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Facebook fatiga

El Universo, domingo 18 de julio 2010, Francis Pisani, Web 3.0

Facebook es el primer sitio de redes sociales en el mundo, a excepción en aquellos países –en la mayoría de los casos– que emplean distintos sistemas de escritura y cuyos regímenes políticos mantienen relaciones espinosas con Estados Unidos (China, Rusia, Irán, Siria). Aliado de Washington a Japón solo lo diferencia su grafía.

A Brasil se debe la confirmación de la regla: en su territorio domina Orkut. Pero FB gana terreno en países donde le ha costado imponerse: India, Turquía e Indonesia, por ejemplo.

Sin embargo, el ritmo de crecimiento puede desacelerarse. Después de haber conquistado cerca de ocho millones de nuevos usuarios en EE.UU. durante mayo, apenas sumó 320.000 en junio. Es más, la cantidad de usuarios en el grupo de 18 a 44 años descendió durante ese periodo. Europa occidental sufrió una merma comparable.

Semejante caída requiere explicaciones. Podría tratarse de un “accidente estadístico”, pero la razón más obvia, dada las diferencias entre zonas geográficas, es atribuible a que algunos mercados están alcanzando su tope de saturación. Tal fenómeno explica los excepcionales esfuerzos de Facebook por penetrar en Asia, por ejemplo.

Zuckerberg mismo reconoció la existencia del problema, que atribuyó, en parte al hecho de que, obsesionado por el crecimiento de Twitter, descuidó el propio.

La segunda elucidación sonaría más sugerente. En mayo aludimos al escaso interés de los dirigentes de Facebook por proteger los datos personales de los usuarios.

Tal vez la actitud de Zuckerberg, el desprecio contenido en su “no me importa”, desencadenó una ola de preocupación entre los usuarios.

El 31 de mayo fue declarado por algunos “un día sin Facebook”. Otros más decidieron “suicidarse”: eliminaron su perfil el 6 de julio. Pese a que el número de participantes no fue muy elevado en ninguno de ambos casos, no podemos descartar que tales acciones colectivas, y la publicidad que merecieron, hayan contribuido a difundir inquietud entre los usuarios, en particular entre los potenciales.

Un estudio de roiworld.com, sitio de juegos y de moda, completa el cuadro permitiendo una mejor comprensión del vínculo de los adolescentes estadounidenses con Facebook: pasan 2 horas al día on-line, 80% de ellos en sitios de redes sociales.

Sin embargo, uno de cada cinco ya no entra a Facebook o lo utiliza cada vez menos.

Las razones invocadas van desde la pérdida de interés (45%) hasta el fastidio que despierta la presencia de los mayores, incluyendo la de sus padres (28%), y el temor a la divulgación de sus datos personales (13%, cifra impresionante para este grupo).

Facebook sigue siendo entre ellos la mayor red social (78% cuentan con un perfil), seguido por YouTube (64%) y MySpace (41%). Por último: los que se quedan dedican la mitad del tiempo a los juegos que ahí encuentran. Nada de esto significa que Facebook vaya a dejar de crecer.

Juegan a su favor los “efectos de red” basados en la llamada “ley de Metcalfe”: el valor de una red es proporcional al cuadrado del número de sus nodos (en el caso de una red social, su valor crece a mayor velocidad de lo que podría indicar el crecimiento del número de personas conectadas).

No sirve de mucho enlazarse a una red pequeña, siempre nos inclinaremos por aquella que nos ofrezca la perspectiva de conectarnos con el mayor número de gente posible.

Dicho de manera más brutal: la diferencia entre una carretera y una red reside en que, en la primera, el exceso de usuarios acarrea embotellamientos, mientras que la segunda funciona mejor entre más gente la transite.

Pero tal suceso podría provocar un serio problema, de mayor envergadura que los inconvenientes que plantea. Google –que se propone ‘no hacer el mal’– produce más temor por su calibre que por sus acciones... discutibles –que no faltan.

El caso podría resultar más grave para Facebook dados sus intentos por centralizar toda la información posible y por su carencia de respeto al derecho de privacidad de sus usuarios. Las razones que preocupan a FB son a toda luz mayores.

Un motivo de particular inquietud para Zuckerberg proviene de que la luna de miel con sus nuevas conquistas es cada vez más corta. Recordemos que el tamaño de Microsoft empezó a intranquilizar tiempo después de que hubiera logrado una posición dominante.

Los artículos críticos a Google aparecieron cuando apenas se imponía. Resulta ahora que, más allá de lo que los analistas opinen, Facebook nos incomoda cuando se encuentra en pleno auge. El malestar podría contribuir a que perdiera velocidad. Lo bueno sería que impulsara nuestra conciencia digital crítica.

Links
mashable.com
liesdamnedliesstatistics.com
news.cnet.com
es.wikipedia.org
www.vincos.it
www.comscore.com

 
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Miles buscan en la web video de ‘Vele vele vele’

Posted by gvalverd on Jul 6, 2010 in Innovación, Publicidad, Redes Sociales, Sociedad

Está desde el pasado 15 de junio en el sitio YouTube.com de la web y cuenta con más de 40 mil visitas y un número similar de comentarios, unos a favor y otros en contra. Es el video de la canción A mí qué chu, del programa ‘Vele vele vele’, al aire los lunes, a las 21:00, por Gamatv.

“No porque no hayamos clasificado al Mundial no significa que no podamos cantar. Así que canten conmigo: Colombia, ¡ausente!; Perú, ¡ausente!; Bolivia, ¡ausente!...”, dice parte de A mí qué chu, interpretada por Jorge Luis del Hierro.

El tema parodia el Waka Waka de Shakira. Su letra la escribió Jalal Dubois, quien conduce ‘Vele vele vele’ con Rodrigo Padilla, y su música, con acordes de Waving Flag, la produjo Pablo Aguinaga. Con ellos Delfín Quishpe y el grupo Tomback.

http://www.youtube.com/watch?v=wb73mQjREIU

 
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Fito Paez: ‘Hay algo en la canción que nos toca a todos’

El Universo, 6 de julio 2010, EFE | MEDELLÍN, COLOMBIA.

Con el humo de un cigarrillo casi danzando entre sus siempre rebeldes rulos, el cantautor argentino Fito Páez admitió que su sensación al cantar es como “si te encontraran robando un banco”, una emoción que “calienta el corazón”.

Como si se tratara de aquel verso de su canción Flores en su entierro, en la que relataba que “le excitaba más robar un banco que el mayo de París”, Páez confesó que esa emoción al cantar “es un pequeño tesoro de la humanidad”.

En una rueda de prensa en el III Congreso Iberoamericano de Cultura de Medellín, que concluyó el domingo y donde actuó junto a los españoles Antonio Carmona y Rosario y los mexicanos Zoé, entre otros, el artista rosarino reflexionó acerca del futuro de la música con la irrupción de las nuevas tecnologías.

“Hay algo en la canción que nos toca a todos, que nos calienta el corazón. Cuando uno canta una canción da la sensación como si te encontraran robando un banco, sientes como si te descubrieran, y creo que ese sentimiento va a perdurar”, señaló el argentino.

“Hemos generado esa pequeña maquinita emocional de cinco minutos, que conmueve, y los temas que nos mueven son siempre los mismos. Eso va a seguir funcionando de una manera y otra, incluso ahora más por internet, que ha democratizado mucho la expresión”, agregó.

 Páez opinó que “posiblemente haya una explosión de ideas en la red” que aún no se conoce. “Estamos en el centro de un huracán tecnológico y emocional”, afirmó.

Acompañado en todo momento de un cigarrillo y en una actitud relajada y distendida, el cantante resumió que “en este sentido no hay nada nuevo bajo el sol, eso está bien”. “Creo que va a seguir funcionando”.

Páez aseguró no tener “ninguna carrera musical”. “No estoy corriendo contra nadie”.

“Me siento un hombre muy afortunado, que he estado en la hora indicada en el momento indicado”, reconoció el compositor, que opinó que “el error” es llamar artistas a los cantantes generados por laboratorio gracias al marketing y a los estudios de grabación.

Apuntó que es también esa democratización de la expresión gracias a la tecnología la que genera asimismo un “conflicto”, pues el público adquiere mayor protagonismo y desaparece la idea del cantante como “chamán”, esa “religiosidad que acompaña al concierto”, pero que al mismo tiempo se ha alcanzado “mayor diversidad, y eso es fabuloso”.

Así, el intérprete argentino apostó por impulsar la diversidad musical y destacó la relevancia del continente americano en este sentido. “América ha sido en el siglo XX una máquina de invención extraordinaria dentro de la música popular”. “Me siento un observador privilegiado de la música popular contemporánea americana”, dijo acerca de la influencia de estas en sus creaciones.

Éxitos musicales que, no obstante, Páez relacionó con su Rosario natal, que a finales del siglo pasado era “una ciudad portuaria cerrada”. “Creo que eso ha hecho que hayan salido tantos artistas ahí. Era la ausencia de paisaje, una ciudad muy cerrada y muy gris, pero que a la vez hacía que estuviéramos muy encendidos”, consideró.

Y antes de que se apagara, en este caso su cigarro, Páez instó a defender las especificidades ante la idea “delirante” de la globalización: “Es importante que no se pierda el toque, lo que te hace Medellín y no te hace la ciudad de al lado, lo que te hace Rosario y no te hace Santa Fe”, dijo el rosarino.

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