Hacer Ejercicios Puede Ayudarte A Combatir El Cáncer
¿Es posible que la actividad física haga que los tratamientos contra el cáncer sean más eficaces?
Dos estudios recientes indican una respuesta positiva. Sabemos que no es fácil hacer ejercicios cuando alguien está lidiando con el cáncer y sus consecuencias, pero tenemos unas ideas para que puedas hacerlo bajo tus propios términos.
Pero primero, analicemos lo que han revelado los últimos estudios sobre la actividad física y la lucha contra el cáncer.
Un estudio de la Universidad de Duke ha atraído a medios de prensa que han publicado que el ejercicio, junto con la quimioterapia, pueden disminuir los tumores malignos en los senos mucho mejor que la quimioterapia por sí sola. Una posible razón es que el ejercicio relaja las arterias y aumenta la circulación, lo que envía más sangre a los tumores. Entonces, la quimioterapia funciona mejor, sobre todo cuando los tumores son sólidos y han desarrollado un amasijo de vasos sanguíneos a donde casi nunca llega sangre fresca. Esa hipoxia tumoral hace que los tumores sean específicamente resistentes a la quimioterapia y a la radiación, ya que se desarrollan en un ambiente privado de oxígeno. Pero el ejercicio hace que los tumores sean más receptivos a la sangre y al oxígeno, por lo que el tratamiento puede resultar más eficaz.
Un estudio realizado en 2014 por investigadores de la Universidad de Florida halló que el ejercicio aumenta también la cantidad de sangre y oxígeno que llega a los tumores en la próstata. Asimismo, hay evidencia de que la actividad física puede estimular a las células cancerosas a autodestruirse, un proceso que se conoce como apoptosis.
Esa puede ser una de las razones por las que personas sobrevivientes de cáncer y se mantienen activas, tienen un 34 por ciento menor de riesgo de que el cáncer vuelva a surgir o de morir. Los sobrevivientes de cáncer de colon que se mantienen activos reducen esos riesgos entre un 39 y un 59 por ciento. Y los que han tenido cáncer prostático pueden disminuir el riesgo de morir de cáncer en un 39 por ciento.
Mentalízate para hacer ejercicios
Comprendemos que si te acaban de dar un diagnóstico de cáncer o estás recibiendo terapia, es posible que te haga falta más que un poco de automotivación para comenzar un programa de ejercicios.
Los efectos colaterales del tratamiento, como las náuseas, la alteración en el conteo de los glóbulos rojos y los blancos, el cansancio, la depresión y la ansiedad pueden obstaculizar que hagas ejercicios, así como una jornada laboral muy ocupada, los deberes familiares y simplemente tener que lidiar con síntomas más penosos.
Sin embargo, los beneficios de hacer ejercicios son notables. Además, recuerda que la actividad física puede disminuir la ansiedad, mejorar la depresión, restaurar las energías y hacerte sentir más esperanzado con respecto al futuro.
Si necesitas un empujón, pídele a tu familia, a amigos o a colegas de trabajo que te acompañen a hacer ejercicios. Contar con alguien que te acompañe es la mejor forma de que empezarás una rutina de ejercicios y te mantendrás en ella. Basta con 30 minutos de caminata entre moderada y rápida todos los días para reducir la probabilidad de desarrollar cáncer de mama, de próstata, de colon, de útero y de pulmones.
Comienza a aumentar el grado de actividad física. Para ello, sigue estos consejos:
Habla con tu médico. La concentración de glóbulos rojos y de minerales disminuye debido al tratamiento contra el cáncer. Otra razón por la que tu médico puede sugerirte que no hagas ejercicios durante unos días o un período mayor es por los dolores, náuseas o vómitos que ocurren como efectos secundarios de la terapia. Si tienes una concentración baja de glóbulos blancos o estás tomando medicamentos que debilita tu sistema inmunitario, no vayas a gimnasios públicos.
Haz las cosas con calma. Los movimientos deben ser ligeros. Camina cuando tengas un período de descanso en el trabajo o a la hora de almuerzo. Añade más tiempo a las caminatas cada vez que puedas. También puedes tratar de caminar con rapidez por un minuto y después descansas, para volver a caminar. Trata de caminar con cierta rapidez durante 30 minutos todos los días. Puedes dividir ese tiempo en sesiones de 10 minutos cada una. Escucha a tu cuerpo y descansa cuando lo necesites.
Haz ejercicios con otros que conozcan tu condición. Busca información sobre sesiones de ejercicios para sobrevivientes de cáncer. Dicha información puedes obtenerla a través de hospitales en tu localidad, tu médico o el centro de cáncer más próximo que tengas.
Algunos centros dedicados al cáncer ofrecen también ayuda para crear programas de ejercicios para sobrevivientes de la enfermedad o para los que están recibiendo terapia en ese momento.
La Preocupación Con La Seguridad De Los Ejercicios Puede Hacerte Daño
El temor por la seguridad en los ejercicios puede ser perjudicial para tu salud.
Puedes quedarte en los laterales del gimnasio preocupado con lo que el esfuerzo físico puede causar a tu corazón y tu respiración. También te pueden inquietar los peligros que asechan en el exterior cuando sales a caminar o a montar bicicleta.
Y en la actualidad hay muchas personas que se preocupan con las caídas de las máquinas caminadoras, sobre todo después de que el ejecutivo de la firma SurveyMonkey, Dave Goldberg, murió en mayo debido a una caída de una caminadora. Pero independientemente de lo que te preocupe, lo cierto es que si no haces ejercicios estás perdiendo muchos beneficios para tu salud, además de diversión sana.
Por suerte, las lesiones vinculadas a los ejercicios no son frecuentes. Sin embargo, los accidentes en máquinas caminadoras enviaron a 24,000 personas a las salas de emergencia de hospitales estadounidenses en 2014, alrededor de la mitad del uno por ciento de las casi 500,000 personas que hacen ejercicios, caminando o corriendo, en caminadora, en el país, según datos de la Comisión de Seguridad de Productos al Consumidor.
En la ciudad de Nueva York se reportan anualmente 4,000 lesiones entre ciclistas. Pero hay alrededor de 200,000 personas que montan bicicleta diariamente en esa ciudad. No obstante, independientemente de las cifras, nadie quiere ser parte de las estadísticas desafortunadas.
Echemos un vistazo a los temores más comunes asociados con los ejercicios y cómo superarlos para poder disfrutar todos los beneficios para tu salud y la felicidad que te proporciona la actividad física diaria.
Temor No. 1
Me voy a accidentar. A diferencia de las bicicletas, las máquinas elípticas y las que son para remar, las caminadoras pueden continuar moviéndose cuando la personas se detiene, lo que a veces puede ser la causa de tropezones, volteretas, golpes y caídas. Para maximizar la seguridad en las caminadoras, amarra el cordón de la parada automática a tu ropa, pues eso apagará el equipo automáticamente si te caes.
Siempre debes aumentar y reducir la velocidad de manera gradual para no perder el equilibrio. Mira al frente, pues cuando miras a los lados o hacia abajo de repente, eso puede provocarte vértigo. Si hay un dispositivo para arrancar la caminadora, úsalo, eso contribuye a tu seguridad.
Temor No. 2
El ejercicio puede empeorar mi salud. Si padeces diabetes, alguna enfermedad del corazón o asma, es posible que te preocupe que el esfuerzo físico pueda alterar tu concentración de glucosa, la función cardíaca o tu respiración.
Un sondeo realizado por la Universidad de Colorado entre 1,848 personas, los que padecían diabetes tenían una probabilidad 47 veces mayor de dejar de hacer ejercicios por temor a herirse. Y un estudio canadiense halló que quienes habían sobrevivido a accidentes cerebrovasculares se mostraban recelosos con respecto a los ejercicios en el centro de rehabilitación por temor a que le perjudicaran el corazón.
Sin embargo, la rutina de ejercicios correcta puede mejorar cualquier problema de salud mediante lareducción del estrés, el control del peso, la tonificación muscular, el fortalecimiento de las articulaciones y la flexibilidad del cuerpo, así como mejorar indicadores importantes de salud, como la tensión arterial, la glucosa en sangre y el llamado colesterol malo, que son las lipoproteínas de baja densidad o LDL por sus siglas en inglés. Lo aconsejable es que hables con tu médico para que te indique cuáles ejercicios son beneficiosos para ti.
Temor No. 3
Es peligroso andar solo por la calle. Una revisión hecha en 2015 de estudios sobre mujeres y ejercicios indicó que la seguridad personal era un gran obstáculo para salir a caminar. A las personas mayores les preocupa caerse, sobre todo si van a caminar solos o hacer ejercicios sin compañía. Esas preocupaciones son legítimas, por lo que te aconsejamos que trates de caminar con alguna amistad, ya que esa es la actividad física que puedes realizar con mayor frecuencia, y busca un lugar seguro para caminar. También puedes conversar con tu médico acerca de cómo mejorar el equilibrio. Si tu meta es caminar en el exterior, busca hacerlo en lugares de superficie plana y lisa. Incluso si vas a una pista de carrera, a nadie le molestará que camines en vez de correr. También es conveniente que tomes un curso para aprender a caer. Si aprendes cómo rodar cuando te percatas de que te vas a caer, puede prevenir una lesión o una fractura ósea.
Temor No. 4
Las cosas malas suceden de pronto. Todos hemos leído historias acerca de, por ejemplo, una persona muy saludable que acostumbraba a correr en maratones y de repente murió de un infarto, o algún jugador de baloncesto que experimentó un súbito problema cardíaco mientras jugaba. Pero no permitas que ese miedo te detenga.
Un estudio ha determinado que las muertes súbitas por paros cardíacos entre personas de edad mediana son sumamente raras cuando hacen ejercicios. De hecho, representan alrededor del 5 por ciento de los casos de infartos repentinos y muchas veces experimentan señales de advertencia, como dolor o fatiga extrema en la semana anterior al ataque cardíaco. Lo más aconsejable es prestar atención a tu cuerpo para que conozcas tus límites, pero sigue moviéndote.
Cómo Motivarte Para Hacer Ejercicio Y Quemar Más Grasa
Entrenar regularmente puede ser difícil. Existen miles de excusas para no entrenar como el estrés diario, el cansancio del trabajo y las labores del hogar, además seguramente prefieres hacer otras cosas como pasar tiempo con tu familia o descansar.
Pero tú ya sabes que el ejercicio es beneficioso para ti y si quieres llevar una vida saludable, adelgazar y tonificar tu cuerpo, debes hacer ejercicio.
Entonces ¿qué debes hacer?
Si bien es cierto que puedes programar todas las alarmas que quieras para tus entrenamientos o le pides a algún miembro de la familia que te recuerde hasta el cansancio que debes hacer ejercicio, existe una manera más sencilla para que entrenar sea mucho más fácil: encuentra motivación.
¿Cómo encontrar tu motivación?
¿Te cuesta mucho trabajo ir al gimnasio? ¿Has estado posponiendo salir a trotar y hacer tus entrenamientos de resistencia? Entonces ya es hora de que consigas tu motivación. Prueba con alguna de estas estrategias de motivación para lograr que tu mente y tu cuerpo trabajen en armonía.
- Recompénsate: establece un sistema de recompensas por tus entrenamientos. Piensa en algo que realmentequieres como un vestido nuevo, unas vacaciones de fin de semana con tu mejor amiga, un masaje o simplemente una manicure. Entonces cuando termines de trotar, vayas al gimnasio o termines esa clase de Zumba, te haces ese regalo. Sólo te debes asegurar de escoger una recompensa saludable, no vayas a comer un pedazo de pastel de chocolate o una hamburguesa por ejemplo. Con el tiempo tu cerebro, vinculará el hacer ejercicio con esa sensación de felicidad que obtienes al entrenar y recompensarte.
- Establece sanciones: si las recompensas no funcionan para ti, entonces un sistema de sanciones seguro funcionará. Por ejemplo, cada vez que no vayas al gimnasio, te saltes tu clase de spinning o no corras las millas que te propones cada semana, entonces debes darle a una amiga 10 dólares. Puede que esto no signifique mucho si sucede una o dos veces, pero si pierdes varios entrenamientos te puede costar un ojo de la cara, como dicen en mi país.
- Haz que todo sea más sencillo: toma un momento para pensar que es lo que te está impidiendo que entrenes, ¿te sientes muy cansada? ¿estás muy ocupada? Puede que no te gusten los entrenamientos que estás haciendo. Sea lo que sea, identifica el problema y toma los pasos necesarios para que tus entrenamientos sean tan sencillos y convenientes como sea posible. Entrena a una hora distinta, practica una actividad nueva. Haz un poco de tiempo en tu hora de almuerzo para un entrenamiento rápido, también puedes ingeniar una forma para incorporar ejercicios a tu rutina diaria. Una vez que consigas la manera de hacer que entrenar sea más sencillo para ti, serás menos propensa a saltarte un día de ejercicio.
- Es tu responsabilidad: gracias a la tecnología, hacer ejercicio es mucho más fácil que nunca. Hoy en día tu teléfono celular se puede convertir en un GPS con el cual puedes monitorear la distancia que caminas y las calorías que ingieres al día con el clic de un sólo botón. Estas mismas aplicaciones las puedes compartir con tus amigos en las redes sociales. Esto te ayudará a responsabilizarte por cumplir todos los entrenamientos, hasta puedes hacer de ellos un reto con un grupo de amigos que al igual que tú quieran adelgazar y mejorar su salud. Los ayudará a motivarse entre si.
- Consigue un amigo para entrenar: buscar a un amigo para entrenar puede ser de gran ayuda. Además de obligarte a ir a todos tus entrenamientos, te puede también motivar a esforzarte más. En esos días que te sientes más cansada o con flojera, tu compañero te puede animar y así continuar con tus metas. También te pueden servir para inspirarte, si tu compañero baja 5 libras, terminó la carrera de los 5K o levantó ese peso, esto puede ser tu inspiración para seguir esforzándote a lograr tus objetivos de adelgazar y ser más saludable.
- Que todo lo que necesites esté a tu alcance: ¿conoces ese dicho “ojos que no ven corazón que no siente”? Pues es muy cierto a la hora de hacer ejercicio. No permitas que el ejercicio se convierta en una labor que esté “fuera de la vista”. Mantén tu ropa de gimnasio y zapatos junto a tu mat de yoga y cualquier otro equipo a la vista y que te sirvan como un recordatorio constante que debes hacer ejercicio. Saltarse un entrenamiento es mucho más difícil cuando todo lo que necesitas está a tu alcance.
- Invierte en ropa deportiva: si bien es cierto que vas a sudar y seguramente no luzcas tu mejor cara, esto no significa que no debes llevar un atuendo lindo y llamativo. Compra camisas y sostenes deportivos, al igual que licras, shorts y zapatos para que te sientas con más confianza cuando entrenes. Esto te ayudará a sentirte bien y además te motivará a hacer ejercicio.
Hacer ejercicio no es tarea fácil, pero existen estrategias para mantenerte motiva y continuar con tu estilo de vida saludable. Descubre lo que más te motiva y utilízalo para continuar entrenando y lograr tus metas
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