Perderse en el jardín de tus manos
Es despertarse sincero sobre nubes de cielo sin penumbra
Oír el divino canto de otro segundo que descubramos
Sentir la tormenta que tu aroma vislumbra.
Deseo contigo, amante empedernida, capturar éste momento
Plasmado en la obra maestra de tus labios de brisa
Inmutado, para siempre en mis sueños pretendo
Guardar el sol de tus ojos y la tonada que escapa de tu sonrisa.
Encontrar en tu cuerpo la cura a mi delirio
El viaje de mi tacto en los reinos de tu piel
Trae celosamente el elixir de mi alma fiel
Aniquila el incesante acabar de mi martirio.
Besar tu frente y ver desmoronarse la soledad que me acosa
El ave advierte la luz y en mi hombro posa
La canción que durmió desolada ha renacido
A tu lado, las voces se silencian y es hermoso el ruido
De tus pasos que sigo como esclavo
Alejado del mural que mis nieblas pintaron.
Y en el fin del mundo encontré tu alma
Y tu voz dictó el comienzo de uno nuevo
Que ya no es mundo sino paraíso al partir el alba
Tus brazos acogieron mi sed de un dulce vino
La oscuridad ya es desconocida en la cadena que llevo
Al ver el regalo que frente a ti mis ojos han visto