marzo20
El caballo domesticado que conserva el mismo jinete por un largo period de tiempo, va forjando una relación con este que no solo es sicológica sino también física.
A menos que el jinete no sintonice con el cuerpo y la mente del caballo, el caballo no entenderá y, a menos que el caballo no entone con el jinete, no podrá desempeñarse de acuerdo a los requerimientos del jinete.
En la parte física los jinetes desarrollan los músculos de las piernas y otras partes del cuerpo para que coincidan con la estructura del animal, y los caballos experimentan cambios físicos en respuesta a la forma, peso y movimientos del jinete. Además, los caballos son muy sensibles al tacto, y esto hace que se acostumbren el uno al otro de tal forma que un simple movimiento de músculos del jinete le indique al caballito la dirección para donde quiere que vaya.
marzo20
Los animales también son capaces de tener actitudes generosas y de agradecimiento y retribución. Sin duda una nueva enseñanza de la Madre Tierra.
En muchas ocasiones se ha visto a delfines dar regalos a humanos. Entre los obsequios se observaron anguilas, atún, calamares y pulpos, que son alimentos altamente valorados por cetáceos como los delfines. Esto representa un gran acto de agradecimiento y amor, que en esta época los humanos no estamos acostumbrados a ver y mucho menos viniendo de quienes se dice injustamente carecen de sentimientos.
Dar regalos y compartir es muy común entre animales de la misma especie, pero es extraño que lo hagan con animales de diferentes especies. El ejemplo más conocido es el de los gatos que dejan sus presas a los pies de sus amos, pero no es algo cotidiano.
Según los estudios los delfines vuelven con regalos para quienes se preocupan de su alimentación.
marzo20
Los delfines no dejan de sorprendernos con su increíble similitud con la raza humana. Esta vez los expertos descubrieron que estos cetáceos tienen nombres y se llaman con diferentes silbidos.
Una investigación descubrió una nueva cualidad de estos cetáceos, una que es muy parecida a una que usamos: los delfines también se llaman por sus nombres.
Una voz o sonido muy particular hacen los delfines dentro y fuera del agua, además de señas y vibraciones, también ocupan esta cualidad para comunicarse. Si bien no es fácil comprender el “idioma delfín” los expertos descubrieron que hacen diferentes silbidos para llamarse entre sus parejas. A muchos no le sorprende que los delfines tengan esta capacidad, ya han demostrado notables actitudes de inteligencia y hasta tienen un cerebro muy parecido al nuestro en forma y tamaño.
Los científicos grabaron los sonidos de los delfines y luego analizaron estos sonidos en detalle distinguiendo distintos silbidos que se usaban para llamar a un delfín en particular.
A diferencia de otras especies marinas los delfines necesitan socializar muchos con sus parejas y familia. La hembra tiene una relación muy estrecha con su hijo, que depende de la leche materna por tres años. Con estos grados de cercanía sumado a la inteligencia de estos mamíferos nadie duda que sea capaz de diferenciarse con silbidos tal y como nosotros nos llamamos por los nombres u apellidos.