01 Jul 2009 Salinas de Tomavela

Pueblo de gente en su mayoría indígena, que  ha surgido de la pobreza gracias al tesón de sus habitantes. Esta parroquia es tan antigua como la historia de nuestro país, pues fue creada en 1884 y no es, sino; hasta 1970 cuando empieza a desarrollarse vertiginosamente con el apoyo de misioneros italianos y de organizaciones no gubernamentales.

 

Esta parroquia cuenta con lugares turísticos muy atractivos como son las minas de sal, el camino a la comunidad de Yacubiana un pequeño pueblo habitado por campesinos dedicados a la producción de quesos Andinos, que inicia en la Plaza Central y se sigue en dirección sur hacia el río Salinas llegando a las Minas de Sal, localizadas al frente de la parroquia, desde allí se admira bellos paisajes.

Además de la comunidad de chazo Juan, el bosque protector de peña blanca las cuevas de tigua o las explotaciones mineras son destinos recomendados para las personas que gustan de conocer diversas culturas y formas de vida en el páramo ecuatoriano.

En la parte superior de las Minas de Sal se encuentra la meseta llamada Tablón Ventana y al atravesarlo se contemplan monolitos similares a soldados petrificados y al proseguir se baja al valle del río Yacubiana; después de haber cruzado el río Yacubiana se llega a un caserío en donde podemos admirar la loma del muerto que es una colina triangular que se encuentra cerca de su cumbre una cueva con una gran piedra similar a un ataúd. Este recorrido se lo puede cubrir entre 4 á 5 horas.

Además existe otro camino que nos dirige a la Comunidad de Verdepamba; este recorrido se inicia en la Plaza Central, se sigue en dirección a la Iglesia y antes de llegar al Cementerio se toma la derecha para subir al Calvario y después contar sus gradas para llegar a la cima; desde allí se pueden observar varios parajes, tomar fotografías del pueblo, de las minas de sal y de diversos sectores de la parroquia después de descansar viendo esta maravilla continuamos en dirección norte y apreciar el valle del río Tiahua, que contiene los impresionantes farallones y las cuevas diseminadas en el gran cañón, mudos testigos de una formación prehistórica y erupciones volcánicas.

Continuando por el cañón y boquete norte se llega a una gran meseta y por ella a la comunidad que cuenta con varias chozas y viviendas tradicionales construidas con tierra, bahareque y paja; las madres confeccionan hermosos sacos de lana. El tiempo de recorrido de 2 a 3 horas.

Oscar Sánchez M.

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