Poema#8

Perderse en el jardín de tus manos

Es despertarse sincero sobre nubes de cielo sin penumbra

Oír el divino canto de otro segundo que descubramos

Sentir la tormenta que tu aroma vislumbra.

 

Deseo contigo, amante empedernida, capturar éste momento

Plasmado en la obra maestra de tus labios de brisa

Inmutado, para siempre en mis sueños pretendo

Guardar el sol de tus ojos y la tonada que escapa de tu sonrisa.

 

Encontrar en tu cuerpo la cura a mi delirio

El viaje de mi tacto en los reinos de tu piel

Trae celosamente el elixir de mi alma fiel

Aniquila el incesante acabar de mi martirio.

 

Besar tu frente y ver desmoronarse la soledad que me acosa

El ave advierte la luz y en mi hombro posa

La canción que durmió desolada ha renacido

A tu lado, las voces se silencian y es hermoso el ruido

De tus pasos que sigo como esclavo

Alejado del mural que mis nieblas pintaron.

Y en el fin del mundo encontré tu alma

Y tu voz dictó el comienzo de uno nuevo

Que ya no es mundo sino paraíso al partir el alba

Tus brazos acogieron mi sed de un dulce vino

La oscuridad ya es desconocida en la cadena que llevo

Al ver el regalo que frente a ti mis ojos han visto

 

Poema # 7

Búsqueda

Ser de ti es mi búsqueda

Envolverme en esta cortina de seda que te rodea

Que esperanza magistral emana

A tu piel llegar e irme nunca

Compartir el calor blanco de la mañana

Horas que son mías como son tuyas.

 

Dueños de esto que veo sea nadie más

Que sean todos intrusos nada más

Al momento de calma que tu voz invade mi estancia

Con ecos de inefable resonancia

De aventureros espejos propios de tu melodía

Cruzando las tormentas de sueños que a ti sin pensar elegiría.

 

Qué festejo de tu cuerpo es este que en alma poseo

Cual no seré yo si con envidia no lo protejo

Éste que es dos corazones

De dos acérrimos amores

Que se abrazan en la noche infinita

Siendo uno y jamás dividirse

Una ventana que mire a ti

Fuera posible pedirse

Quedarme y ser el viento, solo allí.

Poema #6

Quién
Quién se olvide de mí, suspiraré su nombre
En medio del ruido inmaculado, se escuchará y seré escuchado
Con mis ruinas, latentes en el suelo que yace bajo mi silueta de hambre
Bajo el tumulto de rosas quemadas, que en mis manos han sido manchadas
Sangre viva, sangre abandonada en las palabras mías
A palabras tuyas, semblante fervor al final de mis días
Vuelan violentos los colosos sórdidos, nuestras voces hastías
Soñolientas con el trazo de las brasas frías
Al final, sabrán olvidar el sonido, rendir al cántico
Profetizarse leves en el olvido, subir el ático
Volverse el arpa melodiosa que cuenta la hora
Nocturna en la frontera del sueño y la constelación de espada
Diurna en el calor que extingue la piel descarnada.

Quien dice que la selva no es memoria, recordaré su lluvia
Ebrio en el rocío que me brindará las mentiras
Ávido el sentimiento de las luces que fluyan
En mis venas, atiborradas de tinta muertas en iras
Tanto escribir, tanto sentir los dioses que no he borrar
Tanto domar el fuego, separarlo del mar
De intoxicarse en el humo, tan propio del aire
Mata suspiro y vive desaire
Contacto y delirio al respirar el abismo
Estrellarse al fondo y besar las rocas que aguarden mi llegada
Sólo en la cima que me detuvo era yo mismo
En el crimen y la nostalgia que me libera
En el perdón y abrazo que me condena

Quien lea mis dedos en las teclas del piano, guardará mi sinfonía
El ritmo inerte que caracteriza mi flor espía
Hoy, mira dentro, escucha el eco de los ojos blancos
Bailan al ruido tranquilo y melodía alborotada
Acordes disparan a los sordos oídos de horizontes anchos
Germinan, sufren el mustio recibir de la ardiente tonada
Hipnotiza la playa y recibe la brisa
Como olas los acordes que azotan a la dama de pies caídos
Roba mi espíritu sin prisa
Roba mi sendero y me envuelve en la armonía de sus gemidos
Desnuda, desnudo
Desnudo mi corazón, desnudas sus garras
Indefenso.

Quien pise mi tumba, bailaré en la suya
Muerto estaré yo y el día que me acabe
El tiempo que no veré será mío
El azar, un vehículo
Partir indiferente de la tierra
Que es mi patria y que me aplasta
Mi hogar y el espejo
Me encierra y en éste soy libre
Vicisitudes serán rostros ajenos
Incertidumbre, la llama que apague el libro
Con la pluma que escribo y pierdo mis ideas
Cerraré el baúl
Enterraré la llave.

Poema #5

El bosque

Sentado en la tierra ya soy uno

La soledad es viva y me envuelve en su regazo

Duermo en éste, con sus alas me cubro

Bebo el cálido respirar que en mis pasos trazo

 

Camino y el ruido recorre suave

Ente los árboles donde posan las aves

Árboles escudo de la lluvia

Cubren su piel de fría agua turbia

 

Caen a mis pies frutos del cielo

Las hojas que son páginas de olvido

Con la sátira del viento que empuja su velo

Y escribe en letras de un dialecto rendido

 

Nunca me recuerde las palabras de este sendero

Aún me perderé, lento entre las ramas y troncos

El sol me alcanzará y me cubrirá entero

Aún no lo conoceré, y no me acercaré al fondo

Poema #4

Cómplices

En la estrecha aventura de esta noche

Permíteme buscar en éste estorbo de alma

En el ruido un cómplice accidental

Para que mis palabras entren en intensa calma

Como invitados al reino de tu intimidad en altar

 

Que la memoria de este instante sin ficción

Sea una pintura en óleo de pasión

Y su obrante sea esta brisa de seda que apacigua la tez

Cuando mis dedos se unen a los tuyos uno a la vez

 

Y quienes seremos los dos si no guardamos el tesoro de este momento nuestra cruz

En el que el sol se esconde y la luna desfila su luz

Cual celosos centinelas en vigilia del oro de nuestras miradas

Con el fervor de mantener alto y vivo este sentimiento que habita en las llamas

Poema #3

Sentir

De un pensamiento en diurna soledad

Se atiborra en multitud cubriendo la húmeda mirada

En la tempestad que corroe el tiempo

Y el haz angosto de luz de sol estatua

Se esconde de no ser el intruso innato

A una figura de vacías intenciones

De sus días en eones

Constante tumulto furtivo de mil navajas

De fuego taciturno

Penetran las paredes altas de espejos sucios

Murallas babilónicas de cual salen en fila

Una tras otra, sin orden de muerte

Palabras inútiles que nacen de dentro en decepción

Y escapan moribundas a un lugar en transparente ruido

Pasando a oídos de interés desolado

Y a almas de idioma equívoco

Así se llega a la deriva de uno que se pierde en multitud invisible

A minutos efímeros de un ave en descenso desgraciado

¿Qué se espera, entonces, de un rumor hastío,

Un futuro difuso, un final blanco, un espacio de falso reposo,

Un sufrimiento infinito o fugaz, unos demonios de piel y palabra?

De esto no se sabe y no se puede conocer

Solo permanece el longevo esperar

Y el deseo reacio a cultivar.

Poema #2

Ruinas

Descifro de tu figura recuerdos volátiles

Las ruinas breves de un pasado inerte

De espíritus de quebrantar fáciles

Voces de cuales se escuchan latente

Déjame seguir inconsciente tus pasos

Ábreme la puerta y construyamos estos lasos

 

De ruinas en donde pululan taciturnos

Espíritus fallidos que esbozan fiestas de cartón

Donde caen las hojas frente a los olvidos nocturnos

La ausencia que formas con tu triste actuación

De tu partida del mundo que supimos ver

 

Y sin perturbarme ya te habrías marchado

Y mis días conserva tu frío que contigo no habrás llevado

Solo quedaría el suelo que tus pies no pisaron

Los vacíos que tus pensamientos ignoraron

Los momentos que tus danzas no llenaron

Y el saber inútil de que habrás estado aquí

Cuando tus huellas desvanecidas solo vi.

 

Y en ese el instante en que nuestras sombras se separen

He de vivir mil años en segundos de tus ojos

He de ser el viento inmóvil que aprisionan tus brazos

Has de ser mi mártir temprano de muerte en ocaso

He de colgar mis ideas en el cielo rojo

En tu ceguera he de fundar mi hogar y mi sueño.

Poema #1

Pozo

Tu sonrisa me escapa del pozo

La curva exquisita que mis ojos recorre y de la que mi corazón se adueña

Que sin hablar te escucho decir esas palabras

Apaciguando mis colores, invitadas al festejo de mis sentidos

Y aún, no puedo ver tu rostro más que en imágenes vacías

Mi condena es ser ajeno a tu perfume

Admirar de lejos tu agraciado cuerpo

Morir de sed sin el sereno rocío que tus mañanas me daban

¿Por qué ha de ser el tiempo tan cruel,

Cual abandona nuestro lado en la cima de la montaña,

Y cambia nuestras alas por pesadas manos,

Que apresuran el descenso inminente,

Hiriendo el alma al tocar suelo?

Me queda de tus memorias un triste deseo

Y solo buscar nostálgico el calor en máscaras de papel

Quemando la verdad que febrilmente ocultaré