Basada en una aclamada novela de Alessandro Baricco, Silk narra la historia de Herve Joncour, un francés del siglo XIX, mercader de gusanos de seda, que viaja a Japón y comienza allí un romance clandestino y prohibido con una misteriosa y sensual mujer.



Los hermanos de la película son Beto «el Rudo» (Diego Luna), que quiere ser futbolista, y Tato «el Cursi» (Gael García Bernal), que quiere ser cantante. Ambos ven en sus sueños la posibilidad de superar su condición y no dudan en seguirlos hasta el final en esta comedia que, con una mirada aguda, refleja y cuestiona nuestras formas de ser. Que habla de la hermandad puesta a prueba, de la rivalidad por el amor a una mujer y a una madre, de la superación enfrentada al arribismo, de las debilidades a flor de piel. De quién apuesta por la pasión y quién por el talento.



 

La película comienza con un ritmo acelerado, con un hombre que pierde la vista de un instante al otro mientras se dirige de su casa hacia el trabajo y que se ve envuelto en una especie de aterradora niebla lechosa. Una por una, cada persona con la que se encuentra – su esposa, su doctor, incluso un aparentemente buen samaritano que le ofrece un aventón para llegar a su casa sufrirá el mismo destino. A medida que la enfermedad se esparce, el pánico y la paranoia contagian a la ciudad. Las nuevas víctimas de la «ceguera blanca» son cercadas y colocadas en cuarentena en un hospicio que se está cayendo a pedazos, donde cualquier semejanza con la vida cotidiana comienza a desaparecer.
Dentro del hospital aislado, entretanto, hay una testigo ocular secreta: (JULIANNE MOORE, cuatro veces nominada al Óscar) que no fue contagiada, pero finge estar ciega para permanecer al lado de su marido (MARK RUFFALO). Armada de un valor cada vez mayor, ella será la líder de una improvisada familia de siete personas que salen en una travesía, a través del horror y el amor, la depravación y la incertidumbre, con el objeto de huir del hospital y seguir por la ciudad devastada, donde ellos buscan una esperanza.