Poemas
POESIAS
Pablo Neruda
El Amor
Pequeña
rosa,
rosa pequeña,
a veces,
diminuta y desnuda,
parece
que en una mano mía
cabes,
que así voy a cerrarte
y a llevarte a mi boca,
pero
de pronto
mis pies tocan tus pies y mi boca tus labios,
has crecido,
suben tus hombros como dos colinas,
tus pechos se pasean por mi pecho,
mi brazo alcanza apenas a rodear la delgada
línea de luna nueva que tiene tu cintura:
en el amor como agua de mar te has desatado:
mido apenas los ojos más extensos del cielo
y me inclino a tu boca para besar la tierra.
Desnuda
Desnuda eres tan simple como una de tus manos:
lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente.
Tienes líneas de luna, caminos de manzana.
Desnuda eres delgada como el trigo desnudo.
Desnuda eres azul como la noche en Cuba:
tienes enredaderas y estrellas en el pelo.
Desnuda eres redonda y amarilla
como el verano en una iglesia de oro.
Desnuda eres pequeña como una de tus uñas:
curva, sutil, rosada hasta que nace el día
y te metes en el subterráneo del mundo
como en un largo túnel de trajes y trabajos:
tu claridad se apaga, se viste, se deshoja
y otra vez vuelve a ser una mano desnuda.
Amor, cuÁntos caminos…
Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso,
qué soledad errante hasta tu compañía!
Siguen los trenes solos rodando con la lluvia.
En Taltal no amanece aún la primavera.
Pero tú y yo, amor mío, estamos juntos,
juntos desde la ropa a las raíces,
juntos de otoño, de agua, de caderas,
hasta ser sólo tú, sólo yo juntos.
Pensar que costó tantas piedras que lleva el río,
la desembocadura del agua de Boroa,
pensar que separados por trenes y naciones.
CuÁntas veces, amor…
Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo,
sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,
en regiones contrarias, en un mediodía quemante:
eras sólo el aroma de los cereales que amo.
Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa
en Angola, a la luz de la luna de Junio,
o eras tú la cintura de aquella guitarra
que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria.
En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.
Pero yo ya sabía cómo era. De pronto
mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida:
frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas.
Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.
El Viento en la Isla
El viento es un caballo:
óyelo cómo corre
por el mar, por el cielo.Quiere llevarme: escucha
cómo recorre el mundo
para llevarme lejos.
Escóndeme en tus brazos
por esta noche sola,
mientras la lluvia rompe
contra el mar y la tierra
su boca innumerable.
Escucha cómo el viento
me llama galopando
para llevarme lejos.
Con tu frente en mi frente,
con tu boca en mi boca,
atados nuestros cuerpos
al amor que nos quema,
deja que el viento pase
sin que pueda llevarme.
Deja que el viento corra
coronado de espuma,
que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.
La Poesia
Y fue a esa edad… Llegó la poesía a buscarme.
No sé, no sé de dónde salió,de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.
Yo no sabía qué decir, mi boca no sabía nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto el cielo desgranado
y abierto, planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.
Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío constelado,
a semejanza, a imagen del misterio,
me sentí parte pura del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.
El hijo
Ay hijo, sabes, sabes
de dónde vienes?
De un lago con gaviotas blancas y hambrientas.
Junto al agua de invierno
ella y yo levantamos una fogata roja
gastándonos los labios
de besarnos el alma,
echando al fuego todo, quemándonos la vida.
Así llegaste al mundo.
Pero ella para verme y para verte un día
atravesó los mares
y yo para abrazar
su pequeña cintura
toda la tierra anduve,
con guerras y montañas,
con arenas y espinas.
Así llegaste al mundo.
De tantos sitios vienes,
del agua y de la tierra, del fuego y de la nieve,
de tan lejos caminas
hacia nosotros dos, desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
cómo eres, qué nos dices,
porque tú sabes más
del mundo que te dimos.
Como una gran tormenta
sacudimos nosotros
el árbol de la vida
hasta las más ocultas
fibras de las raíces
y apareces ahora
cantando en el follaje, en la más alta rama
que contigo alcanzamos.
Yo Aquí Me Despido
Yo aquí me despido, vuelvo
a mi casa, en mis sueños, vuelvo a la Patagonia en donde
el viento golpea los establos
y salpica hielo el Océano. Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
ando errante por el mundo que amo: en mi patria encarcelan mineros
y los soldados mandan a los jueces. Pero yo amo hasta las raíces
de mi pequeño país frío.
Si tuviera que morir mil veces allí quiero morir:
si tuviera que nacer mil veces,
allí quiero nacer, cerca de la araucaria salvaje
del vendaval del viento sur,
de las campanas recién compradas. Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa. No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas, que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.
Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
Tu Risa
Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace
Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro, cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
La reina
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Sólo tú y Yo, solo tu y yo, amor mio, lo escuchamos.
juntos desde la ropa a las raíces,
juntos de otoño, de agua, de caderas,
hasta ser sólo tú, sólo yo juntos.
Pensar que costó tantas piedras que lleva el río,
la desembocadura del agua de Boroa,
pensar que separados por trenes y naciones.
CuÁntas veces, amor…
Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo,
sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,
en regiones contrarias, en un mediodía quemante:
eras sólo el aroma de los cereales que amo.
Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa
en Angola, a la luz de la luna de Junio,
o eras tú la cintura de aquella guitarra
que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria.
En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.
Pero yo ya sabía cómo era. De pronto
mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida:
frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas.
Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.
El Viento en la Isla
El viento es un caballo:
óyelo cómo corre
por el mar, por el cielo.Quiere llevarme: escucha
cómo recorre el mundo
para llevarme lejos.
Escóndeme en tus brazos
por esta noche sola,
mientras la lluvia rompe
contra el mar y la tierra
su boca innumerable.
Escucha cómo el viento
me llama galopando
para llevarme lejos.
Con tu frente en mi frente,
con tu boca en mi boca,
atados nuestros cuerpos
al amor que nos quema,
deja que el viento pase
sin que pueda llevarme.
Deja que el viento corra
coronado de espuma,
que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.
La Poesia
Y fue a esa edad… Llegó la poesía a buscarme.
No sé, no sé de dónde salió,de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.
Yo no sabía qué decir, mi boca no sabía nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto el cielo desgranado
y abierto, planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.
Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío constelado,
a semejanza, a imagen del misterio,
me sentí parte pura del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.
El hijo
Ay hijo, sabes, sabes
de dónde vienes?
De un lago con gaviotas blancas y hambrientas.
Junto al agua de invierno
ella y yo levantamos una fogata roja
gastándonos los labios
de besarnos el alma,
echando al fuego todo, quemándonos la vida.
Así llegaste al mundo.
Pero ella para verme y para verte un día
atravesó los mares
y yo para abrazar
su pequeña cintura
toda la tierra anduve,
con guerras y montañas,
con arenas y espinas.
Así llegaste al mundo.
De tantos sitios vienes,
del agua y de la tierra, del fuego y de la nieve,
de tan lejos caminas
hacia nosotros dos, desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
cómo eres, qué nos dices,
porque tú sabes más
del mundo que te dimos.
Como una gran tormenta
sacudimos nosotros
el árbol de la vida
hasta las más ocultas
fibras de las raíces
y apareces ahora
cantando en el follaje, en la más alta rama
que contigo alcanzamos.
Yo Aquí Me Despido
Yo aquí me despido, vuelvo
a mi casa, en mis sueños, vuelvo a la Patagonia en donde
el viento golpea los establos
y salpica hielo el Océano. Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
ando errante por el mundo que amo: en mi patria encarcelan mineros
y los soldados mandan a los jueces. Pero yo amo hasta las raíces
de mi pequeño país frío.
Si tuviera que morir mil veces allí quiero morir:
si tuviera que nacer mil veces,
allí quiero nacer, cerca de la araucaria salvaje
del vendaval del viento sur,
de las campanas recién compradas. Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa. No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas, que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.
Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
Tu Risa
Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace
Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro, cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
La reina
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Sólo tú y Yo, solo tu y yo, amor mio, lo escuchamos.
Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo,
sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,
en regiones contrarias, en un mediodía quemante:
eras sólo el aroma de los cereales que amo.
Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa
en Angola, a la luz de la luna de Junio,
o eras tú la cintura de aquella guitarra
que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria.
En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.
Pero yo ya sabía cómo era. De pronto
mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida:
frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas.
Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.
El Viento en la Isla
El viento es un caballo:
óyelo cómo corre
por el mar, por el cielo.Quiere llevarme: escucha
cómo recorre el mundo
para llevarme lejos.
Escóndeme en tus brazos
por esta noche sola,
mientras la lluvia rompe
contra el mar y la tierra
su boca innumerable.
Escucha cómo el viento
me llama galopando
para llevarme lejos.
Con tu frente en mi frente,
con tu boca en mi boca,
atados nuestros cuerpos
al amor que nos quema,
deja que el viento pase
sin que pueda llevarme.
Deja que el viento corra
coronado de espuma,
que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.
La Poesia
Y fue a esa edad… Llegó la poesía a buscarme.
No sé, no sé de dónde salió,de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.
Yo no sabía qué decir, mi boca no sabía nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto el cielo desgranado
y abierto, planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.
Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío constelado,
a semejanza, a imagen del misterio,
me sentí parte pura del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.
El hijo
Ay hijo, sabes, sabes
de dónde vienes?
De un lago con gaviotas blancas y hambrientas.
Junto al agua de invierno
ella y yo levantamos una fogata roja
gastándonos los labios
de besarnos el alma,
echando al fuego todo, quemándonos la vida.
Así llegaste al mundo.
Pero ella para verme y para verte un día
atravesó los mares
y yo para abrazar
su pequeña cintura
toda la tierra anduve,
con guerras y montañas,
con arenas y espinas.
Así llegaste al mundo.
De tantos sitios vienes,
del agua y de la tierra, del fuego y de la nieve,
de tan lejos caminas
hacia nosotros dos, desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
cómo eres, qué nos dices,
porque tú sabes más
del mundo que te dimos.
Como una gran tormenta
sacudimos nosotros
el árbol de la vida
hasta las más ocultas
fibras de las raíces
y apareces ahora
cantando en el follaje, en la más alta rama
que contigo alcanzamos.
Yo Aquí Me Despido
Yo aquí me despido, vuelvo
a mi casa, en mis sueños, vuelvo a la Patagonia en donde
el viento golpea los establos
y salpica hielo el Océano. Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
ando errante por el mundo que amo: en mi patria encarcelan mineros
y los soldados mandan a los jueces. Pero yo amo hasta las raíces
de mi pequeño país frío.
Si tuviera que morir mil veces allí quiero morir:
si tuviera que nacer mil veces,
allí quiero nacer, cerca de la araucaria salvaje
del vendaval del viento sur,
de las campanas recién compradas. Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa. No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas, que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.
Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
Tu Risa
Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace
Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro, cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
La reina
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Sólo tú y Yo, solo tu y yo, amor mio, lo escuchamos.
en Angola, a la luz de la luna de Junio,
o eras tú la cintura de aquella guitarra
que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria.
En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.
Pero yo ya sabía cómo era. De pronto
mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida:
frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas.
Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.
El Viento en la Isla
El viento es un caballo:
óyelo cómo corre
por el mar, por el cielo.Quiere llevarme: escucha
cómo recorre el mundo
para llevarme lejos.
Escóndeme en tus brazos
por esta noche sola,
mientras la lluvia rompe
contra el mar y la tierra
su boca innumerable.
Escucha cómo el viento
me llama galopando
para llevarme lejos.
Con tu frente en mi frente,
con tu boca en mi boca,
atados nuestros cuerpos
al amor que nos quema,
deja que el viento pase
sin que pueda llevarme.
Deja que el viento corra
coronado de espuma,
que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.
La Poesia
Y fue a esa edad… Llegó la poesía a buscarme.
No sé, no sé de dónde salió,de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.
Yo no sabía qué decir, mi boca no sabía nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto el cielo desgranado
y abierto, planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.
Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío constelado,
a semejanza, a imagen del misterio,
me sentí parte pura del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.
El hijo
Ay hijo, sabes, sabes
de dónde vienes?
De un lago con gaviotas blancas y hambrientas.
Junto al agua de invierno
ella y yo levantamos una fogata roja
gastándonos los labios
de besarnos el alma,
echando al fuego todo, quemándonos la vida.
Así llegaste al mundo.
Pero ella para verme y para verte un día
atravesó los mares
y yo para abrazar
su pequeña cintura
toda la tierra anduve,
con guerras y montañas,
con arenas y espinas.
Así llegaste al mundo.
De tantos sitios vienes,
del agua y de la tierra, del fuego y de la nieve,
de tan lejos caminas
hacia nosotros dos, desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
cómo eres, qué nos dices,
porque tú sabes más
del mundo que te dimos.
Como una gran tormenta
sacudimos nosotros
el árbol de la vida
hasta las más ocultas
fibras de las raíces
y apareces ahora
cantando en el follaje, en la más alta rama
que contigo alcanzamos.
Yo Aquí Me Despido
Yo aquí me despido, vuelvo
a mi casa, en mis sueños, vuelvo a la Patagonia en donde
el viento golpea los establos
y salpica hielo el Océano. Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
ando errante por el mundo que amo: en mi patria encarcelan mineros
y los soldados mandan a los jueces. Pero yo amo hasta las raíces
de mi pequeño país frío.
Si tuviera que morir mil veces allí quiero morir:
si tuviera que nacer mil veces,
allí quiero nacer, cerca de la araucaria salvaje
del vendaval del viento sur,
de las campanas recién compradas. Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa. No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas, que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.
Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
Tu Risa
Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace
Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro, cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
La reina
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Sólo tú y Yo, solo tu y yo, amor mio, lo escuchamos.
frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas.
Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.
El Viento en la Isla
El viento es un caballo:
óyelo cómo corre
por el mar, por el cielo.Quiere llevarme: escucha
cómo recorre el mundo
para llevarme lejos.
Escóndeme en tus brazos
por esta noche sola,
mientras la lluvia rompe
contra el mar y la tierra
su boca innumerable.
Escucha cómo el viento
me llama galopando
para llevarme lejos.
Con tu frente en mi frente,
con tu boca en mi boca,
atados nuestros cuerpos
al amor que nos quema,
deja que el viento pase
sin que pueda llevarme.
Deja que el viento corra
coronado de espuma,
que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.
La Poesia
Y fue a esa edad… Llegó la poesía a buscarme.
No sé, no sé de dónde salió,de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.
Yo no sabía qué decir, mi boca no sabía nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto el cielo desgranado
y abierto, planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.
Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío constelado,
a semejanza, a imagen del misterio,
me sentí parte pura del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.
El hijo
Ay hijo, sabes, sabes
de dónde vienes?
De un lago con gaviotas blancas y hambrientas.
Junto al agua de invierno
ella y yo levantamos una fogata roja
gastándonos los labios
de besarnos el alma,
echando al fuego todo, quemándonos la vida.
Así llegaste al mundo.
Pero ella para verme y para verte un día
atravesó los mares
y yo para abrazar
su pequeña cintura
toda la tierra anduve,
con guerras y montañas,
con arenas y espinas.
Así llegaste al mundo.
De tantos sitios vienes,
del agua y de la tierra, del fuego y de la nieve,
de tan lejos caminas
hacia nosotros dos, desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
cómo eres, qué nos dices,
porque tú sabes más
del mundo que te dimos.
Como una gran tormenta
sacudimos nosotros
el árbol de la vida
hasta las más ocultas
fibras de las raíces
y apareces ahora
cantando en el follaje, en la más alta rama
que contigo alcanzamos.
Yo Aquí Me Despido
Yo aquí me despido, vuelvo
a mi casa, en mis sueños, vuelvo a la Patagonia en donde
el viento golpea los establos
y salpica hielo el Océano. Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
ando errante por el mundo que amo: en mi patria encarcelan mineros
y los soldados mandan a los jueces. Pero yo amo hasta las raíces
de mi pequeño país frío.
Si tuviera que morir mil veces allí quiero morir:
si tuviera que nacer mil veces,
allí quiero nacer, cerca de la araucaria salvaje
del vendaval del viento sur,
de las campanas recién compradas. Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa. No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas, que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.
Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
Tu Risa
Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace
Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro, cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
La reina
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Sólo tú y Yo, solo tu y yo, amor mio, lo escuchamos.
óyelo cómo corre
por el mar, por el cielo.Quiere llevarme: escucha
cómo recorre el mundo
para llevarme lejos.
Escóndeme en tus brazos
por esta noche sola,
mientras la lluvia rompe
contra el mar y la tierra
su boca innumerable.
Escucha cómo el viento
me llama galopando
para llevarme lejos.
Con tu frente en mi frente,
con tu boca en mi boca,
atados nuestros cuerpos
al amor que nos quema,
deja que el viento pase
sin que pueda llevarme.
Deja que el viento corra
coronado de espuma,
que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.
La Poesia
Y fue a esa edad… Llegó la poesía a buscarme.
No sé, no sé de dónde salió,de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.
Yo no sabía qué decir, mi boca no sabía nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto el cielo desgranado
y abierto, planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.
Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío constelado,
a semejanza, a imagen del misterio,
me sentí parte pura del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.
El hijo
Ay hijo, sabes, sabes
de dónde vienes?
De un lago con gaviotas blancas y hambrientas.
Junto al agua de invierno
ella y yo levantamos una fogata roja
gastándonos los labios
de besarnos el alma,
echando al fuego todo, quemándonos la vida.
Así llegaste al mundo.
Pero ella para verme y para verte un día
atravesó los mares
y yo para abrazar
su pequeña cintura
toda la tierra anduve,
con guerras y montañas,
con arenas y espinas.
Así llegaste al mundo.
De tantos sitios vienes,
del agua y de la tierra, del fuego y de la nieve,
de tan lejos caminas
hacia nosotros dos, desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
cómo eres, qué nos dices,
porque tú sabes más
del mundo que te dimos.
Como una gran tormenta
sacudimos nosotros
el árbol de la vida
hasta las más ocultas
fibras de las raíces
y apareces ahora
cantando en el follaje, en la más alta rama
que contigo alcanzamos.
Yo Aquí Me Despido
Yo aquí me despido, vuelvo
a mi casa, en mis sueños, vuelvo a la Patagonia en donde
el viento golpea los establos
y salpica hielo el Océano. Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
ando errante por el mundo que amo: en mi patria encarcelan mineros
y los soldados mandan a los jueces. Pero yo amo hasta las raíces
de mi pequeño país frío.
Si tuviera que morir mil veces allí quiero morir:
si tuviera que nacer mil veces,
allí quiero nacer, cerca de la araucaria salvaje
del vendaval del viento sur,
de las campanas recién compradas. Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa. No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas, que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.
Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
Tu Risa
Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace
Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro, cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
La reina
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Sólo tú y Yo, solo tu y yo, amor mio, lo escuchamos.
para llevarme lejos.
Escóndeme en tus brazos
por esta noche sola,
mientras la lluvia rompe
contra el mar y la tierra
su boca innumerable.
Escucha cómo el viento
me llama galopando
para llevarme lejos.
Con tu frente en mi frente,
con tu boca en mi boca,
atados nuestros cuerpos
al amor que nos quema,
deja que el viento pase
sin que pueda llevarme.
Deja que el viento corra
coronado de espuma,
que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.
La Poesia
Y fue a esa edad… Llegó la poesía a buscarme.
No sé, no sé de dónde salió,de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.
Yo no sabía qué decir, mi boca no sabía nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto el cielo desgranado
y abierto, planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.
Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío constelado,
a semejanza, a imagen del misterio,
me sentí parte pura del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.
El hijo
Ay hijo, sabes, sabes
de dónde vienes?
De un lago con gaviotas blancas y hambrientas.
Junto al agua de invierno
ella y yo levantamos una fogata roja
gastándonos los labios
de besarnos el alma,
echando al fuego todo, quemándonos la vida.
Así llegaste al mundo.
Pero ella para verme y para verte un día
atravesó los mares
y yo para abrazar
su pequeña cintura
toda la tierra anduve,
con guerras y montañas,
con arenas y espinas.
Así llegaste al mundo.
De tantos sitios vienes,
del agua y de la tierra, del fuego y de la nieve,
de tan lejos caminas
hacia nosotros dos, desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
cómo eres, qué nos dices,
porque tú sabes más
del mundo que te dimos.
Como una gran tormenta
sacudimos nosotros
el árbol de la vida
hasta las más ocultas
fibras de las raíces
y apareces ahora
cantando en el follaje, en la más alta rama
que contigo alcanzamos.
Yo Aquí Me Despido
Yo aquí me despido, vuelvo
a mi casa, en mis sueños, vuelvo a la Patagonia en donde
el viento golpea los establos
y salpica hielo el Océano. Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
ando errante por el mundo que amo: en mi patria encarcelan mineros
y los soldados mandan a los jueces. Pero yo amo hasta las raíces
de mi pequeño país frío.
Si tuviera que morir mil veces allí quiero morir:
si tuviera que nacer mil veces,
allí quiero nacer, cerca de la araucaria salvaje
del vendaval del viento sur,
de las campanas recién compradas. Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa. No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas, que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.
Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
Tu Risa
Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace
Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro, cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
La reina
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Sólo tú y Yo, solo tu y yo, amor mio, lo escuchamos.
mientras la lluvia rompe
contra el mar y la tierra
su boca innumerable.
Escucha cómo el viento
me llama galopando
para llevarme lejos.
Con tu frente en mi frente,
con tu boca en mi boca,
atados nuestros cuerpos
al amor que nos quema,
deja que el viento pase
sin que pueda llevarme.
Deja que el viento corra
coronado de espuma,
que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.
La Poesia
Y fue a esa edad… Llegó la poesía a buscarme.
No sé, no sé de dónde salió,de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.
Yo no sabía qué decir, mi boca no sabía nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto el cielo desgranado
y abierto, planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.
Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío constelado,
a semejanza, a imagen del misterio,
me sentí parte pura del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.
El hijo
Ay hijo, sabes, sabes
de dónde vienes?
De un lago con gaviotas blancas y hambrientas.
Junto al agua de invierno
ella y yo levantamos una fogata roja
gastándonos los labios
de besarnos el alma,
echando al fuego todo, quemándonos la vida.
Así llegaste al mundo.
Pero ella para verme y para verte un día
atravesó los mares
y yo para abrazar
su pequeña cintura
toda la tierra anduve,
con guerras y montañas,
con arenas y espinas.
Así llegaste al mundo.
De tantos sitios vienes,
del agua y de la tierra, del fuego y de la nieve,
de tan lejos caminas
hacia nosotros dos, desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
cómo eres, qué nos dices,
porque tú sabes más
del mundo que te dimos.
Como una gran tormenta
sacudimos nosotros
el árbol de la vida
hasta las más ocultas
fibras de las raíces
y apareces ahora
cantando en el follaje, en la más alta rama
que contigo alcanzamos.
Yo Aquí Me Despido
Yo aquí me despido, vuelvo
a mi casa, en mis sueños, vuelvo a la Patagonia en donde
el viento golpea los establos
y salpica hielo el Océano. Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
ando errante por el mundo que amo: en mi patria encarcelan mineros
y los soldados mandan a los jueces. Pero yo amo hasta las raíces
de mi pequeño país frío.
Si tuviera que morir mil veces allí quiero morir:
si tuviera que nacer mil veces,
allí quiero nacer, cerca de la araucaria salvaje
del vendaval del viento sur,
de las campanas recién compradas. Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa. No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas, que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.
Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
Tu Risa
Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace
Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro, cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
La reina
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Sólo tú y Yo, solo tu y yo, amor mio, lo escuchamos.
me llama galopando
para llevarme lejos.
Con tu frente en mi frente,
con tu boca en mi boca,
atados nuestros cuerpos
al amor que nos quema,
deja que el viento pase
sin que pueda llevarme.
Deja que el viento corra
coronado de espuma,
que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.
La Poesia
Y fue a esa edad… Llegó la poesía a buscarme.
No sé, no sé de dónde salió,de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.
Yo no sabía qué decir, mi boca no sabía nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto el cielo desgranado
y abierto, planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.
Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío constelado,
a semejanza, a imagen del misterio,
me sentí parte pura del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.
El hijo
Ay hijo, sabes, sabes
de dónde vienes?
De un lago con gaviotas blancas y hambrientas.
Junto al agua de invierno
ella y yo levantamos una fogata roja
gastándonos los labios
de besarnos el alma,
echando al fuego todo, quemándonos la vida.
Así llegaste al mundo.
Pero ella para verme y para verte un día
atravesó los mares
y yo para abrazar
su pequeña cintura
toda la tierra anduve,
con guerras y montañas,
con arenas y espinas.
Así llegaste al mundo.
De tantos sitios vienes,
del agua y de la tierra, del fuego y de la nieve,
de tan lejos caminas
hacia nosotros dos, desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
cómo eres, qué nos dices,
porque tú sabes más
del mundo que te dimos.
Como una gran tormenta
sacudimos nosotros
el árbol de la vida
hasta las más ocultas
fibras de las raíces
y apareces ahora
cantando en el follaje, en la más alta rama
que contigo alcanzamos.
Yo Aquí Me Despido
Yo aquí me despido, vuelvo
a mi casa, en mis sueños, vuelvo a la Patagonia en donde
el viento golpea los establos
y salpica hielo el Océano. Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
ando errante por el mundo que amo: en mi patria encarcelan mineros
y los soldados mandan a los jueces. Pero yo amo hasta las raíces
de mi pequeño país frío.
Si tuviera que morir mil veces allí quiero morir:
si tuviera que nacer mil veces,
allí quiero nacer, cerca de la araucaria salvaje
del vendaval del viento sur,
de las campanas recién compradas. Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa. No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas, que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.
Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
Tu Risa
Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace
Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro, cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
La reina
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Sólo tú y Yo, solo tu y yo, amor mio, lo escuchamos.
con tu boca en mi boca,
atados nuestros cuerpos
al amor que nos quema,
deja que el viento pase
sin que pueda llevarme.
Deja que el viento corra
coronado de espuma,
que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.
La Poesia
Y fue a esa edad… Llegó la poesía a buscarme.
No sé, no sé de dónde salió,de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.
Yo no sabía qué decir, mi boca no sabía nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto el cielo desgranado
y abierto, planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.
Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío constelado,
a semejanza, a imagen del misterio,
me sentí parte pura del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.
El hijo
Ay hijo, sabes, sabes
de dónde vienes?
De un lago con gaviotas blancas y hambrientas.
Junto al agua de invierno
ella y yo levantamos una fogata roja
gastándonos los labios
de besarnos el alma,
echando al fuego todo, quemándonos la vida.
Así llegaste al mundo.
Pero ella para verme y para verte un día
atravesó los mares
y yo para abrazar
su pequeña cintura
toda la tierra anduve,
con guerras y montañas,
con arenas y espinas.
Así llegaste al mundo.
De tantos sitios vienes,
del agua y de la tierra, del fuego y de la nieve,
de tan lejos caminas
hacia nosotros dos, desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
cómo eres, qué nos dices,
porque tú sabes más
del mundo que te dimos.
Como una gran tormenta
sacudimos nosotros
el árbol de la vida
hasta las más ocultas
fibras de las raíces
y apareces ahora
cantando en el follaje, en la más alta rama
que contigo alcanzamos.
Yo Aquí Me Despido
Yo aquí me despido, vuelvo
a mi casa, en mis sueños, vuelvo a la Patagonia en donde
el viento golpea los establos
y salpica hielo el Océano. Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
ando errante por el mundo que amo: en mi patria encarcelan mineros
y los soldados mandan a los jueces. Pero yo amo hasta las raíces
de mi pequeño país frío.
Si tuviera que morir mil veces allí quiero morir:
si tuviera que nacer mil veces,
allí quiero nacer, cerca de la araucaria salvaje
del vendaval del viento sur,
de las campanas recién compradas. Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa. No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas, que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.
Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
Tu Risa
Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace
Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro, cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
La reina
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Sólo tú y Yo, solo tu y yo, amor mio, lo escuchamos.
Deja que el viento corra
coronado de espuma,
que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.
La Poesia
Y fue a esa edad… Llegó la poesía a buscarme.
No sé, no sé de dónde salió,de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.
Yo no sabía qué decir, mi boca no sabía nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto el cielo desgranado
y abierto, planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.
Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío constelado,
a semejanza, a imagen del misterio,
me sentí parte pura del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.
El hijo
Ay hijo, sabes, sabes
de dónde vienes?
De un lago con gaviotas blancas y hambrientas.
Junto al agua de invierno
ella y yo levantamos una fogata roja
gastándonos los labios
de besarnos el alma,
echando al fuego todo, quemándonos la vida.
Así llegaste al mundo.
Pero ella para verme y para verte un día
atravesó los mares
y yo para abrazar
su pequeña cintura
toda la tierra anduve,
con guerras y montañas,
con arenas y espinas.
Así llegaste al mundo.
De tantos sitios vienes,
del agua y de la tierra, del fuego y de la nieve,
de tan lejos caminas
hacia nosotros dos, desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
cómo eres, qué nos dices,
porque tú sabes más
del mundo que te dimos.
Como una gran tormenta
sacudimos nosotros
el árbol de la vida
hasta las más ocultas
fibras de las raíces
y apareces ahora
cantando en el follaje, en la más alta rama
que contigo alcanzamos.
Yo Aquí Me Despido
Yo aquí me despido, vuelvo
a mi casa, en mis sueños, vuelvo a la Patagonia en donde
el viento golpea los establos
y salpica hielo el Océano. Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
ando errante por el mundo que amo: en mi patria encarcelan mineros
y los soldados mandan a los jueces. Pero yo amo hasta las raíces
de mi pequeño país frío.
Si tuviera que morir mil veces allí quiero morir:
si tuviera que nacer mil veces,
allí quiero nacer, cerca de la araucaria salvaje
del vendaval del viento sur,
de las campanas recién compradas. Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa. No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas, que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.
Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
Tu Risa
Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace
Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro, cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
La reina
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Sólo tú y Yo, solo tu y yo, amor mio, lo escuchamos.
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.
La Poesia
Y fue a esa edad… Llegó la poesía a buscarme.
No sé, no sé de dónde salió,de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.
Yo no sabía qué decir, mi boca no sabía nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto el cielo desgranado
y abierto, planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.
Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío constelado,
a semejanza, a imagen del misterio,
me sentí parte pura del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.
El hijo
Ay hijo, sabes, sabes
de dónde vienes?
De un lago con gaviotas blancas y hambrientas.
Junto al agua de invierno
ella y yo levantamos una fogata roja
gastándonos los labios
de besarnos el alma,
echando al fuego todo, quemándonos la vida.
Así llegaste al mundo.
Pero ella para verme y para verte un día
atravesó los mares
y yo para abrazar
su pequeña cintura
toda la tierra anduve,
con guerras y montañas,
con arenas y espinas.
Así llegaste al mundo.
De tantos sitios vienes,
del agua y de la tierra, del fuego y de la nieve,
de tan lejos caminas
hacia nosotros dos, desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
cómo eres, qué nos dices,
porque tú sabes más
del mundo que te dimos.
Como una gran tormenta
sacudimos nosotros
el árbol de la vida
hasta las más ocultas
fibras de las raíces
y apareces ahora
cantando en el follaje, en la más alta rama
que contigo alcanzamos.
Yo Aquí Me Despido
Yo aquí me despido, vuelvo
a mi casa, en mis sueños, vuelvo a la Patagonia en donde
el viento golpea los establos
y salpica hielo el Océano. Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
ando errante por el mundo que amo: en mi patria encarcelan mineros
y los soldados mandan a los jueces. Pero yo amo hasta las raíces
de mi pequeño país frío.
Si tuviera que morir mil veces allí quiero morir:
si tuviera que nacer mil veces,
allí quiero nacer, cerca de la araucaria salvaje
del vendaval del viento sur,
de las campanas recién compradas. Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa. No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas, que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.
Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
Tu Risa
Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace
Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro, cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
La reina
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Sólo tú y Yo, solo tu y yo, amor mio, lo escuchamos.
No sé, no sé de dónde salió,de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.
Yo no sabía qué decir, mi boca no sabía nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto el cielo desgranado
y abierto, planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.
Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío constelado,
a semejanza, a imagen del misterio,
me sentí parte pura del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.
Ay hijo, sabes, sabes
de dónde vienes?
De un lago con gaviotas blancas y hambrientas.
Junto al agua de invierno
ella y yo levantamos una fogata roja
gastándonos los labios
de besarnos el alma,
echando al fuego todo, quemándonos la vida.
Así llegaste al mundo.
Pero ella para verme y para verte un día
atravesó los mares
y yo para abrazar
su pequeña cintura
toda la tierra anduve,
con guerras y montañas,
con arenas y espinas.
Así llegaste al mundo.
De tantos sitios vienes,
del agua y de la tierra, del fuego y de la nieve,
de tan lejos caminas
hacia nosotros dos, desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
cómo eres, qué nos dices,
porque tú sabes más
del mundo que te dimos.
Como una gran tormenta
sacudimos nosotros
el árbol de la vida
hasta las más ocultas
fibras de las raíces
y apareces ahora
cantando en el follaje, en la más alta rama
que contigo alcanzamos.
Yo Aquí Me Despido
Yo aquí me despido, vuelvo
a mi casa, en mis sueños, vuelvo a la Patagonia en donde
el viento golpea los establos
y salpica hielo el Océano. Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
ando errante por el mundo que amo: en mi patria encarcelan mineros
y los soldados mandan a los jueces. Pero yo amo hasta las raíces
de mi pequeño país frío.
Si tuviera que morir mil veces allí quiero morir:
si tuviera que nacer mil veces,
allí quiero nacer, cerca de la araucaria salvaje
del vendaval del viento sur,
de las campanas recién compradas. Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa. No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas, que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.
Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
Tu Risa
Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace
Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro, cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
La reina
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Sólo tú y Yo, solo tu y yo, amor mio, lo escuchamos.
ella y yo levantamos una fogata roja
gastándonos los labios
de besarnos el alma,
echando al fuego todo, quemándonos la vida.
Así llegaste al mundo.
Pero ella para verme y para verte un día
atravesó los mares
y yo para abrazar
su pequeña cintura
toda la tierra anduve,
con guerras y montañas,
con arenas y espinas.
Así llegaste al mundo.
De tantos sitios vienes,
del agua y de la tierra, del fuego y de la nieve,
de tan lejos caminas
hacia nosotros dos, desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
cómo eres, qué nos dices,
porque tú sabes más
del mundo que te dimos.
Como una gran tormenta
sacudimos nosotros
el árbol de la vida
hasta las más ocultas
fibras de las raíces
y apareces ahora
cantando en el follaje, en la más alta rama
que contigo alcanzamos.
Yo Aquí Me Despido
Yo aquí me despido, vuelvo
a mi casa, en mis sueños, vuelvo a la Patagonia en donde
el viento golpea los establos
y salpica hielo el Océano. Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
ando errante por el mundo que amo: en mi patria encarcelan mineros
y los soldados mandan a los jueces. Pero yo amo hasta las raíces
de mi pequeño país frío.
Si tuviera que morir mil veces allí quiero morir:
si tuviera que nacer mil veces,
allí quiero nacer, cerca de la araucaria salvaje
del vendaval del viento sur,
de las campanas recién compradas. Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa. No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas, que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.
Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
Tu Risa
Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace
Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro, cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
La reina
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Sólo tú y Yo, solo tu y yo, amor mio, lo escuchamos.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
Tu Risa
Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace
Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro, cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
La reina
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Sólo tú y Yo, solo tu y yo, amor mio, lo escuchamos.
Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace
Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro, cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
La reina
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Sólo tú y Yo, solo tu y yo, amor mio, lo escuchamos.
la repentina ola
de planta que te nace
con los ojos cansados
a veces de haber visto
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
las puertas de la vida.
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
ríe, porque tu risa
será para mis manos
tu risa debe alzar
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro, cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire, la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.