diciembre26
JAVIER MÉNDEZ ARAYA
«Uh, ah, Chávez no se va» y «el comandante se queda». Estas son las consignas que machacan por estos días y por varias horas al día a los venezolanos por la radio y televisión oficialistas.
La campaña comenzó el pasado 18, cuando la mayoría gubernamental aprobara en la primera discusión en la Asamblea Nacional (Congreso) una enmienda constitucional que permitiría la reelección ilimitada del Mandatario Hugo Chávez Frías.
«Uh, ah, Chávez no se va» resuena fuerte, mientras, según denuncian políticos opositores y analistas independientes a «El Mercurio», el Presidente, con la ayuda de su círculo «bolivariano», emprende una fuerte ofensiva mediática, política y económica a fin de lograr pronto la concreción de la consulta, que el Mandatario desea que se programe para el 15 de febrero del año entrante.
Esta acometida va acompañada de la orden de Chávez de detener la construcción de un centro comercial en Caracas y anunciar su expropiación para levantar ahí un hospital o una escuela.
¿Por qué esta nueva expropiación y la prisa para realizar la consulta popular?
Las razones, para muchos, son claras.
El director ejecutivo de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Caracas, Víctor Maldonado, sostiene que la expropiación del centro comercial El Sambil se enmarca dentro de su esfuerzo de consolidar su economía «socialista del siglo XXI» y de lograr la reelección indefinida, pues «ambas cosas están íntimamente ligadas».
«Además, busca polarizar a la sociedad en un tema clave. Pero lo más grave es que esta expropiación deja al descubierto la fragilidad del Estado de Derecho y revela el peligro en que se encuentran las garantías ciudadanas, entre las que está el derecho de la propiedad», señala.
En esa misma línea estarían también las denuncias del Mandatario sobre presuntos complots contra su gobierno orquestados por Washington.
«Es parte de una estrategia para manipular a la opinión pública venezolana y reconquistar el apoyo perdido», dice Gerardo Blyde, dirigente del partido opositor Un Nuevo Tiempo.
Crisis económica
La drástica caída del precio del petróleo, cuyas exportaciones representan más del 90 por ciento de los ingresos de Venezuela, es quizás el factor más importante y que le quita el sueño a Hugo Chávez. Esto porque podría tener pronto nefastas consecuencias para la política y la economía venezolanas, enfatizan los expertos.
La bonanza de dólares, producto de la venta del crudo, le ha permitido al Mandatario manejar holgadamente el presupuesto público, aplicar medidas populistas y además ayudar a sus amigos de la región.
Según José Toro Hardy, ex director de PDVSA, de continuar la actual tendencia, el precio del crudo para marzo o abril se cotizará por debajo de los 30 dólares por barril.
«Durante gran parte de 2008, con el precio del petróleo alto, el país importó 55 mil millones de dólares en bienes de todo tipo, incluyendo alimentos. Todo da a entender que en el año 2009 el país no va a disponer de más de 25 mil millones de dólares para realizar las importaciones que requiere.
Y como eso ocurre en los momentos en que el aparato productivo nacional está duramente golpeado, lo que vamos a ver en Venezuela en 2009 será una profunda crisis financiera, altísima inflación y gran escasez», enfatiza.
Orlando Ochoa, economista de la Universidad Andrés Bello de Caracas, añade que ese es el motivo por el que Chávez quiere realizar el referéndum en febrero, antes que la crisis golpee de lleno al país y «la bomba estalle».
«Se verá obligado a tomar drásticas medidas, con recortes fiscales y a sus planes sociales, con lo cual aumentará la conflictividad política», sostiene.
Pese a todo, el propio Mandatario señaló el martes que su proceso político seguirá adelante, independientemente de si el «petróleo llega a cero».
Ricardo Sanguino, presidente del Comité de Finanzas de la Asamblea Nacional, dice a este diario que el gobierno ya está tomando medidas para enfrentar la crisis, como reducir las divisas para los viajes al extranjero, y que el referéndum se hará de todas formas. «Hay más de cuatro millones de firmas recolectadas que avalan la consulta y significan un gran apoyo al Presidente», enfatiza.
La otra crisis que se avecina
El Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, decretaría el estado de excepción si llega a perder el referéndum que busca la modificación de la enmienda que permite su reelección indefinida, aseguró el abogado constitucionalista y opositor venezolano Herman Escarrá.
En una entrevista con Associated Press, Escarrá señaló que sin importar el resultado, Venezuela afrontará una grave crisis. «Si se aprueba la enmienda, va a haber una crisis en Venezuela, y si no se aprueba, también. Sólo que si (la reelección) no sale adelante, el Presidente va a decretar el estado de excepción para controlar aún más el poder. Y este poder lo va a ejercer de manera radical», afirmó el abogado.
El arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa Savino, también advirtió ayer que el proyecto de reelección ilimitada de Hugo Chávez puede crear situaciones conflictivas en Venezuela.
«La reelección indefinida no va con el sentir del pueblo venezolano. Nunca ha sido aceptada. Hay que pensar mucho en eso para no caer en una situación que puede ser muy conflictiva», señaló.
Los cada vez más poderosos círculos bolivarianos
La oposición venezolana denunció que se nota una creciente actividad pro referéndum de los «círculos bolivarianos», que son en realidad «batallones electorales», y los concejos comunales.
Según el economista Orlando Ochoa, estos últimos son organizados de manera de hacer parte al chavismo de la estructura descentralizada del país. «Los consejos comunales ahora están compartiendo los recursos que van hacia gobernaciones y alcaldías, y han recibido dinero para las movilizaciones electorales. Y hay ciertos indicios de que las utilidades cambiarias de algunas empresas estatales también se desvían hacia fines políticos», indicó, denunciando que Chávez ha restringido los recursos a las alcaldías gobernadas por la oposición, como Caracas.
José Toro Hardy enfatiza que Chávez mantiene a los «batallones electorales» muy activos y financiados: «Son una forma de intimidar a la población, puesto que recorren población por población, calle por calle y casa por casa presionando a la gente».
APOYO AL NO
Una encuesta de la firma Keller y Asociados arrojó que el 68% de los consultados votaría por el «No» a la enmienda constitucional, contra el 31% que la refrendaría con un «Sí».