Ecuador y el Jiu Jitsu

Para empezar hablar del Jiu Jitsu de manera internacional debemos hablar sobre su influencia en nuestro país, porque sí el Jiu Jitsu ha llegado al Ecuador, con mas de 10 academias reconocidas a nivel sudamericano y en su mayoría a nivel mundial.

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En el Ecuador, el jiu jitsu es un arte relativamente nueva, pero que ha progresado muy rápidamente tanto en su popularización como en proyección internacional. Su introducción se dio por diferentes vías. Comenzó de la mano del guayaquileño Roberto Bitar, de la Academia Bidokan, a finales de los no- ventas. Tras el éxito de Royce Gracie en los primeros UFC, Bitar fue uno de los muchos profesionales que acudió a los Estados Unidos para aprender de la familia brasileña y, a partir de entonces, abrió una filial en el Puerto Principal. Simultáneamente, el guayaquileño Carlos Monteverde, también asiduo practi- cante de artes marciales, se formó en Brasil con el reputado profesor Marcos Barbosa e inició un nuevo grupo a su regreso al Ecuador. Adicionalmente, dos jóvenes competidores de la academia Bidokan, Leonardo Iturralde y Juan Pablo García, decidieron seguir caminos separados. El guayaquileño Giovanni Rosero invirtió en este campo y trajo al profesor brasileño Freddy Sukata, quien acogió a Iturralde; así nació un nuevo equipo de competencia. García, a su vez, dio inicio entonces a una filial del equipo Gracie Barra.

Apasionados por el jiu jitsu y decididos a progresar en dicha disciplina, Iturralde y García unieron luego fuerzas para formar un solo equipo, bajo la égida del brasileño Fernando “Soluço” Di Pierro, de São Paulo, representante del equipo mundial de jiu jitsu Alliance. Soluço, cinta negra y competidor interna- cional condecorado, se radicó en Ecuador en el año 2006 y decidió, en conjunto con Iturralde, masificar el jiu jitsu en el Ecuador y dar inicio a la formación de un equipo de competencia de calibre internacional. Su iniciativa también tuvo eco en otras ciudades, como Quito, donde funcionaba un grupo encabezado por el brasileño Delci “Cizo” Motta y en Santo Domingo, con Daniel Briceño, quienes se sumaron al esfuerzo. Posteriormente, se sumó también a la iniciativa un grande grupo de Manta.

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