Los acorazados de clase BISMARCK tuvieron un corto período de servicio.
El BISMARCK sólo llevó a cabo una operación, de nombre en código Operación Rheinübung, que consistió en una salida al Océano Atlántico en mayo de 1941 para atacar a los convoyes de suministros enviados de Norteamérica a Gran Bretaña. Durante la acción hundió al crucero de batalla británico HMS Hood y dañó gravemente al nuevo acorazado Prince of Wales en la batalla del Estrecho de Dinamarca. Tras una persecución de tres días la Real Armada Británica lo interceptó y hundió. La causa última de su pérdida es incierta, pues los supervivientes alemanes sostienen que ellos echaron a pique su acorazado.
La historia del Tirpitz fue menos dramática. Fue enviado a aguas noruegas en 1942, donde actuó como una flota en potencia amenazando los convoyes británicos hacia la Unión Soviética. Fue repetidamente atacado por la Real Armada británica con minisubmarinos y aviones bombarderos de la Real Fuerza Aérea. Finalmente, bombarderos Lancaster ingleses consiguieron hacerle blanco con dos enormes bombas Tallboy que le causaron graves destrozos internos e hicieron zozobrar el acorazado. Fue desguazado entre 1948 y 1957, aunque una gran parte de su proa permanece en el lugar en que fue hundido en 1944.