La CEPAL advierte que la región podría sufrir grandes daños económicos debido al calentamiento global.

Cambio climático, "desastroso" para América Latina

«Inundación en El Salvador en 2005.»

Un nuevo estudio de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) advierte que la región podría sufrir grandes daños económicos debido al calentamiento global antes del fin de este siglo.

«Sin un acuerdo fuerte (sobre los recortes de las emisiones de los gases de efecto invernadero), las pérdidas económicas para América Latina serán enormes», dijo Joseluis Samaniego, uno de los directores de la CEPAL.

Según él, los costos disminuirán si se llega a un buen acuerdo.

Una de las conclusiones clave del informe «La economía del cambio climático en América Latina y el Caribe» es que, en el escenario actual de altas emisiones, el tamaño de las pérdidas económicas antes de fin de siglo equivaldría a más del valor actual del producto interno bruto (PIB) de América Latina, en aproximadamente un 140%.

Incluso si se hacen recortes significativos de las emisiones, sería del 34%.

«Mini-Stern»

El informe es el primero de su tipo que trata de calcular los costos económicos potenciales para toda la región del calentamiento global.

Ha sido bautizado de forma no oficial como el informe «mini-Stern» para América Latina, en referencia al influyente informe del economista británico Nicholas Stern, en 2006, que tuvo un gran impacto en la toma de conciencia sobre los costos económicos del cambio climático.

«El cambio climático no es sólo un problema medioambiental. Implicará cambios importantes en todas las áreas de la toma de decisiones políticas», dijo el secretario ejecutivo adjunto de la CEPAL, Antonio Prado.

Lo que se sabe y lo que no se sabe

El informe señala que el impacto será diferente en diversas partes de América Latina y destaca que hay dudas sobre el cálculo de sus costos.

Sin embargo, asume que la temperatura en la región subirá entre el 1% y el 6%, en dependencia de cuán grandes sean las emisiones.

Por otro lado, las lluvias aumentarán entre un 5% y un 10% en algunas partes de la región y disminuirán entre un 20% y un 40% en otras.

Un mapa de la CEPAL muestra los principales impactos en cada zona.

Entre las conclusiones principales están las siguientes:

– En ciertas zonas de Argentina, Chile y Uruguay (…) se observa que un aumento moderado de la temperatura puede tener efectivos positivos en el sector agrícola para ciertos horizontes de tiempo.

– Por el contrario, en regiones tropicales y en Centroamérica, el aumento de la temperatura deriva en impactos negativos que se incrementan paulatinamente.

– En general, el cambio climático ocasionará presiones adicionales sobre los recursos hídricos en Argentina, Brasil, Chile, Ecuador y Perú, así como también en Centroamérica y el Caribe (…) Esto tendrá consecuencias negativas primordialmente sobre la producción agropecuaria y el uso de las represas hidroeléctricas.

Nivel del mar y biodiversidad

El informe también destaca la amenaza del aumento del nivel del mar tanto para los manglares en el norte de Brasil, Colombia y Ecuador como para la infraestructura y los edificios cerca de la costa en la cuenca de Río de la Plata.

«La puerta de Ecuador al mundo -Guayaquil- es muy vulnerable», dice Joseluis Samaniego.

Otra consecuencia preocupante, según el informe, es la pérdida significativa de la biodiversidad en una región que incluye a algunos de los países más biodiversos del planeta.

La CEPAL calcula la pérdida en aproximadamente un 30% antes de 2100, pero dice que es difícil asignarle un valor económico.

«Esto es particularmente aterrador, ya que la biodiversidad es clave para la agricultura y otras actividades económicas en América Latina», dice Samaniego.

Desastres climáticos

El informe destaca el daño potencial de los desastres climáticos hasta el fin de siglo.

En el período 2000-2008, estos desastres le costaron a América Latina un promedio de cerca de US$8.600 millones al año.

El costo podría subir entre US$11.000 millones y US$250.000 millones al año, dependiendo del método de cálculo.

America Central es particularmente vulnerable a una combinación de deforestación, disminución de las precipitaciones en algunas áreas y condiciones climáticas extremas.

La presión sobre el abastecimiento de agua en Guatemala, Honduras y Nicaragua será particularmente seria.

«América Central tendrá que depender de la infraestructura para la irrigación y no de las precipitaciones», advirtió el ministro de Ambiente de Costa Rica, Jorge Rodríguez.

Para la redacción del informe se usaron estudios de casos de países individuales:

– El estudio de Chile concluyó que la parte central del país podría sufrir un descenso en las precipitaciones de cerca del 30% antes de 2100, lo que afectaría la cantidad de agua disponible para beber y para las plantas hidroeléctricas.

– El estudio de Uruguay estimó que el costo del cambio climático sería de aproximadamente el 10% del PIB en el período hasta 2050.

– El informe señaló que el aumento del nivel del mar causará pérdidas económicas «muy importantes» en la segunda mitad del siglo.

La CEPAL sostiene que, con independencia de lo que hagan los países industrializados, los países latinoamericanos tendrán que hacer sus propios esfuerzos para cortar las emisiones.

Sin embargo, dice que los costos de mitigación serán menores en países como Argentina, Chile y México; medianos para Brasil, Bolivia, Colombia, Perú y Ecuador, y altos para la República Dominicana, Panamá y Paraguay.



Visita sobre esta cumbre en:

http://es.cop15.dk/



China anuncia un importante plan de eficiencia energética para ralentizar las emisiones de CO2.

El gigante asiático planea que sus emisiones crezcan a menor ritmo.- El primer ministro, Wen Jiabao, acudirá a la Cumbre de Copenhague

China ha anunciado un importante plan de eficiencia energética con el objetivo de reducir entre un 40% y un 45% la cantidad de emisiones de CO2 por unidad de PIB (productor interior bruto), concepto conocido como intensidad de carbono, entre 2005 y 2020. Se trata de la primera vez que Pekín pone números a sus esfuerzos para controlar los gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global, pero el compromiso no significa que el país asiático vaya a recortar el total de sus emisiones en ese plazo, ya que dependerá de la evolución que siga su economía. Lo más probable es que al ritmo de desarrollo que vive el país, la cifra global aumente, aunque a menor ritmo de lo que lo hubiera hecho. El Gobierno también ha dicho que el primer ministro, Wen Jiabao, asistirá a la cumbre de Copenhague sobre el cambio climático el mes que viene.

El anuncio se produce un día después de que Barack Obama, que también acudirá al cónclave danés, revelara que Estados Unidos disminuirá las emisiones de CO2 el 17% en el mismo plazo, el 30% para 2025, y el 83% para 2050.

El Consejo de Estado chino ha afirmado que el plan «es una acción voluntaria tomada por el Gobierno teniendo en cuenta las condiciones nacionales y es una gran contribución a los esfuerzos para luchar contra el cambio climático». India, otro de los mayores responsables del calentamiento global, ha propuesto una política similar de ligar sus emisiones de CO2 al crecimiento del producto interior bruto.

Expertos chinos han calificado el programa chino de ambicioso, pero fuentes diplomáticas europeas en Pekín aseguran que los objetivos que Estados Unidos y China puedan llevar a Copenhague son modestos, y «se enmarcan en lo que ambos países hubieran hecho en cualquier caso». Insisten, sin embargo, en que «hubiese sido peor un rechazo total, no anunciar nada». «Hubo un momento en que pareció que iba a ocurrir así, pero en los últimos días ha habido bastantes movimientos», señalan.

Los expertos consideran que para que China pueda lograr su objetivo tendrá que potenciar el uso de energías limpias, como la solar y la eólica, modernizar sus centrales térmicas y buscar nuevas formas de reducir la dependencia del carbón como fuente de generación eléctrica. Pekín también va a potenciar el uso de la energía nuclear.

El Gobierno ha dicho repetidas veces que quiere obtener compromisos con cifras para los países desarrollados en Copenhagen, mientras ha rechazado estos para sí. Pekín afirma que es injusto medir a todos con la misma vara, puesto que el calentamiento global ha sido causado principalmente por las naciones más avanzadas en su proceso de industrialización desde hace más de 100 años.

El plan chino de ralentización de emisiones de CO2 se enmarca en el programa de eficiencia energética lanzado hace unos años, por el que quiere reducir un 20% el consumo de energía por unidad de PIB entre 2005 y 2010. Pekín está basculando hacia un modelo de desarrollo más sostenible, consciente de los riesgos medioambientales y para la estabilidad social que supone la política de desarrollo a cualquier precio practicada las últimas décadas.



USA y China podrían reducir emisiones de CO2

Genera satisfacción en la ONU posible reducción de CO2.

El responsable de la ONU sobre el Cambio Climático, Yvo de Boer, mostró hoy su satisfacción por los planes de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) de Estados Unidos y China y afirmó que sus propuestas pueden eliminar los últimos obstáculos para que se alcance un acuerdo en Copenhague.

El Gobierno chino anunció hoy que se comprometerá a reducir entre un 40 y un 45 por ciento la intensidad energética (emisión de CO2 por unidad de PIB) en 2020 con relación a los niveles de 2005, el doble de lo propuesto hasta ahora.


Importante expectativa
Por su parte, la Casa Blanca comunicó ayer que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ofrecerá durante la próxima cumbre del cambio climático en Copenhague reducir las emisiones contaminantes de su país en un 17 por ciento, frente a los niveles de 2005.
«El compromiso de EEUU con unos objetivos específicos de reducción, a medio plazo, y el compromiso de China con una acción específica de eficiencia energética pueden desbloquear las dos últimas puertas para alcanzar un acuerdo amplio», afirmó De Boer en un comunicado remitido por la sede de la ONU en Bonn (oeste de Alemania).

De Boer manifestó, no obstante, que sigue siendo necesaria la «ambición y el liderazgo» para que de la Cumbre de la ONU sobre el Cambio Climático, que se celebrará del 7 al 18 de diciembre en la capital danesa, salga un acuerdo internacional de reducción de emisiones contaminantes.

Ese nuevo texto debe sustituir al Protocolo de Kioto, una vez que éste expire en 2012.

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«En particular, esperamos aún claridad por parte de los países industrializados sobre la provisión de financiación a gran escala para que los países en vías de desarrollo puedan adoptar acciones climáticas inmediatas y a largo plazo», sostuvo.

La tensión en las negociaciones entre las partes ha rebajado las expectativas de la ONU de que la cita danesa concluya con un tratado vinculante y ahora se aboga por que se alcance un acuerdo político, que permita desarrollar el convenio en los primeros meses de 2010.



Las emisiones de CO2 por países

Hay algunos gráficos o dibujos que nos ayudan a comprender la realidad de nuestro ecosistema y hay otros que sólo funcionan a manera de dedo acusador, algo que no está mal considerando que esto puede ayudar a que algunas naciones tomen conciencia sobre la situación medioambiental.

En efecto, este es uno de esos mapas delatores que develan la realidad de las distintas naciones que componen el globo. En él es posible advertir la relación de los países con sus emisiones de CO2 y cuanto –o cuan poco- han trabajado para reducir la evaporación de gases tóxicos a la atmósfera. Como podéis ver en la imagen de arriba, el mapa representa a partir del tamaño de los países el esfuerzo realizado por cada nación para reducir estas emisiones entre 1980 y 2000.

Las emisiones de CO2 por países

¿Qué salta a la vista? Bien, según podemos ver, menos del 30% de los países realizaron el esfuerzo y la mitad de los que sí lo hicieron pertenecen a lo que fue la antigua URSS. Si hablamos de Europa, la estadística dejan mucho que desear. Alemania parece ser la más previsora con una reducción del 15% , luego sigue Polonia con un 8% y Francia con un 6%. En cuanto a España, el mapa no habla bien de ella, y tal y como afirmamos hace un tiempo el país no respeta los objetivos del Protocolo de Kyoto y así es como en la actualidad emite un 50 por ciento más de gases contaminantes que emitía en 1990, algo que se refleja en el mapa que está aquí abajo, que deja ver que países han incrementado sus emisiones de CO2 y gas. La estadística alarma: entre 1980 y 2000 casi tres cuartas partes del mundo ha incrementado las emisiones de CO2.