La extinción de especies es algo inherente a la vida misma, y es que con el paso de miles o incluso millones de años, las especies cambian sus características fenotípicas para adaptarse a las variaciones en su entorno. Lo anterior da lugar a la aparición de nuevas especies con mejores cualidades para sobrevivir, y así mismo, implica también la desaparición de las especies (ancestros o no de otras) que no cuentan con las cualidades necesarias para sobrevivir y desarrollarse. Sin embargo, en el contexto actual la extinción de especies no es consecuencia de la selección natural, y resulta importante proteger a las especies en peligro de extinción.
Como se ha mencionado, la extinción es un proceso natural, o que por lo menos debería serlo, ya que, principalmente en el último siglo, la extinción de especies ha sido mayormente producto de causa de la intervención humana. La caza intensiva de algunas especies, la deforestación, contaminación y otros factores son las razones por la que el número de animales con extinción documentada parece seguir una curva exponencial.
Debido a lo anterior, en los últimos años una gran cantidad de entidades gubernamentales y privadas han realizado esfuerzos por proteger a aquellas especies en peligro de extinción. Lo que es importante para entender la importancia de proteger la biodiversidad, es que no se trata simplemente de una causa con base en principios de ética medioambiental, sino que representa esfuerzos por proteger toda la vida misma, incluidos los seres humanos.
La extinción natural es un proceso que toma usualmente toma miles de años, sin embargo, la extinción derivada de causas directa o indirectamente atribuibles a la actividad humana, ha promovido la extinción acelerada de especies, de seguir esta tendencia, con toda seguridad esto tendrá un impacto terrible en la biodiversidad del planeta, y es que cuando una especie de flora o fauna desaparece, afecta a otras especies que de un modo u otro dependen de la especie extinta, sin embargo, el problema resulta más complejo que afectar a la cadena alimenticia, sino que puede tornarse en situaciones tan graves como la aparición de pandemias, la erosión de hábitats naturales, plagas, e incluso se puede manifestar como crisis económicas y sociales.