El equipo de Dunga destapó el ocaso que ensombrece el panorama actual fútbol italiano y sonrojó al último campeón del Mundo (3-0), al que apartó de las semifinales de la Copa Confederaciones que completó un combinado inesperado.
Estados Unidos, que goleó a Egipto (3-0), se convirtió en el rival de España en el camino hacia el título del torneo. La presencia entre los cuatro supervivientes del cuadro norteamericano fue el bombazo de la sesión. Terminó con la condición de equipo revelación del campeón africano, cuya actuación previa habían causado sensación en Sudáfrica, y dinamitó las previsiones. Se convirtió en semifinalista.
Así, probada la superioridad brasileña, que cerró la fase con pleno de triunfos, la clasificación del Grupo B, con triple empate, se resolvió por diferencia de goles. En esa situación salió airoso el conjunto norteamericano para definir el último tramo de la competición. España se enfrentará a Estados Unidos el miércoles y Brasil a Sudáfrica el jueves.
Brasil, en los siete minutos finales de la primera parte, hundió al conjunto italiano. En ese tiempo, dos tantos de Luis Fabiano y otro de Dossena en propia puerta, dejaron cuesta arriba la progresión transalpina, empinada ya tras la derrota frente a Egipto en la anterior jornada y amparada en las matemáticas y las carambolas.
En el otro partido, el gol de Davies a los veinte minutos llenó de ansiedad a Egipto. El segundo, a la hora de partido, de Bradley metió en el camino de la clasificación al conjunto norteamericano, estimulado definitivamente por la goleada que Brasil endosaba a Italia. Dempsey, a veinte del final, redondeó el trabajo y metió a Estados Unidos en una posición donde no esperaba. Será el rival de España.
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