Edificio en construcción

La obra de Jesús en el corazón del creyente comienza al colocarnos en el fundamento que es la Verdad, lo cual es lo mismo que su Palabra. La Biblia nos dice que estamos fundamentados en la Roca, y esa Roca es Cristo. Cuando un carpintero comienza a trabajar en un edificio, sin importar lo grande, ostentoso o imponente de esa estructura, siempre empieza por el fundamento. Toma mucho trabajo y tiempo establecer las bases que mantendrán esa casa firme. Este trabajo es sucio, no muy fácil, y no se muestra evidente facilmente. Para poder ver el progreso, primero hay que mirar hacia el hueco en la tierra para ver lo que hasta ahora han hecho los trabajadores. Te aseguro que lo que veas no va a agradar a tus ojos, porque no tiene ningún atractivo. Además, tienes que saber qué es lo que buscas allí, porque puede que lo que veas, no tenga una forma bonita. No tiene forma de casa, ni se parece a un edificio. Sin embargo, es sin duda la parte màs necesaria. Sin ella no se puede edificar y la obra se detiene. Está destinada al fracaso. Luego de ese paso, comienzan a formar la estructura sobre el fundamento, que a su vez le da forma definida y fortaleza a la estructura. Este es otro proceso detallado, largo y peligroso. A medida que el edificio se va levantando, mas riesgo hay para los que trabajan en ella. Aqui se decide si el fundamento está bien hecho. Cualquier error en el fundamento será evidente en las paredes, el piso y el techo. A veces es necesario hacer ajustes para corregir posibles defectos en la construcción. Algunos son posibles de hacer y no conllevan tanto tiempo, esfuerzo ni gastos mayores. Otros, por el contrario son costosos y conllevan hacer cambios radicales. De otra manera la casa o edificio se hace imposible de usar y los comentarios y burlas de los testigos son un tanto normales. Nadie quiere contratar a un carpintero que hecha a perder una obra. Su nombre estará en entredicho. Si entramos a una casa en construcción, veremos que tampoco es una escena bonita. Hay muchos peligros, al punto que es necesario estar protegido contra posibles accidentes. No verás colores llamativos, ni pisos lustrosos. Al contrario, preparate para ver arena, cemento, aserrín, clavos, herramientas, agua, trabajadores sudados, agogamiento fisico y con mucha probabilidad seas testigo del poco progreso. Si eres el dueño, mucho más. Estarás preocupado por los costos, por trabajadores que a tu parecer no avanzan a hacer el trabajo, estarás impaciente por ver todo terminado y tu mente te llevará a preguntarte, ¿Me dará el presupuesto para pagar los gastos y terminar la casa? Sabes, no es tiempo aún de preocuparte por eso, porque todavía falta mucho para que tu casa o edificio empiece a requerir detalles que son mucho más delicados y costosos. Luego de tener pisos, paredes y techo, comienzan los detalles de decoración. Es la etapa de gastar mas dinero, tiempo y esfuerzo en hacer esa casa funcional, bonita y atractiva a los ojos. Cosas como colores, losas, ventanas, gabinetes, electricidad, agua, solo por mencionar algunos, son las que tendrás que añadir. Te adelanto que con seguridad tendrás que contratar especialistas para hacer algunos de estos trabajos. Por ejemplo, el carpintero con probabilidad no tendrá la destreza de trabajar con algunos detalles de la electricidad, asi tampoco con plomería. Estas disciplinas son especialidades muy costosas y especificas. No pondrás a un jardinero a hacer la instalación de cables electricos. Finalmente la casa está terminada, te llevó tiempo, dinero, sueño y otas cosas más. Ahora un ingeniero evaluará todo y te dará permiso para habitarla. Eso en caso de que todo cumpla con las especificaciones. Si no es así, entonces tendrás que demoler y arreglar hata que todos los requisitos están hechos según el diseño. Ahora esa casa te sirve ya sea para vivirla o para adquirir una ganancia de ella. El resultado dará de qué hablar.

¿Te das cuenta cuanto se parece nuestra vida espiritual a una casa en construcción? Cristo puso el fundamento, es posible que no lo sepas, ni te guste lo que ves porque no entiendes el diseño de tu casa. Tal vez ya hay un buen fundamento pero te molesta ver lo feo de las paredes o el peligro de aventurarse en esa casa que no es segura. Tal vez quieres cambiar los colores y hasta la forma en que la hicieron. Puede que quieras otras losas para el piso y las paredes, o un techo más alto y llamativo. En fin, cambiar tu casa porque no te gusta lo que ves. Quieres tener otra forma, o hasta estar en otro lugar, en otra urbanización de mas importancia social. Sin embargo hay te digo, primero, la casa no es tuya. No te perteneces. Eres un edificio para Cristo. Sino te gusta lo que ves es porque estás en construcción y no estás terminado. Es posible hacer cambios, pero tienes que consultarlo con el arquitecto, ingeniero y carpintero. El es quien sabe hacer ajustes que no pongan en riesgo la estabilidad de la estructura, no tu. Además te repito, la casa la cual eres tu, no te pertenece, le pertenece a Dios. Finalmente te digo, no te molestes por el lugar donde va tu proceso de construcción. De seguro no ha terminado aún, pero dondequiera que estés en ese proceso es mucho más lo que se ha construido que antes de empezar a construir. Tal vez no has llegado al fin del plan de construcción que Dios tiene contigo, pero de seguro no hay nada mejor que estar en manos del perfecto Carpintero.

Dios te bendiga.

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