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  • Street View que parecía la tecnología más innovadora y cool de Google se ha convertido en un quebradero de cabeza para la compañía, que se ha visto inmersa en una investigación a nivel mundial. La imagen de un automóvil pequeño con una cámara colocada en un poste sobre el techo se ha convertido en un elemento más del paisaje urbano de más de 30 países. El servicio se ofrece como complemento de los mapas y callejeros de Google Maps, y permite la visita virtual de muchas ciudades a pie de calle mediante un sofisticado montaje fotográfico. Ésa es precisamente la misión de los citados automóviles, que se encargan de tomar imágenes de las calles y de las fachadas.

    La puesta en marcha del servicio alertó a diversas autoridades europeas de protección de datos, entre ellas la Agencia Española, que se pusieron en contacto con ejecutivos de Google para manifestarles su preocupación, ya que en las fotografías aparecían identificables matrículas y rostros de personas. A cambio recibieron la seguridad de que se iba a incorporar una tecnología que haría imposible la identificación de unas y otros. Y así ha sido.

    Como una mera investigación de rutina, el Gobierno alemán, país donde todavía se lleva a cabo el reconocimiento fotográfico, interpeló a mediados de abril a los responsables del portal acerca de la información recopilada por los coches. En un primer momento, los responsables de Google, a través de su blog, respondieron el 27 de abril que además de las fotografías y datos volumétricos de las fachadas, se recolectaba información sobre las conexiones Wi-Fi como apoyo de precisión a una nueva tecnología de posicionamiento geográfico que el portal estaba preparando para teléfonos móviles.

    Los datos recogidos consistían en el nombre de la red, o SSID, y la matrícula única de los routers Wi-Fi, conocida como MAC. Las autoridades alemanas reaccionaron con rapidez, preocupadas ante esa recolección inesperada de información, y el 11 de mayo solicitaron que se les entregara una copia de todos los datos recopilados.

    Tres días después, y tras algunas vacilaciones, los responsables de Google hicieron pública una actualización de su blog en la que confesaban que, tras examinar el proceso de captura de datos, habían descubierto que “por error”, junto con los datos identificativos de las redes Wi-Fi, habían estado recopilando inadvertidamente ráfagas del tráfico que se llevaba a cabo a través de aquellas redes que no estaban protegidas por clave. Además, intentaron quitar leña al asunto diciendo que dichos datos no se habían utilizado con ningún fin.

    Posted by tjbaidal @ 22:19

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