Llega el verano y, con él, las altas temperaturas que tanto nos invitan a ir a la playa a pasar un buen día. Pero estas visitas a la playa, en ocasiones, también nos dejan un mal recuerdo que se repite cada temporada estival: las picaduras de medusas. Y es que pueden llegar a ser realmente molestas según la especie que sea.
Hoy venimos a hablar de una de las medusas más peligrosas, conocidas como cubomedusas o avispas de mar. Tienen un veneno letal que solo puede frenarse gracias a la acción de los antídotos que la industria de la farmacia está desarrollando. Sigue leyendo para saber más sobre estos cnidarios.
Conoce más sobre la avispa de mar
Como decimos, estas avispas de mar contienen en su cuerpo veneno suficiente para acabar con la vida de hasta 50 o 60 animales grandes, incluidos seres humanos. A pesar de esto, al ser una medusa, su alimentación se basa habitualmente en plancton o pequeños peces.
Por lo tanto, la mayor parte del tiempo usa este líquido urticante para paralizar a sus presas y satisfacer su apetito. Eso sí, debes tener un poco más de cuidado si te bañas en aguas australianas, ya que ese es su hábitat natural, y te hará falta echar mano a la mejor medicina para contrarrestar su ataque.
Como decimos, desde hace casi tres años se está desarrollando un antídoto eficaz para su veneno, ya que se descubrió cómo actuaban sus toxinas y cómo frenarlas. Es cierto que solo atacan cuando se ven en peligro, para defenderse, pero siempre es mejor mantener precauciones.
Qué son las picaduras de las medusas
Las medusas forman parte de un grupo muy amplio de animales con algunas características en común: los cnidarios. Entre las más de 11 000 especies descubiertas, una de estas características más habituales son los cnidoblastos, unas células urticantes presentes, habitualmente, en tentáculos o filamentos externos.
Estos cnidoblastos tienen una terminación en forma de púa, incluso con varias en un mismo filamento, que puede hacer actuar a voluntad. Este ataque puede llegar a alcanzar más de 60 kilómetros por hora en algunas especies, y es a través de estas púas por donde el animal inocula el veneno en su presa.
¿Existen medusas que no pican?
Efectivamente, hay algunos lugares en los que se han encontrado especies de medusas que no pican. Uno de estos lugares es, por ejemplo, el conocido como ‘Lago de las Medusas’, en Oceanía, más concretamente en las Islas Palaos. Las dos especies de este lago son la medusa luna o sombrilla y la medusa dorada.
Estas especies quedaron atrapadas hace más de 12 000 años, cuando se cerró la salida al mar de este lago por acciones geológicas. Después de este tiempo, se han acostumbrado a vivir sin depredadores, por lo que las toxinas de sus cnidoblastos apenas son perceptibles para las personas.
Como curiosidad, en este lago no está permitido el buceo, pero no por las medusas, sino por los residuos tóxicos que se encuentran a 30 metros de profundidad.