Apuntarse a un bombardeo: Aplicamos este irónico dicho a quien, con tal de sacar provecho o de figurar, participa en cualquier evento o acepta cualquier invitación, aunque, a priori, pudiera ser desagradable o perjudicial para él. La hipérbole no requiere mayor explicación. Tú no te pierdes una fiesta ni un sarao, a la hora que sea, lo organice quien lo organice. Te apuntas a un bombardeo. Suponemos que el individuo en cuestión sería el bombardeado, no el bombardeador, aunque ninguna de las dos circunstancias son plato de gusto, la verdad.