Navegando
domingo, octubre 9th, 2011¿Será el sabor de tu piel lo que me enloquece?;
¿Será el furor de tu lengua sobre mi cuerpo?
¿Será la química de nuestros cuerpos lo que establece;
Aquella luz que se refleja en mi puerto?.
Navegaste despacio y te detuviste en la orilla.
Sin reparo tu piel permaneció, sin establecer.
Que tus alas cobijaban, arropaban y abrigaban
la desnudez del cuerpo que se fundió a tu ser.
Con mi lengua lamia cada herida de tu alma.
Sentía cada pesar, cada exigencia, cada sabor
Del placentero castigo de tu aroma que me llama.
Inundados de humedad, atraída por tu calor
Mientras llegaba al jardín del edén
Para poder beber la dulce miel
Hasta perdernos en el vaivén
Prisionera del deleite de tu piel.
Quiero tus lunares impregnados en mí.
Como tu alumna aprendiendo a volar
En aquella nave de la que me prendí
hasta llegar al sol y poderlo tocar .