HISTORIA

Época preincásica e incásica

Sobre la presencia humana en la región existen evidencias que la datan hace aproximadamente 2000 años. Fue asentamiento de la cultura Panzaleo. Los Panzaleos poblaron Tungurahua y Cotopaxi, extendiéndose hasta Carchi, y constituyeron una de las etnias más representativas de la región de la Sierra durante el período de integración regional. Antes de la conquista de los españoles, las tierras que conforman esta provincia estuvieron habitadas por los altivos Hambatus, pueblo independiente que a su vez estaba dividido en cuatro tribus: Quisapinchas, Yzambas, Guachis y Píllaros; y aunque no existieron en su territorio ciudades muy populosas, éste se caracterizó por su riqueza agrícola y la benignidad de su clima. Estos pobladores se organizaban en tribus las cuales eran regidas por el más anciano de la tribu, y las principales eran las de los hambatos, huapantes, pillaros, quisapinchas e izambas, etc. El actual territorio también se hallaban parcialidades de los puruhas y panzaleos, posteriormente los grupos indígenas que se formaron aquí habrían sido anexionados a la civilización Inca a comienzos del siglo XIV. En el período del incario, sobresale que en el año de 1530, en las cercanías del actual Ambato, Atahualpa venció a su medio hermano Huáscar dentro de la guerra de sucesión por el Trono Inca.

Época colonial

Sobre este primer poblado se levantó la villa de Ambato, por el año de 1535 siendo su fundador Sebastián de Benalcázar. El primer Ambato estuvo situado a la orilla derecha del río del mismo nombre, en el barrio comprendido entre lo que hoy es el Socavón, en el año de 1570 por orden del presidente de la Real Audiencia de Quito, vino Antonio de Clavijo con el encargo de delinear las calles y plazas y señalar el sitio donde debía construirse la iglesia. En el año de 1603 el Obispo Solís mandó a construir un nuevo templo, los trabajos se iniciaron el 24 de junio, día de San Juan, en su honor fue bautizada la ciudad con el nombre de San Juan Bautista de Ambato.

La primera ciudad de Ambato tuvo su fin trágico el día jueves 20 de junio de 1698, pues a la una de la mañana un temblor violento destruyó en pocos segundos a casi todas las casas e iglesia del lugar, la mayoría de sus habitantes fueron sorprendidos en pleno sueño y sepultados bajo los escombros de sus propias casas. Perecieron en el sismo más de 556 blancos y 1200 indígenas, de esta primera ciudad no quedó absolutamente nada.
Panoramica de la ciudad desde el parque de la familia.

Para la segunda fundación de Ambato, el fiscal Antonio de Ron, previa la compra de las tierras a los indígenas quisapinchas, fundó la segunda ciudad de Ambato en 1698. Para el año de 1756 contaba ya con unas 150 familias españolas y más o menos unos 6000 indígenas, se presentó entonces una solicitud ante el Virrey de Nueva Granada pidiéndole el ascenso de Ambato a la categoría de Villa, la que fue atendida en octubre del mismo año. Un 4 de febrero de 1797, fuertes temblores abrieron quebradas, hundieron montañas y destruyeron nuevamente Ambato, perecieron mas de 200 personas y muchas casas e iglesias se vinieron al suelo, destruyendo acequias y obrajes, ocasionando un enorme retraso a todo el poblado.

Parecería que el primer testimonio escrito en castellano en que consta Ambato sería el texto del cronista Pedro Cieza de León, denominado Crónica del Perú. En la tercera parte de esta obra, Capítulo LIX, se hace referencia al nombre indicándose que cerca de allí habríase preparado el ejército de Rumiñahui para resistir al avance español.

En relación a las características precolombinas del lugar, el mismo Pedro Cieza de León señala en el Capítulo XLII de la antedicha obra que se tratarían de aposentos «ordinarios y depósitos de las cosas que por los delegados del Inga era mandado, y obedecían al mayordomo mayor, que estaba en la Tacunga (actual Latacunga)». Habría sido entonces un punto de reposo (tambo) en el Camino del Inca (Qapaq Ñan), estratégicamente ubicado entre los equivalentes aposentos de Muliambato (actual Salcedo) y los ya grandes suntuosos aposentos de Mocha.

Dentro de la época colonial se la refundó como Asiento de Ambato a manos del Capitán Antonio Clavijo1 el día 6 de diciembre de 1698 como circunscripción dentro del Corregimiento de Riobamba. Posteriormente, a pedido de sus habitantes y con Órden Judicial de la Real Audiencia de Quito, adquirió la categoría de Villa de Ambato el 26 de abril de 1757. Con esta refundación por parte de los conquistadores españoles alcanzó una cierta posición como nodo comercial en la región. De esta forma para 1785 contaba ya con un total de 52.303 habitantes.2

El 12 de noviembre de 1820 Ambato declara su independencia. El cantón Ambato formaba parte de la Provincia de Chimborazo, pero mediante Decreto del 6 de noviembre de 1831, el Congreso Constitucional del Estado del Ecuador, determino que Ambato queda agregado a la Provincia de Pichincha, considerando que el voto general de los habitantes de esta ciudad, exigía la separación. El 23 de julio de 1860 adquiere la categoría de provincia y el 21 de mayo de 1861 se crea como tal mediante decreto de la Convención Nacional.
Terremoto de 1949

Desde que se tiene registro histórico se reportan una multiplicidad de eventos tectónicos en la localidad ahora denominada Ambato. Sin embargo, por su cercanía temporal se hace referencia principalmente al terremoto de 6.8 grados en la escala de Richter ocasionado una tarde 5 de agosto de 1949. El sismo fue trágico, la ciudad y sus alrededores quedaron reducidos a escombros.

Terremoto de 1949

El terremoto afectó gravemente a cincuenta poblaciones que en aquella época conformaban la provincia de Tungurahua. Seis mil muertos y millones de perdidas fueron el trágico saldo. A consecuencia de ello, del trazado urbano típico de la colonia en la actualidad queda poco, mientras que de las obras arquitectónicas a día de hoy sólo unos pocos testimonios quedan en pie. La hermosa y progresista ciudad de Ambato perdió una buena parte de su patrimonio edificado y el rescate de las víctimas fue un trabajo duro y doloroso que no sólo conmovió al país, sino también al mundo.

La Iglesia Matriz sepultó a varios feligreses, entre los que se encontraban un grupo de niños que se preparaba para recibir su Primera Comunión. Un aspecto triste presentaba el importante parque Montalvo, en donde habrán desaparecido árboles y las flores; en sus jardines se habían cavado fosas para enterar muchos muertos por cuanto en el cementerio general no había lugar para depositar más cuerpos, los templos de Santo Domingo, La Merced también se fueron al suelo.

Más de la mitad de los edificios quedaron destruidos. Una visión terrorífica presentaba la ciudad tres horas después de la tragedia, sus calles cubiertas de escombros, a cada paso había cadáveres, llantos y lágrimas se observaba por todo sitio, las plazas que ofrecían alguna seguridad, en prevención de nuevos temblores servían de refugio para miles de personas de toda condición social. La desgracia los había unido fraternalmente. El domingo 7 de agosto Ambato se había convertido en un cementerio, no había agua, ni luz.

Quizá lo más importante del desastre se registró en la Iglesia Matriz, lugar en el cual murieron muchas personas. Sólo quedaron las torres principales, el resto del edificio se había ido al suelo, luego las torres fueron derrocadas por constituir un peligro.
Ambato antiguo
Segunda Constitución Ecuatoriana

En Ambato, en el edificio que actualmente funciona como Gobernación Provincial, se conformó y tuvo su sede la Segunda Convención Nacional Constituyente, realizada el 22 de junio de 1835 y presidida por José Joaquín de Olmedo. En esta carta política se estableció por primera vez el deseo de independencia total del territorio ecuatoriano, en contraposición a la Constitución de 1830, en donde se aceptaba la posibilidad de una federación en el marco de la Gran Colombia.3

El hecho de armas más importante que recuerda Ambato es la Batalla de Miñarica, que se libró en las afueras de la ciudad. El triunfo de los partidarios de Vicente Rocafuerte, comandados por Juan José Flores, resultó decisivo, y les aseguró el control de todo el territorio de Ecuador. La ciudad no fue afectada por los combates.

De este suceso político existen también en la ciudad una plaza y un monumento que lo conmemoran.

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