Debido a que el rendimiento de los hornos varía, conviene comprobar siempre que los pasteles estén bien hechos antes de retirarlos del horno, por si necesitaran un tiempo de cocción más largo.
Presiona ligeramente el centro del pastel con la yema de los dedos. Si está listo, deberá estar esponjoso y los laterales deberán despegarse del molde.
Introduce una brocheta de metal en el centro del pastel. Si está listo, la brocheta saldrá limpia.