A carta cabal

A carta cabal: Esta expresión funciona como un intensificador de las virtudes o defectos de alguien. Podemos decir que alguien es bueno, honrado, malo o estúpido a carta cabal, si bien es cierto que se usa más con las virtudes que con los defectos, para dar a entender que la conducta de una persona es irreprochable. Julio es honrado a carta cabal, jamás me ha fallado. Significa algo así como ‘por completo’, ‘totalmente’, ‘verdaderamente’, como si esa virtud o defecto estuviese certificado por haber sido escrito en una carta que no miente, que sólo proclama la verdad, cabal al máximo. De hecho, antiguamente una carta cabal era una especie de acta notarial, el documento que daba fe de algo. V. Dar fe de algo.

A cara descubierta

A cara descubierta: Abierta y claramente. Sin ocultar nada. A mí me gusta ir por la vida a cara descubierta, llamando a las cosas por su nombre y asumiendo mis responsabilidades. La cara, lo dice la certidumbre popular, es el espejo del alma y así lo certifica la locución. V. A pecho descubierto.

A cara de perro

A cara de perro: [luchar; defender] (Tener/poner cara de perro) Dura y crudamente. Sin concesiones. Se usa mucho para hablar de situaciones en las que alguien se enfrenta a asuntos importantes. La empresa quiere cerrar la fábrica, pero los obreros están luchando a cara de perro para defender sus puestos de trabajo y no van a parar hasta que lo consigan. La locución se refiere a la actitud del perro guardián, que ladra y muestra los colmillos al sentirse amenazado o cuando debe defender la propiedad. De hecho, cuando alguien está muy enfadado decimos que tiene cara de perro.

A capón

A capón: [meter] Por la fuerza. Sin razones ni justificaciones lógicas. Todos los temas están bien elegidos, excepto el del arte gótico, que se nota que está metido a capón. Llamamos capón al golpe dado con los nudillos sobre la cabeza de una persona, tradicional en los antiguos maestros de escuela, entre los que se contaban verdaderos expertos… y tal vez, precisamente, de aquí provenga el dicho.

A capa y espada

A capa y espada: [defender] Con todas las fuerzas y por un motivo que se considera justo. La defendió a capa y espada porque estaba seguro de su inocencia. No le importaron las críticas ni los comentarios de la gente y, al final, se demostró que tenía razón. La expresión puede tener su base en el tan traído y llevado concepto del honor, explotado al máximo en nuestro teatro clásico, donde tanto la capa como la espada son los símbolos del hidalgo, del caballero, del que defiende justamente su honor. De ahí que dichas comedias se llamen también de capa y espada.

A cámara lenta

A cámara lenta: [ir; andar; hacer…] Muy despacio. Si sigues andando a cámara lenta vamos a llegar a casa de noche. La locución se refiere a la técnica cinematográfica, también llamada ralentí (v. Al ralentí), con la que se consigue que las imágenes se reproduzcan a velocidad más lenta de lo normal.

A calzón quitado

A calzón quitado: [hablar] Sinceramente; sin ocultar nada. La sinceridad o desnudez del alma queda aquí representada por la desnudez del cuerpo. Como sugiere la propia forma de la locución, se usa más entre hombres. Llevamos mucho tiempo evitándonos, así que ya es hora de que nos miremos a los ojos y hablemos a calzón quitado. A veces se utiliza el modismo con el significado de ‘rápidamente; de forma precipitada; con gran ajetreo’, tal vez pensando que pudiera referirse a alguien que, sin haber tenido tiempo para vestirse, hubiera tenido que salir huyendo. Tengo que entregar ese trabajo el martes y voy a calzón quitado, porque veo que no llego a tiempo.

¡A cagar/mear a la vía (, que está fría)!

¡A cagar/mear a la vía (, que está fría)! Como en Mandar a alguien a cagar (v.), estamos ante una manera más bien «poco fina» de mostrar desacuerdo con alguien, o de «invitarle» a que se calle, a que deje de molestar o a que se vaya de algún lugar y, a ser posible, lejos, pues las vías del ferrocarril solían estar alejadas de las ciudades. ¡Hala! ¡A cagar a la vía! Estoy harto ya de escuchar bobadas, o sea que, o te callas o te vas de mi casa. Se suele dar como más certera esta primera versión, ya que la segunda no tiene otra explicación, como tantas otras veces en la lengua coloquial, que la perniciosa fuerza de la rima consonante. A veces se dice, como eufemismo, ¡A silbar a la vía!

A cada cerdo le llega su San Martín

A cada cerdo le llega su San Martín: Con esta sentenciosa expresión se da a entender que a cada uno le llegará su hora, en el sentido de que si alguien ha actuado de forma incorrecta, tarde o temprano pagará su culpa; o sea, seguirá el mismo camino que el cerdo, destinado, aunque no tenga culpa, sino más bien todo lo contrario, al fin de todos conocido: la matanza, que comienza a realizarse por San Martín, cuya festividad se celebra el 11 de noviembre. No merece la pena que contestes a sus ofensas; déjalo: a cada cerdo le llega su San Martín. V. Con la ayuda del vecino mató mi padre un cochino||Estar de buen año.

A burro muerto, la cebada al rabo

A burro muerto, la cebada al rabo: Usamos esta frase para dar a entender que alguien hace algo cuando ya no hay remedio o solución. Ahora que ya está con otro la llamas todos los días y le mandas flores: a burro muerto, la cebada al rabo. Si el burro está muerto de nada sirve intentar alimentarlo y menos aún si se le pone la comida en el rabo… Es posible que el dicho tenga asiento en algún cuento o fábula populares. V. A liebre ida, palos en la cama ||El llanto, sobre el difunto.

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