Uso del Dióxido de Cloro para tratamiento de agua

viernes, noviembre 20th, 2020 | Noticias

El agua, como vital líquido para los seres humanos, necesita ser saneada para su consumo, puesto que ingerirla directo del manantial o de las plantas donde se recolectan, puede resultar nocivo para la salud. Dependiendo del lugar de donde es extraída puede presentar altos o bajos niveles de alcalinidad, niveles que son de suma importancia equilibrar para que sea apta ingerirla y realizar con ella diversidad de actividades de la vida diaria.

El uso del dióxido de cloro para el saneamiento del agua, se ha convertido en la práctica más común y sana actualmente, la función de esta solución es desinfectar ampliamente las dosis de agua, bien sabemos que, en su recorrido, los caudales suelen arrastrar basuras, bacterias y desechos que, aunque son propias de la naturaleza, pueden resultar riesgosos para los seres humanos. Eso sí, su aplicación se realiza en pequeñas dosis por grandes cantidades de agua.

Uno de los principales beneficios del uso del dióxido de cloro, además de la cobertura en cantidad, es el tiempo de acción, su accionar se activa en aproximadamente 15 minutos, por supuesto que su efectividad va a depender de la concentración del producto, es decir, la composición en cantidades debe encontrarse en equilibrio para que una porción pequeña abarque grandes cantidades por mucho tiempo.

La dosificación del Dióxido de Cloro es de suma importancia

Es necesario dosificar las cantidades de Dióxido de Cloro, pues si se excede su aplicación se corre el riesgo de crear conflictos en los consumidores. Su aplicación requiere de asesoramiento técnico, se trata de un producto que, si bien sanea el agua y la potabiliza, el exceso del mismo puede causar serios inconvenientes. Estando en el PH correcto no altera el olor ni el sabor del agua, sin importar la ubicación del punto donde se agregue.

El dióxido de cloro es un producto biodegradable, es decir que no atenta contra el medio ambiente, mas bien contribuye a incrementar los nutrientes propios del agua favoreciendo actividades de siembra y cultivos. Su vida útil sin ser usado se encuentra entre unos 30 a 60 días siempre y cuando se encuentre en un lugar seco, alejado del sol y fresco, las altas temperaturas pueden terminar por dañarlo.

Es importante señalar que el dióxido de cloro no se vende como un producto listo para su uso, debe prepararse en el momento exacto de aplicación. Sin embargo, esta técnica se considera la líder en la actualidad, por sus características activas e innovadoras, y por el poco daño que representa tanto para el ambiente como para quien la consume. El dióxido de cloro es un gas de color verde amarillento, fácil de reconocerlo.

Una de sus debilidades es su sensibilidad ante la luz ultravioleta, estando en contacto con esta pierde sus cualidades por completo. Es capaz de oxidar el hierro y el manganeso, remueve el color, es decir que neutraliza todos estos aditivos que naturalmente trae el agua, y con esta acción destruye por completo las bacterias que allí se puedan conseguir, apoderándose de sus membranas y diluyéndolas por completo.

Ventajas de usar dióxido de cloro en el agua

  • Es mejor que el cloro para el tratamiento de las esporas.
  • Requiere poco tiempo de contacto para su acción.
  • Tiene buena solubilidad, no hay manera que se segmente cuando es amplio el espacio donde se aplica.
  • No hay corrosión cuando se aplica, es decir que tiene bajos costos de mantenimiento.
  • No reacciona ante el amoniaco.
  • Mejora la coagulación.
  • Solo reacciona mediante la oxidación.

La eficiencia no solo se mide en la función, sino también en los subproductos que derivan de sí, que permiten, que cuando el generador no funciona adecuadamente, estos subproductos salen a optimizar la acción, dando como resultados costos de operación bastantes competitivos y resultados superiores a los esperados. Es decir que cuentas con agentes suplentes que garantizan que, si los niveles normales están más elevados de los esperados, neutralizan de igual manera.

El dióxido de cloro debe manipularse con sumo cuidado, para evitar su derrame, en caso de producirse, deberá limpiarse con un paño absorbente, sin restregar, solo dejar que la tela succione todo el líquido, y luego se debe enjuagar la superficie con abundante agua, la cantidad de agua es indispensable, pues es un liquido que tiende a abrazarse a las superficies si no se diluye adecuadamente.

No existe una formula precisa que permita evaluar los costos con exactitud, pero en cada caso es necesario requerir presupuestos con los proveedores, quienes analizan el método que se va a emplear, el tipo de agua cruda, las características del entorno y la planta, el país, lugar, condiciones de adaptación, de esta manera se determina la dosis exacta que se debe aplicar según la cantidad de agua a tratar.

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