Los países con ingresos bajos apenas gastan el 3.2% de su PIB en educación, porcentaje que se ha mantenido estable en los últimos 20 años, lo cual unido a su menor PIB per capita convierte las cifras destinadas a gasto educativo en insuficientes a la hora de lograr las metas educativas propuestas. Según la UNESCO, tal y como ya hemos señalado, este presupuesto debe afrontar al menos un 63% del gasto total en educación, si a esto unimos que las familias deben aportar el 35% del total, resulta difícil lograr la equidad que se pretende alcanzar con la generalización de la educación a toda la población. El menor gasto educativo en los países en desarrollo se complementa con otro problema importante, que también hemos señalado anteriormente, en los países desarrollados el gasto por alumno en educación primaria es del 20%, 22% en secundaria y 37% en terciaria. En los países en desarrollo estas cifras se sitúan entorno al 10-15% en primaria y el 40% en educación universitaria, alcanzando en el sudeste asiático el 85%. La necesidad de un cambio en los presupuestos educativos se hace por lo tanto imprescindible si el objetivo es lograr una mayor equidad en materia educativa. En los países latinoamericanos este hecho se presenta incluso de un modo más acusado, ya que en la mayoría se ha logrado la plena escolarización de la población, aunque debemos matizar que las tasas de abandono de la enseñanza continúan siendo muy elevadas. Si embargo, a pesar del incremento en el número de alumnos escolarizados, la política de gasto educativo se concentra en la enseñanza superior. En este sentido es importante resaltar el avance en materia educativa que se ha llevado a cabo en la ultima década en estos países. Si en el año 90 la media de las tasas de analfabetismo de la población adulta se situaba en un 18% en los hombres y en un 23 % en las mujeres, se ha conseguido rebajar hasta el 11 y 13% respectivamente. Esto 7 demuestra no solo una positiva evolución sino también un acercamiento de la población femenina a las tasas que se presentan en la población masculina. Este es uno de los principales objetivos que la UNESCO se propone a nivel mundial para el comienzo de siglo, y que en los países latinoamericanos parece comenzar a producirse. El descenso de las tasas de analfabetismo de la población adulta en los países latinoamericanos, se ha complementado con la práctica escolarización de los niños a nivel de enseñanza primaria, objetivo que todavía no se ha logrado en Asia y África. A este respecto el problema fundamental que presentan los países de América Latina se centra en las tasas de abandono, ya que el número de repetidores es muy elevado y según los últimos informes de UNICEF el 17% de los niños de estos países trabajan, lo que dificulta o imposibilita que concluyan sus estudios.