El cuarto mes de embarazo comprende entre las semanas 15 a 18 de gestación. Es el periodo que la mujer más disfruta pues sufre menos molestias. El aspecto del bebé en el útero materno es igual al de un bebé recién nacido pero pequeño. Cabe en la palma de una mano y pesa entre 100 y 200 gramos.
Dentro de los cambios y síntomas que sufres los que más puedes notar son el subir de peso y comience a formarse una pequeña barriga, además los pezones aumentarán y se pondrán más oscuros. La alimentación de la mujer embarazada es fundamental y debe estar provista de todos los nutrientes que necesita el bebé ya que a partir de este mes se inicia el crecimiento de todas sus partes vitales, sus ojos empiezan a reaccionar ante la luz y sus oídos pueden percibir los sonidos externos. La voz materna es uno de los primeros sonidos que reconoce y se puede comenzar a hablar suavemente con el bebé y a estimularle con música relajante; su piel es transparente y fina, la bolsa de líquido amniótico mantiene al feto protegido de los golpes y le permite moverse con libertad, girar la cabeza y estirarse. Aparece el reflejo de succión, el bebé se chupa el pulgar. Se observa un notable desarrollo de la anatomía, el feto presenta unas extremidades más largas y definidas, donde se aprecian las rodillas, los codos, las muñecas y los tobillos. Por tanto, el organismo es más funcional, el feto abre y cierra las manos, mueve las piernas e, incluso, el desarrollo de los músculos faciales ya le permite realizar una variedad de muecas o gestos como fruncir el ceño.