En los callejones de los suburbios se encontraban Bubbleman y Clayman en camino a su encomienda.
-¡Corre, corre, corre, corre!- gritaba Bubbleman mientras huía junto a Clayman de una gran grupo de Worms.
-¡Quítamelo, quítamelo!- Clayman trataba de quitarse un Worm pegado a su espalda.
Ellos corrieron hasta llegar a un sitio que era muy conocido por la inestabilidad de sus construcciones, edificios pequeños que fueron hechos con materiales de muy mala calidad. Clayman en sus desesperados intentos de arrancarse a los Worm de su espalda, se golpea muy fuerte contra uno de los edificios provocando que este empiece a colapsar y dando paso a un efecto domino con el resto del área.
-¡Ves lo que provocas al estarte moviendo como elefante ebrio en celo!- reclamo Bubbleman.
– ¡No me culpes, tenía que sacármelo y…! ¿No se supone que debemos correr?-
– ¡¡¡AAAAHH!!!- gritaron ambos.
Ambos apenas lograron escapar del accidente, no pudiendo decirse lo mismo de los Worms, muchos murieron aplastados y los que sobrevivieron no pudieron seguirlos, la destrucción o los dejaba avanzar con eficacia.
-Eso fue efectivo. ¿Y ahora como pago todo esto?-
– Ssshhh.- Bubbleman silencio a Clayman.- Si no deseas pagarlo sigue haciendo ruido, así te mataran y no tendrás deudas. Ahí vienen más, así que más nos vale escondernos.
Nuestros héroes siguieron su camino pero de manera cautelosa para evitar llamar la atención de los Worms. Clayman noto que Bubbleman no lo estaba guiando al puerto específicamente, sitio al cual se supone debían ir.
-No es por tacharte de ignorante ni nada, pero yo conozco esta ciudad muy bien, y este no es el camino al puerto, ¿A dónde nos dirigimos?-
– Te seré sincero, nos dirigimos a la planta central de energía. ¿Para qué? Pues esta planta usa una fuente muy poderosa y rara de energía que es de mucha importancia y debe ser recuperada.- respondió Bubbleman.
– Pero hasta donde yo sé, no es atómica ni ningún tipo de energía peligrosa capaz de destruir la ciudad, así que eso puede esperar, ¡la gente nos necesita, Ocean nos necesita, no podemos dejarlos morir en el puerto!-
– No entiendes, si no vamos por ella ahora puede ser que luego sea tarde para conseguirla, hay que aprovechar, en especial ahora que no hay nadie cuidándola.-
– ¿Cómo sabes que no se la llevaron ya? Y si dices que es tan importante, alguien ya se la debió haber llevado.-
– ¡Yo sé que ahí está, uno de los primeros lugares en ser ataco fue este, y sé que no hay nadie porque el gobierno ya fallo en la extracción de dicho objeto!- dijo enojado Bubbleman.
– ¿Ya sabias de esta invasión? ¡¿Y no nos dijiste?! – Tomo a Bubbleman por el cuello y lo elevo.- Seguramente planeaste todo para poder ir a tomar la maldita fuente solo para vos.-
– Lo siento.- Bubbleman se ahogaba.- Pero esta energía nos puede ayudar a acabar con ellos, por eso planee esto, el gobierno no iba a dejar que lo obtuviéramos por las buenas.-
-Entonces hagamos esto rápido, si tan solo una persona resulta lastimada por nuestro atraso.- Clayman presiono mas.- Aplastare tu cuello, ¿entendido?- Clayman soltó a Bubbleman.
-Ya veo por dicen que cambias fácilmente de humor.-
En su camino a la planta se detuvieron al ver a un grupo de Cartaros reuniéndose en medio de la calle, se disponían a atacarlos pero se contuvieron al ver que empezaron a prepararse para una especie de rito. Todos ellos cantaron al unísono, el canto que emitían era un ruido muy estridente y molesto, a tal punto que causaba sufrimiento en los oídos de quienes tenían el disgusto de oírlos. Los héroes tuvieron que rápido usar protección para alivianar su sufrimiento y poder observar la situación.
Después de un par de minutos de iniciado este rito apareció de la nada un poco de la baba característica de los Worm, esta apareció flotando en el aire y empezó a expandirse formando un delgado anillo de esta sustancia.
Bubbleman, mientras aguantaba el dolor, observo a través del anillo y noto que no podía ver el otro lado a pesar de su poco espesor, era como ver haca un vacío, al espacio exterior. Cuando el anillo creció hasta un tamaño considerable, los Cartaros dejaron de cantar. Del inmenso vacío dentro del anillo empezaron a surgir dos criaturas, un Worm Illidan y un nuevo enemigo, el Worm Noble, un delgado pero fuerte enemigo, con su propia armadura natural hecha de sus huesos y una deformidad muy repulsiva en su espalda.
– Con que así es como aparecen tantos otros que no fueron registrados en las caídas de meteoritos.- pensó Bubbleman.
El Illidan rápidamente se encamino hacia el sector donde los políticos residían.
-Se dirige donde Avian y Burstinatrix, les avisare.- susurro Clayman.
Este pequeño ruido hizo que los Worm sospecharan de su presencia. El Noble no tardo en atacar dicho sitio, pero los héroes ya habían desaparecido, solo una radio destruida quedó en el lugar.
-Esa estuvo cerca. Maldición, mi radio se descompuso con esta agua asquerosa.- se quejaba Bubbleman.
-La mía se cayó. Bendito sea el sistema de desagüe, nos ha salvado.-
Luego de caminar un tiempo por las cloacas.
– Creo que ya llegamos.-dijo Bubbleman.
Ambos subieron del desagüe a la entrada de la planta eléctrica viendo a los cadáveres del asedio de los Worm.
-Bueno, llegamos.- exclamaron ambos.
CONTINUARA…