar en las posibles consecuencias; posteriormente ha sufrido un cambio semántico hacia su significado actual; lógicamente, lo que no se considera en peligro, lo que va sobre seguro, no busca protección, no se esconde, se deja ver, abunda.

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