Las Pautas para el Sexo Seguro
¿Qué es el sexo “seguro”?
Según la mayoría de los profesionales de la salud, el único tipo de SEXO seguro es no tener relaciones sexuales. La abstinencia puede ser la única forma verdadera de sexo “seguro”, ya que todas las formas de contacto sexual implican un cierto grado de riesgo. No obstante, ciertas precauciones y conductas seguras pueden minimizar el riesgo de que una persona contraiga una enfermedad de transmisión sexual. Usted puede enseñarle a su hijo acerca del sexo seguro antes de que el adolescente se inicie sexualmente.
Cómo hablar con su hijo acerca del sexo seguro:
La Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) recomienda que los padres comiencen a hablar con sus hijos sobre sexo cuando ellos preguntan por primera vez de dónde vienen los bebés (generalmente cuando tienen entre 3 y 4 años). Aunque muchos adolescentes pueden decir que saben todo sobre sexo, los estudios demuestran que la mayoría no posee información adecuada sobre el sexo y las enfermedades de transmisión sexual.
Tenga en cuenta que usted representa la mejor fuente de información precisa para su hijo adolescente. Sin embargo, muchos padres no se sienten seguros acerca de cómo comenzar a hablar sobre sexo seguro con sus hijos. A continuación se enumeran algunas sugerencias acerca de cómo abordar el tema con los adolescentes:
- Hable con calma y honestidad sobre sexo seguro.
- Ensaye la conversación con otro adulto antes de hablar con su hijo.
- Escuche a su hijo y responda a todas sus preguntas con honestidad.
- Los temas adecuados para una charla sobre sexo seguro pueden incluir: enfermedades de transmisión sexual (su sigla en inglés es STD) y prevención, presión de los pares para que tengan relaciones sexuales, métodos anticonceptivos, diferentes formas de sexualidad y violación en una cita.
Otras personas que pueden ayudarlo a hablar con su hijo acerca del sexo incluyen al médico de su hijo, algún pariente o un consejero espiritual. Además puede recurrir a libros sobre el tema para abordar las preguntas más difíciles.
Algunos conceptos erróneos sobre el sexo “seguro”:
- “Besar es seguro”, sin embargo, el herpes y otras enfermedades pueden contraerse de esta manera.
- “Los condones protegen contra las enfermedades de transmisión sexual”. No obstante, si bien es cierto que los condones son útiles para prevenir ciertas enfermedades (como por ejemplo, el herpes y la gonorrea), es posible que no ofrezcan una protección total contra otro tipo de enfermedades como por ejemplo, las verrugas genitales, la sífilis o el SIDA.
Pautas para el sexo seguro:
Si su hijo adolescente es sexualmente activo, explíquele que limitar las relaciones a una sola pareja puede ayudarlo a reducir el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual. También existen otras pautas para el sexo seguro, como por ejemplo, las que se presentan a continuación. Converse abiertamente con su hijo sobre cada uno de los siguientes puntos:
-
Pensar bien antes de tener relaciones sexuales con una pareja nueva. Primero evaluar las parejas anteriores, los antecedentes de enfermedades de transmisión sexual y el consumo de drogas.
-
Usar condones. Un condón para hombres hecho de látex o poliuretano – no de materiales naturales. Un condón para mujeres hecho de poliuretano, en especial si la pareja no usa un condón para hombres.
-
Aunque las pruebas de laboratorio indican que el espermicida con nonoxinol-9 mata el virus de inmunodeficiencia humano (VIH, o HIV en inglés), no se ha determinado si los espermicidas, utilizados solos o con condones, proporcionan protección contra el virus. Sin embargo, los Centros para la Prevención y el Control de las Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) recomiendan utilizar condones de látex, con o sin espermicidas, para prevenir la transmisión del VIH.
-
Para el sexo oral, proteger la boca pidiendo a la pareja que utilice un condón (para mujer o para hombre).
-
Las mujeres no deben hacerse lavados vaginales después de tener relaciones sexuales ya que esto no las protege contra las enfermedades de transmisión sexual y puede propagar una infección hacia el interior del aparato reproductor, además de diluir la protección del espermicida.
-
Someterse anualmente a pruebas de Papanicolau, exámenes pélvicos y análisis periódicos para la detección de enfermedades de transmisión sexual.
-
Ser consciente del cuerpo de su pareja, buscar signos de úlceras, ampollas, erupciones o secreciones.
-
Controlar con frecuencia la aparición de estos signos en su propio cuerpo.
-
Considerar tener relaciones sexuales que no sean vaginales, orales o anales – técnicas que no involucren el intercambio de fluidos corporales ni el contacto entre las membranas mucosas.
Leave a Reply