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: El mago y el científico - Eco
Como un simple Phanta les comparto mis simples "divagaciones", más que una opinión. Es un artículo con muchas ramas que puede llevar por varias lineas de opinión según la filosofía o especialización que tengamos; recuerdo como para Platón la IDEA es una realidad independiente del mundo sensible y del pensamiento.
Este artículo de Eco se ubica en el año 2002, y nos presenta los principios comunicacionales y sociológicos de la teoría de la Sociedad de la Información, como ciclo de vida y desarrollo de la sociedad, desde la Era Agrícola, Industrial, pasando lo que llaman la Edad de La Razón y Renacimiento hasta la actual Sociedad de la Información y Conocimiento. Entre ellos " Los medios de comunicación confunden la imagen de la ciencia con la de la tecnología y transmiten esta confusión a sus usuarios..." y el hecho de que "los hombres...no distinguen entre tecnología destructiva y tecnología productiva.". Más aún Eco le da sabor con una verdad yo diria cuasi profética en esa época (2002 luego del famoso tema del Y2K que ya hemos olvidado), y es que "El usuario vive la tecnología del ordenador como magia".
Ese es el punto donde me tocó en la costilla con la punta del dedo, pues son muchas las veces (por mi trabajo) que tengo que resolver problemas en los equipos de los usuarios de la empresa, y nos creen magos a los ingenieros de sistemas. Veo como para las generaciones actuales (mis hijos) la portatil, el celular, los ipods, las camaras digitales, el entorno gráfico, son lo mas normal, asi como lo fueron el computador, la televisión a color, el walkman, los juegos electrónicos lo fueron para la mia.
Sin embargo, "La tecnología hace de todo para que se pierda de vista la cadena de las causas y los efectos", hace que olvidemos lo mas esencial, especialmente en los occidentales, "Cuando los hombres ya no creen en Dios, no es que ya no crean en nada: creen en todo", y eso es lo que me preocupa.
Eco nos dice también; Internet es una "especie de parodia de la enciclopedia que reúne todo el saber del mundo, porque incluye también información falsa", por lo que consideró que el medio ha "fracasado en su intento por ordenar el conocimiento del mundo disponible..", de donde se deriva mucha de la linea de pensamiento de Manuel Castells con respecto a "Comunicación y Poder". Platón tambien nos enseña que se puede llegar al conocimiento por dos caminos, mediante el conocimiento sensible que solo conduce a meras opiniones y mediante el de intuición por el que se capta la realidad ideal.
En su libro "Cosmovisión del Hombre en la Filosofía Clásica y en el Pensamiento Oriental", el Padre C. Dávila nos recuerda para Platón el hombre es un compuesto de alma y cuerpo, donde el alma tiene las cualidades de espiritualidad, inmortalidad y es pura como las ideas, y que la ética se funda en la práctica de de la virtud del entendimiento, de la parte anímica, la moderación y la armonía, las mismas que han pasado al cristianismo bajo la denominación de cardinales o fundamentales; estas principalmente divulgadas por San Agustín en su Confesiones.
El hombre es un microcosmos. Veo como esta sociedad tecnológica de la información y Conocimiento, mide cantidad y no calidad, mide lo de afuera, y no lo de adentro.
El Universo, 27 de junio 2010,
Por Francis Pisani >>Web 3.0
En los últimos días recrudeció la guerra entre los lectores de libros electrónicos con la espectacular baja de precio de dos de los principales contendientes. Se acerca el momento en que el aparato llegue al terreno de las masas y en que los editores que aún se resisten padezcan las consecuencias.
La última ofensiva fue lanzada por Barnes & Noble, la mayor cadena de librerías de Estados Unidos: el lunes 21 de junio anunció que su Nook, aparato con conexión 3G, Wifi y una paleta de navegación a color, bajó a 200 dólares, y que pondrán a la venta otra máquina, con conexión únicamente por Wifi, por tan solo 150 dólares.
Apenas unas horas después –literalmente– Amazon redujo el costo de su Kindle más básico a 190 dólares. En ambos casos el precio ascendía a 260 dólares. El Kindle apareció en el mercado a finales del 2007, a 400 dólares. Aparato algo primitivo (lo sigue siendo con su navegación por teclas y pantalla blanco y negro), pero que salió con una base de 80,000 títulos (su predecesor, el Reader de Sony, apenas con 25.000). A su favor jugó la confianza de los usuarios en la seriedad de Amazon, y la identificación de la marca con la venta de libros (sin que el soporte importara). Hoy día Amazon dispone de más de 500.000 títulos y hace poco empezó a ofrecer cierto material en otros idiomas: español, francés, alemán entre otros.
Pese a que el descenso de precios ocurre normalmente en este tipo de aparatos electrónicos, en el caso de los lectores de libros se sumó el hecho de que el iPad de Apple apareció en abril del 2010. Su versión más económica vale 500 dólares, pero se trata de un aparato a color, con pantalla touchscreen, capaz de manejar un sinnúmero de aplicaciones, casi similar a una computadora.
La importancia de esta fase en la guerra de precios proviene del hecho de que muchos analistas –Yankee Group, en particular, se ocupó del tema– consideran que a partir de 150 dólares estos aparatos atraerán el consumo masivo.
Aunque Steve Jobs haya dicho hace años que “la gente ya no lee”, lo cierto es que el iPad ha vendido 3 millones en 80 días y que los libros figuran dentro de las aplicaciones más vendidas.
El Kindle parece haber vendido más de 3 millones desde su aparición (no disponemos de cifras oficiales), y el año pasado Amazon se echó a la bolsa mil millones (entre libros electrónicos y lectores). El mercado del libro ya es significativo, y la caída del precio de los aparatos solo puede incrementarlo. Vale la pena destacar que Amazon vende algunos títulos por debajo de su costo de adquisición, a fin de captar mercado, y que varios editores estadounidenses ya le han impuesto vender algunos títulos por encima de los 9,9 dólares –precio techo establecido por Amazon (aun cuando vende libros más caros).
¿Quién saldrá ganando en esta guerra? Antes de aventurar una respuesta hace falta precisar que se libra en tres campos: los aparatos (hardware), las aplicaciones (software) y el contenido.
En el renglón de los aparatos: se trata de un añejo problema, similar al de la navaja suiza versus el sacacorchos. Algunos prefieren un cuchillo caro con varias hojas y dispositivos, mientras otros, en función de sus necesidades, optan por gastar solo en un filo y la espiral que abre cómodamente una botella.
En materia de software, por ahora parece contar menos la calidad de cada aplicación (iBooks de Apple es más agradable) que la iniciativa de Amazon de crear una plataforma que permite leer sus libros en cualquier computadora, teléfono móvil o tableta (Apple aplica su inflexible integración entre programas que controla y sus máquinas).
En cuanto a contenido, Barnes & Noble y Apple tienen acceso a muchos editores, pero Amazon los supera considerablemente en su oferta de títulos. La historia demuestra que hay sitio para la navaja suiza y el sacacorcho.
Lo importante es que el número de compradores de libros electrónicos va hacia arriba, y los editores que se niegan a poner su material on-line corren el riesgo de quedarse atrás.
La experiencia de un usuario compulsivo puede servir de algo: después de haber adquirido uno de los primeros Kindle no pude resistir comprar un iPad. Desde entonces abandoné mi lector especializado por las mismas razones que dejamos la tele en blanco y negro cuando apareció la pantalla a color. Pero la ironía es que sobre mi iPad leo los libros comprados en Amazon. Ya los había comprado, su oferta es mayor y tienden a ser más baratos.
De tal manera que en mi iPad, capaz de hacer casi lo mismo que una computadora, leo mis libros de Amazon, que pueden ser leídos en cualquier aparato. Apple tiene el mejor aparato, Amazon el mejor contenido.
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El Universo - 1 de junio 2010

Los pequeños de hoy se diferencian de los de antes porque están más informados, viven inmersos en la tecnología y son poco afectuosos.
Los niños de hoy son más observadores, analíticos, dinámicos, poco sumisos, cuestionadores y menos afectivos en comparación con los de hace algunos años.
Esta desventaja se debe a que su atención está volcada en la tecnología y no cuentan con la constante presencia de sus madres, que sí la tenían los niños de antes, señala Arelly Zapata, neuropsiquiatra infantil y directora del Instituto de la Metodología Intelectual, asentado en Guayaquil.
“Son el reflejo de la era moderna que vivimos. Los de antes eran mucho más tiernos, apegados a los asuntos familiares, se reunían para ver televisión, comer o compartir con sus padres y hermanos. Ahora los chicos tienen su propio televisor, notebook, celular, nintendo, iPop, que acaparan su atención y hacen que se aíslen y pierdan el contacto familiar”, señala la especialista..
Gianna Auz, psicóloga clínica, dice que los niños de ahora son más cuestionadores y refutadores a causa del libre acceso que tienen a la información a través de internet y la televisión.
Así también que “su comprensión de las herramientas tecnológicas actuales es más rápida que las de un adulto. Los niños de esta época manejan un lenguaje más tecnológico”, expresa.
Auz considera que los pequeños de ayer compartían más juegos al aire libre con otros niños o sus padres, mientras que los actuales son más individualistas, prefieren los videojuegos o alguna otra actividad tecnológica. Esto les permite un contacto solo entre el niño y la máquina.
Al respecto, la psicóloga educativa Norma Herrera Zambrano señala que los chicos ya no juegan como lo hacían los de antaño, porque se ha perdido el clima familiar, porque los padres les dan como entretenimientos los aparatos tecnológicos. No les prestan mayor atención.
“Cada miembro hace lo suyo, los padres trabajan y los chicos se distraen con la televisión y demás aparatos. Antes solo trabajaba el padre y la madre se dedicaba a los quehaceres domésticos, a educar a los chicos, impartirles disciplina y respeto. El papá llegaba al mediodía, comían juntos y había mayor comunicación”, puntualiza Herrera.
Agrega que antes los pequeños jugaban a la rayuela, la cometa, la cogida, la macateta, el trompo, o formaban rondas infantiles, que además de entretenerlos les permitían sociabilizar con parientes y amigos. Distraerse sanamente, sin la violencia que ofrecen muchos videojuegos.
Las expertas consultadas coinciden en que los chicos de ahora solo responden a la época que les ha tocado vivir. Necesitan de todos estos estímulos tecnológicos porque si no se aburren. Anotan que la tecnología no es dañina para los niños si se usa racionalmente, si los padres ponen límites. Si están dispuestos a responder las inquietudes de sus hijos, ayudarlos a buscar respuestas, darles amor y distracción.
“Tienen facilidad para memorizar el procedimiento de aparatos tecnológicos, mucho mejor que los adultos que ya no pertenecemos a esta generación. Tienen acceso a mucha más información, por ello en muchas ocasiones van a exigir de los mayores respuestas verdaderas a algo. Ahora ya no es simplemente ¡quédate ahí!, si no quédate ahí, por esta o tal razón”, indica Zapata.
La uruguaya Fanny Berger, autora del libro El paraíso posible, cómo crecer emocional y espiritualmente, señala que los niños de hoy buscan la inmediatez. “¡Dígame ya!, ¡llame ya!, ¡por qué no ahora!”, y que la complacencia de algunos padres hace que ellos no experimenten la espera. Así también el que tengan acceso a mucha información hace que se enteren o aprendan cosas antes de tiempo.
La escritora plantea que todos los niños requieren de la misma cantidad y calidad de afecto de la que gozaron los de antaño. Y que para desarrollar sus emociones deben respetar las cuatro E: Esperar, experimentar, escuchar y entender cuando se le dice un no.
“Las similitudes en ambos es que siguen siendo curiosos, traviesos, imaginativos, fantasiosos y en el fondo siguen manteniendo la frescura y la inocencia propias de los niños de todas las épocas. Y lo más importante y principal es que todos los pequeños brindan un afecto puro y desinteresado. Por ello debemos siempre protegerlos y respetarlos”, puntualiza Gianna Auz.
Educación
Hay que darles respuestas concretas.
Los niños de hoy no solo requieren la presencia física de sus padres, sino también la emocional.
Los padres no deben tomar la curiosidad e inquietud de sus hijos como malcriadez. Tampoco darles todo lo que pidan para que los dejen tranquilos.