Andar/ir de cabeza/coronilla: Actuar de forma desordenada o acelerada, lo que normalmente es debido al exceso de actividad, a una actividad que provoca tal descontrol que la cabeza parece intercambiar su posición con los pies. Llevo una temporada que entre el trabajo y los niños ando de cabeza y no tengo ni un segundo libre para mí. Podría ser que la expresión Andar de coronilla, de la que habría salido Andar de cabeza, tuviera que ver con las monedas llamadas coronillas, pequeñas coronas, minúsculas piezas de oro en curso durante el reinado de los primeros Borbones, y que cuando se caían eran prácticamente imposibles de encontrar por los botes que daban y lo que corrían. Algunas interpretaciones asocian la frase a la iconografía clásica, en la que los condenados al fuego eterno se suelen representar cayendo de cabeza a las profundidades infernales (v. Ir de culo||Ir de cráneo). Otros sostienen que se refiere al mundo de los acróbatas y saltimbanquis, quienes, literalmente, hacen muchos de sus ejercicios apoyando la cabeza en el suelo para mantener el equilibrio o dar giros.