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Síndrome de Wendy: qué es, cómo reconocerlo y cómo superarlo

Si hay algo que diferencia a Wendy de Peter Pan es el sentido de la responsabilidad. Ella, madura y siempre dispuesta a cuidar de los demás, él, niño eterno que no quiere saber cómo crecer. El comportamiento de Wendy, que a primera vista parece simplemente reflexivo, pero que, llevado al extremo, se convierte en un síndrome real, comparable al más famoso de la croceroxina.

La primera en hablar de ello fue Carolyn Quadrio en un artículo titulado «El síndrome de Peter Pan y Wendy» y el psicólogo Dan Kiley, que escribió «El síndrome de Peter Pan: hombres que nunca han crecido», y al año siguiente «El dilema de Wendy: Cuando las mujeres dejan de ser madres de sus hombres».

Si el famoso síndrome de Peter Pan caracteriza a quienes permanecen encarcelados en una actitud infantil e inmadura en la edad adulta, el síndrome de Wendy es típico de las personas que son demasiado responsables, que en realidad ocultan tantos problemas. Kiley en sus libros se refería principalmente a la relación, pero estos síndromes pueden afectar a todos, independientemente del sexo.

¿Cómo reconocer el síndrome de Wendy?

Las «Wendies» de servicio tienden a estar exageradamente disponibles para los demás, resolviendo constantemente los problemas, cuidando de ellos, dando atención y afecto continuos, incondicionalmente.

Parecen ser muy responsables, hasta el punto de que las personas menos maduras a su alrededor tienden a apoyarlos, a veces exigiendo demasiado. Pero a «Wendies» le gusta sentirse indispensable.

Otras características son una actitud servicial, generosa, tranquila y no inclinada a la ira, una emoción que las «Wendies» tienen miedo de expresar por miedo a perder el amor de los que las rodean.

Además, según Kiley, los wendies no tienen identidad personal, no tienen opiniones propias, basan su vida en la aprobación de los demás y, aunque la oculten, están ansiosos.

En resumen, los que sufren de crueldad en pareja y no sólo.

¿Qué se esconde detrás del Síndrome?

Normalmente la responsabilidad se considera una cualidad, pero los excesos son siempre insidiosos y el síndrome de Wendy lo confirma. Muchas veces las personas que lo padecen no creen que valen lo suficiente, son inseguras y con baja autoestima, y por eso se entregan incondicionalmente, creyendo que es la única manera de obtener a cambio afecto y amor. También en la pareja.

Además de esto, las «Wendies» probablemente temen la soledad, creen en el amor como sacrificio creyendo que deberían merecerlo, y piensan que son indispensables para el otro.

Otro problema es la relación con emociones como la ira y la irritación, que a menudo se niegan por miedo a que causen consecuencias negativas en las relaciones con los demás.

Los «Wendies» luchan por decir no, renunciando a un sano egoísmo en favor de una actitud demasiado servicial pero contraproducente.

Las consecuencias

Según Kiley, los que padecen este síndrome tienden a atraer a los llamados «Peter Pan», gente inmadura que no quiere crecer y asumir responsabilidades.

Los Wendies pueden ejercer control a través de la actitud de ayuda que los hace indispensables para estas personas. Al menos hasta que su comportamiento opresivo los haga huir, especialmente cuando se trata de parejas.

La dinámica sigue siendo similar también en las relaciones con los demás, por ejemplo con los niños más inmaduros, que tenderán a apoyarse en la polifacética madre «Wendy».

El problema es que, debido a este comportamiento, las «Wendies» tienden a abandonarse completamente a sí mismas y a sus necesidades, en favor de los demás, perdiendo la oportunidad de vivir una vida auténtica.

Consejos para superar el Síndrome de Wendy

Dado que Wendy tiende a eclipsarse a sí misma debido a la inseguridad, es importante que cultive la autoestima recuperando su propio espacio y deseos. Pero si la persona no se conoce a sí misma, seguramente necesitará un camino psicoterapéutico que le ayude a reconectarse con su propia identidad.

Dicho esto, algunos consejos pueden resultar útiles:

  • Para dedicarse a sus pasatiempos y hacerse un hueco sólo para uno mismo;
  • Aprender a decir no para evitar un sentimiento de insatisfacción, frustración y tristeza;
  • Aprenda a preguntar por qué si la donación es importante, también es importante recibir cuidado y atención de sus seres queridos;
  • No posponer continuamente los deseos de satisfacer los de los demás;
  • Entender que el amor no es sacrificio;
  • Aprender a perdonarse a sí mismo.

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