• Porque el amor es ciego y va acompañado de la locura.

    Algunos se han hecho la siguiente pregunta ¿Por qué son ciegas las personas  cuando están enamorada y cometen locura? sin conseguir una repuesta exacta. Buscan en libro preguntan a las personas que tienen más experiencia y aún así no lo logran comprender.

    Se ve en el diario vivir como las personas se suicidan por su pareja ya sea porque lo ha engañado o lo ha dejado, y la gente no comprende porque pasa esto. O hay situaciones donde él o ella saben que lo engaña su pareja o lo trata mal y aún así siguen con esa persona,   lo que se encuentran a su alrededor dicen: «Esta persona esta siega y loca sabe que lo engañan y lo tratan mal y aún así esta con ella».

    Para lo que buscaron la respuesta de porque el amor es ciego y va acompañado de la locura aquí les dejo la respuesta:

    La locura y el Amor

    Cuenta que una vez se reunieron en un lugar de  la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el aburrimiento había bostezado por tercera vez, la locura, como siempre tan loca, les propuso:

    ¿Jugamos a la escondida? La intriga levanto la ceja, y la curiosidad, sin poder contenerse, preguntó: ¿A las escondidas?

    -Es un juego- explicó la Locura- , en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón.

    Mientras tanto ustedes se escondes y cuando yo haya terminado de contar. El primero de ustedes que yo encuentre ocupará entonces mi lugar para continuar así entonces el juego.

    El entusiasmo bailó secundado de la Euforia, la alegría dio tantos saltos que termino por convencer a la duda, e incluso a la apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar, la verdad prefirió no esconderse, ¿Para qué?, si al final siempre la hallaban.

    La soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era  que la idea no hubiese sido de ella) y la Cobardía prefirió no arriesgarse.

    -uno, dos, tres…..- comenzó a contar la locura.

    La primera en esconderse fue la pereza, que como siempre se dejó caer tras la primera piedra del camino.

    La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió tras la sombra del triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto.

    La generosidad casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para algunos de sus amigos: que si un lago cristalino, ideal para la belleza; que si el vuelo de la mariposa, lo mejor  para la voluptuosidad; que si una rendija de un árbol, ideal para la timidez; que si la ráfaga del viento, magnífico para la Libertad. Así que terminó por ocultarse en un rayito de sol.

    El Egoísmo encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo, pero sólo para él.

    La Mentirá se escondió en fondo del océano, mientras la Realidad se escondió detrás del arco iris y la Pasión y el Deseo dentro de los volcanes.

    El Olvido…. Se me olvidó donde se escondió, pero eso no es lo importante. Cuando la Locura contaba 999,999, el Amor lo había encontrado sitió para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, Hasta que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores.

    -Un millón….- contó la Locura y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la Pereza, a tres pasos, en una piedra.

    Al Egoísmo no tuvo ni  que buscarlo, solito salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar la Locura  sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la Belleza, y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir en qué lado esconderse.

    Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la hierba fresca, a la Angustia en una oscura cueva, a la Mentira detrás del arco iris (¡mentiras!, si ella estaba en el fondo del océano) y hasta el Olvido, que ya había olvidado que estaban jugando a la escondida.

    Pero, el Amor no aparecía por ningún sitio.

    La locura busco detrás de cada árbol, en cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas, y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y las rosas. Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó: las espinas habían herido los ojos del amor.

    La locura no sabía qué hacer para disculparse. Lloró, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.

    Desde  entonces; desde que por primera vez se jugó  a las escondidas en la tierra, el AMOR es ciego y la LOCURA siempre lo acompaña.

    «La verdadera felicidad no es la que carece de problemas, sino la que lo sabe cómo superarlos»

    Posted by rabonill @ 3:36 pm

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