Los negocios funcionan de forma sistemática, estos siguen una orgánica natural financiera, que puede verse afectada según nuestras acciones como administradores de nuestro propio emprendimiento, incluso si se trata de una grandiosa idea, si se cometen ciertos o errores o llevan a cabo acciones erróneas puede terminar estancándose en un solo punto sin prosperar o incluso llegando al punto de tener que declararse en banca rota.

Puede que tengamos las mejores ideas y el capital más sólido al momento de iniciar, pero si existen ciertos hábitos que, si no logramos evitar, terminaremos llevando a nuestro negocio al peor escenario posible. El primer mal hábito que suelen crearse muchos nuevos empresarios es el depender de los ingresos y el capital de la empresa para su propio beneficio, jamás debes olvidar que tu negocio tiene su propia personalidad jurídica, es un sujeto independiente de manera legal y financiera, así que debes evitar usar el dinero de tu empresa para otras cosas que no sean para beneficio de la misma.

Otro mal hábito que suelen crear algunas personas, especialmente en negocios o emprendimientos pequeños, es el consumir mercancía del establecimiento, la mayoría de bienes productos y servicios generan cierta ganancia por sobre la inversión, si terminamos por consumir nuestros propios productos estamos alterando la estabilidad de los costos degenerando el porcentaje de ganancia.

Otro habito que puede destruir tu negocio o estancarlo de por vida es no reinvertir las ganancias generadas, muchos asumen que las ganancias de su nuevo negocio son el resultado que les beneficiara, pero la realidad es que a lo largo de la vida de tu negocio, especialmente en los primeros años, gran cantidad de estas ganancias deben ser reinvertidas para hacer crecer tu empresa, a menos que cuentes con inversionistas externos que te ayuden a crecer, y de igual forma estos no se mantendrán mucho tiempo dentro de un negocio que no se proyecta a pesar del tiempo.