HISTORIA DE ALÍ BABÁ Y LOS CUARENTA LADRONES
“Recuerdo
, ¡oh rey afortun
ado!, que en tiempos muy lejanos, en los días del pasado, ya ido, y en una ciu
dad entre las ciudades de Persia, vivían dos hermanos; uno se llamaba Kasín y el otro Alí Babá. ¡Exaltado sea aquel ante quien se borran todos los no
mbres, sobrenombres y renombres; el que ve las almas al desnudo y las conciencias en toda su profundidad, el Altísimo, el dueño de todos los destinos! Cuando el padre de Kasín y de Alí Babá, que era un hombre del común, muri
ó en la misericordia de su señor, los dos hermanos se repartieron equitativamente lo poco que les dejo en herencia, tardando poco en consumir tan mezquino caudal y encontrándose, de la noche a la mañana, con las caras largas y sin pan ni queso. He aquí lo que suele ocurrirles a los que vive
n descuidados en la edad temprana, olvidando los consejos de los sabios. El mayor, que era Kasín, viéndose en trance de secarse dentro de su pellejo y morir de inanición, se puso a la búsqueda de una situación lucrativa, y co
mo era avisado y astuto, no tardó en dar con una casamentera o entremetida, ¡alejado sea el maligna! quien, le casó con una adolescente que tenía buena mesa y muy buena plata; en todo y por todo, un excelente partido. ¡Alabado sea el Retribuidor! De esta manera, además de una apetecible
esposa, el joven tuvo una tienda bien abastecida en el centro del mercado. Tal era su destino, marcado en su frente desde su nacimiento, y así se cumplió.