Los niños tecnológicos

El Universo – 1 de junio 2010

Niños Tecnológicos

Los pequeños de hoy se diferencian de los de antes porque están más informados, viven inmersos en la tecnología y son poco afectuosos.

Los niños de hoy son más observadores, analíticos, dinámicos, poco sumisos, cuestionadores y menos afectivos en comparación con los de hace algunos años.

Esta desventaja se debe a que su atención está volcada en la tecnología y no cuentan con la constante presencia de sus madres, que sí la tenían los niños de antes, señala Arelly Zapata, neuropsiquiatra infantil y directora del Instituto de la Metodología Intelectual, asentado en Guayaquil.

“Son el reflejo de la era moderna que vivimos. Los de antes eran mucho más tiernos, apegados a los asuntos familiares, se reunían para ver televisión, comer o compartir con sus padres y hermanos. Ahora los chicos tienen su propio televisor, notebook, celular, nintendo, iPop, que acaparan su atención y hacen que se aíslen y pierdan el contacto familiar”, señala la especialista..

Gianna Auz, psicóloga clínica, dice que los niños de ahora son más cuestionadores y refutadores a causa del libre acceso que tienen a la información a través de internet y la televisión.

Así también que “su comprensión de las herramientas tecnológicas actuales es más rápida que las de un adulto. Los niños de esta época manejan un lenguaje más tecnológico”, expresa.

Auz considera que los pequeños de ayer compartían más juegos al aire libre con otros niños o sus padres, mientras que los actuales son más individualistas, prefieren los videojuegos o alguna otra actividad tecnológica. Esto les permite un contacto solo entre el niño y la máquina.

Al respecto, la psicóloga educativa Norma Herrera Zambrano señala que los chicos ya no juegan como lo hacían los de antaño, porque se ha perdido el clima familiar, porque los padres les dan como entretenimientos los aparatos tecnológicos. No les prestan mayor atención.

 “Cada miembro hace lo suyo, los padres trabajan y los chicos se distraen con la televisión y demás aparatos. Antes solo trabajaba el padre y la madre se dedicaba a los quehaceres domésticos, a educar a los chicos, impartirles disciplina y respeto. El papá llegaba al mediodía, comían juntos y había mayor comunicación”, puntualiza Herrera.

Agrega que antes los pequeños jugaban a la rayuela, la cometa, la cogida, la macateta, el trompo, o formaban rondas infantiles, que además de entretenerlos les permitían sociabilizar con parientes y amigos. Distraerse sanamente, sin la violencia que ofrecen muchos videojuegos.

Las expertas consultadas coinciden en que los chicos de ahora solo responden a la época que les ha tocado vivir. Necesitan de todos estos estímulos tecnológicos porque si no se aburren. Anotan que la tecnología no es dañina para los niños si se usa racionalmente, si los padres ponen límites. Si están dispuestos a responder las inquietudes de sus hijos, ayudarlos a buscar respuestas, darles amor y distracción.

“Tienen facilidad para memorizar el procedimiento de aparatos tecnológicos, mucho mejor que los adultos que ya no pertenecemos a esta generación. Tienen acceso a mucha más información, por ello en muchas ocasiones van a exigir de los mayores respuestas verdaderas a algo. Ahora ya no es simplemente ¡quédate ahí!, si no quédate ahí, por esta o tal razón”, indica Zapata.

La uruguaya Fanny Berger, autora del libro El paraíso posible, cómo crecer emocional y espiritualmente, señala que los niños de hoy buscan la inmediatez. “¡Dígame ya!, ¡llame ya!, ¡por qué no ahora!”, y que la complacencia de algunos padres hace que ellos no experimenten la espera. Así también el que tengan acceso a mucha información hace que se enteren o aprendan cosas antes de tiempo.

 La escritora plantea que todos los niños requieren de la misma cantidad y calidad de afecto de la que gozaron los de antaño. Y que para desarrollar sus emociones deben respetar las cuatro E: Esperar, experimentar, escuchar y entender cuando se le dice un no.

“Las similitudes en ambos es que siguen siendo curiosos, traviesos, imaginativos, fantasiosos y en el fondo siguen manteniendo la frescura y la inocencia propias de los niños de todas las épocas. Y lo más importante y principal es que todos los pequeños brindan un afecto puro y desinteresado. Por ello debemos siempre protegerlos y respetarlos”, puntualiza Gianna Auz.

Educación

Hay que darles respuestas concretas.

Los niños de hoy no solo requieren la presencia física de sus padres, sino también la emocional.

Los padres no deben tomar la curiosidad e inquietud de sus hijos como malcriadez. Tampoco darles todo lo que pidan para que los dejen tranquilos.

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