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La tradición de los belenes

Primera tradición de la Natividad.

Los orígenes de la cuna de Navidad se remontan a 1223. Ese día, San Francisco de Asís, en peregrinación a Tierra Santa, decidió pedir al Papa una exención de la prohibición de expresión religiosa para instalar una estatua de la Natividad viviente en la gruta de la ciudad italiana de Greccio. Para ello, preparó un pesebre de paja, una estatua del niño Jesús, un buey y un burro. Tras la misa de medianoche en la gruta, los fieles acudieron a rendir homenaje al recién nacido, recordando el pasaje bíblico de la Adoración de los Pastores. San Francisco no utilizó figuras que representaran a San José o a la Virgen María, por lo que éstas pueden considerarse más bien parte del rito litúrgico.

Sin embargo, ya existían representaciones pictóricas o en relieve, pero no figuras independientes como las conocemos hoy. Las curiosidades de estas fiestas son muy interesantes, se las contamos.

Gracias a los franciscanos y a las clarisas, la producción de figuras en diversos materiales, como la cera, la madera y la terracota, que representan el nacimiento del niño Jesús, se fue extendiendo por los distintos monasterios italianos. Esta práctica se extendió de las iglesias y monasterios a las capillas de los palacios reales y nobiliarios, donde se popularizó con la llegada de la época navideña y dio lugar a la creación de los primeros talleres especializados en la producción de figuras de belén. A continuación, se colocaron en iglesias de toda Italia en los siglos XIV y XV, en su mayoría de terracota.

Los belenes aparecen en España.

En España, la tradición de la Natividad se transmitió a los franciscanos y a las clarisas, especialmente a través del puerto de Valencia. Conviene recordar aquí que hubo constantes intercambios culturales y sociales entre el Levante español y el territorio del Reino de Aragón en el sur de la península italiana. Originalmente, la tradición adoptaba la forma de teatro (autos sacramentales) en el que los actores representaban diversas escenas del nacimiento de Cristo en las iglesias para que los creyentes pudieran comprender y disfrutar del misterio de su encarnación. La Iglesia apoyaba todas las representaciones artísticas que servían para transmitir el mensaje de las Escrituras e inspirar a los creyentes.

Las representaciones teatrales dieron paso a las estáticas, con figuras hechas de diversos materiales según las tradiciones locales, y la terracota multicolor fue el principal material utilizado. Gracias a esta popularización, el primer taller de cotto se estableció en París en 1465, seguido de la localidad madrileña de Alcorcón, que ya contaba con un taller en 1471. Más tarde, la tradición se popularizó en Siena (1475) y Lisboa (1479), extendiéndose desde las comunidades religiosas y los palacios al pueblo llano.

Belén en Nápoles.

A mediados del siglo XVIII, Carlos VII de Nápoles se convirtió en Carlos III de España, gran promotor del Nacimiento. A su llegada a Madrid, trajo consigo un Belén napolitano, que fue encargado para el futuro Carlos IV y que se conoció como el «Belén del Príncipe».

El Cotto de Nápoles se caracteriza por figuras en movimiento y vestidas que imitan a los habitantes del sur de Italia, vestidos a la moda del siglo XVIII y situados en un complejo escenario que representa la arquitectura barroca de Nápoles y lugares clásicos como Pompeya y Herculano. el animado siglo XVII. La vida napolitana está representada y los personajes son de lo más variado. Los belenes se encontraban principalmente en los suntuosos palacios y residencias de la nobleza.

Cuna de Navidad en Madrid. El belén napolitano en el palacio real.
Belén napolitano en el Palacio Real, conocido como el Belén del Príncipe.

Hoy en día… Cuna de Navidad en Madrid y Mayo Revillas.

En las últimas décadas se han popularizado las instalaciones de belenes en hogares e instituciones, con los llamados modelos de belenes hebreos, representaciones en arcilla de la vida cotidiana en la ciudad de Belén en el siglo I a.C. En este sentido, destaca la figura de Mayo Lebrija, maestro belenista, que ha creado un maravilloso belén único, o hecho a mano, con arcilla y palos.

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