Un chaleco antibalas es uno de los elementos de seguridad imprescindibles en las fuerzas policiales, de vigilancia y militares en todo el mundo. Estos permiten proteger la vida de la persona en el caso de ser alcanzadas por un proyectil en el cumplimiento de sus labores.
Sin embargo, a pesar de que la gran mayoría de personas saben para qué sirve un chaleco antibalas, no todos saben cómo funciona realmente uno de estos. En este breve artículo, te explicaremos todo lo que necesitas saber sobre el funcionamiento de estos chalecos.
¿De qué está hecho un chaleco antibalas?
Para poder comprender mejor cómo funcionan estos chalecos, es necesario conocer cómo se elaboran. Estos están conformados por diferentes capas, todas de ellas muy resistentes que se encargan de deformar la bala. Con esto, se consigue que se disipe la energía que hay contenida en ellas.
Los materiales más comunes en estos chalecos son el acero, el titanio, la cerámica, kevlar y el polietileno. Se utilizan varias capas de estos materiales en la construcción de uno de estos chalecos.
Hay dos tipos, los chalecos de placas y los flexibles. Los de placas rígidas son los más resistentes y eficientes, aunque también son más pesados y limitan más el movimiento. Por el contrario, los flexibles son livianos y más cómodos de llevar encima, aunque su protección suele ser un poco más limitada.
Estos se diseñan para contener impactos de ciertos calibres, aunque los más utilizados son los de bajo nivel.
¿De qué manera funciona un chaleco antibalas?
En líneas generales, el funcionamiento de un chaleco antibalas es muy sencillo. Ya que este se encarga de absorber la mayor cantidad de energía liberada por la bala. También evita que la bala penetre dentro del cuerpo de la persona, quedando dentro del blindaje.
Cuando es disparada una bala en contra de estos chalecos, entra en funcionamiento la placa de impacto. En esta se encuentran todas las capas de material que se encargan de formar. La bala golpea dicha placa y empieza a deformarse a su vez que va absorbiendo la energía.
A medida que ésta atraviesa las capas de blindaje, esta queda “atrapada” dentro del chaleco. Sin embargo, en las que son metálicas, este se deforma absorbiendo el impacto de la munición.
Generalmente, estos chalecos están diseñados para calibres bajos, generalmente protegen contra disparos de pistolas y revólveres. Por supuesto, hay blindaje de grado militar que puede detener municiones de calibres más altos, pero estos son más robustos y pesados.
Es importante destacar que, a pesar de que detiene la bala y absorbe gran parte de la energía, no toda queda retenida en el chaleco. Es decir, una parte del impacto pasará al cuerpo de la persona. La persona sentirá un fuerte golpe y terminará con un hematoma en la zona.
Dependiendo del calibre, puede que este golpe llegue a ser más fuerte, en algunas ocasiones, puede causar una rotura de costillas. Sin embargo, ayudará a incrementar considerablemente las posibilidades de vivir.