Lo posible y lo imposible están fuertemente afectados por lo que pensemos de nosotros mismos. Algunos emprendedores a veces desafían lo que en la sociedad se considera imposible, y actúan convencidos de su sueño a pesar de que muchas personas les digan que no lo pueden lograr. Este es el aspecto emprendedor que siempre me llamó la atención de Gattaca, una película de ciencia ficción que se desenvuelve en el futuro, donde las personas pueden concebir hijos genéticamente perfectos (sin enfermedades congénitas u otro tipo de deficiencias). Sin embargo, el protagonista Ethan Hawke, concebido por sus padres «al viejo estilo» con miopia y otras limitaciones genéticas y destinado a servir toda su vida como personal de limpieza, decide desafiar las reglas y enrolarse como astronauta en el programa Gattaca. Para hacerlo toma riesgos y logra recursos demostrando una gran confianza en si mismo y una perseverancia propia de los emprendedores. La escena máxima que demuestra este punto, es cuando su hermano «genéticamente perfecto» lo desafía a nadar hasta una bolla en el mar. El logra cumplir el desafío, mientras que su hermano se retira a medio camino sin poderse explicar como su hermano puede lograr llegar a la meta. Una película diferente de ciencia ficción para abonar a la discusión de si los emprendedores nacen o se hacen.
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