«Estoy feliz como una lombriz»
A veces la felicidad
no deja lugar a las palabras.
A veces la felicidad
te mantiene en silencio,
pero de pronto,
una sonora carcajada
rompe con él.
Estoy feliz.
«Sabio no es aquel hombre que lo sabe todo y enseña; sabio es aquel hombre que aprende y pone atención.»
Anomino.
«Luchar para vivir o vivir para luchar.»
Anomino.
«Se dice que la sabiduría es el esfuerzo por conocer,
no se… yo me esfuerzo por conocer y no me considero sabio, sólo un aprendiz. »
Anomino.
«Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas. »
Anomino.
Saya, la maestra robot
En una escuela japonesa, una robot anda ya impartiendo clases. Responde al nombre de Saya, y es el resultado de quince años de investigación y pruebas en el desempeño de otros trabajos, como el de recepcionista -en la imagen-, algo que Saya llevó a cabo sin problemas por lo que sus diseñadores han decidido, de acuerdo con el gobierno nipón, llevar su creación todavía más lejos y la robot es ahora maestra de una escuela primaria de Tokio. Más allá de su apariencia de maniquí, Saya domina varios idiomas, es capaz de organizar gran cantidad de tareas programadas y, como cualquier maestro que se precie, mostrar su enfado cuando los alumnos no se comportan como es debido en un amplio surtido de expresiones faciales -no sólo de reprobación-. Este robot, así como otros de su generación, han sido diseñados para comercializarlos entre empresas que deseen reducir costes y es sólo un ejemplo de la determinación de Japón de poner un robot por hogar antes del año 2015 para lo que ha invertido gran cantidad de dinero y recursos. Actualmente, los más vendidos son los empleados para ejercer de recepcionistas y secretarias.