karla ma.

Una mañana fría de Junio, bajaba por Odeón mirando los escaparates.

El anuncio Rowling puso fin a más de una semana de rumores y especulaciones desatados por la aparición en la red de la misteriosa página principal del portal.

La nueva web, que también busca atraer a la nueva "generación digital", incluirá materiales inéditos sobre los personajes, y hasta algunos capítulos escritos especialmente por la autora para el proyecto, y permitirá a los internautas interactuar con la historias.

La última, 'Harry Potter y las reliquias de la muerte. Parte 2', llegará a los cines en julio.

El conductor pisa el acelerador a fondo. Al frente, una vía recta y despejada. No pasan dos minutos de recorrido cuando lo rebasa el primer tráiler. Su velocímetro lo desanima. El tráfico en el semáforo frente a la isla Trinitaria lo hace detenerse.
Es la Perimetral, de 43,2 kilómetros y que bordea la ciudad de sur a norte, construida en 1987 como una vía rápida. Pero que dejó de serlo en la mayoría de su extensión y registra unos ocho accidentes diarios.

Esto debido al crecimiento poblacional desordenado que se ha expandido notablemente por los alrededores de esta vía, después del fenómeno El Niño de 1998, cuando llegaron más de 200.000 personas de otras ciudades y provincias, sus moradores y la velocidad no pueden llegar a un acuerdo.

Desde enero hasta abril de este año se han registrado 1.062 accidentes, mientras que en el mismo periodo del 2010 fueron 1.004, según estadísticas de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), cifra que aumentó pese a la instalación de semáforos por parte del Municipio en las áreas con mayor número de incidentes. Esto, luego de que el 5 de septiembre del año pasado Alberto Hessmer arrolló y mató a 17 personas a la altura del ingreso a Pascuales.

En el transcurso del año pasado el total de percances ascendió a 3.197. Todos ellos divididos entre los tramos de esta vía. Los más conflictivos son donde se presenta un gran número de asentamientos poblacionales: desde el intercambiador de tráfico en la avenida 25 de Julio hasta el sector conocido como Tres Bocas y desde el viaducto de La Prosperina hasta la bifurcación con la avenida Francisco de Orellana.

Quienes corren más peligro son los niños que deben cruzar la Perimetral para asistir a escuelas y colegios.

A esto se suma el gran número de personas que utilizan buses para movilizarse y el irrespeto de los conductores a la Ley de Tránsito, tanto de choferes de transporte urbano e interprovincial, que reciben y dejan pasajeros en áreas prohibidas; de ciudadanos, que para llegar rápido a sus destinos exceden los límites de velocidad; y de los peatones, que cruzan sin esperar la señal de los semáforos.

A 143 asciende el total de personas atropelladas durante los cuatro primeros meses de este año, cantidad que preocupa a los moradores, aunque para algunos no es una novedad.

“Aquí se ven muertos a diario. Unos por culpa de algunas personas que se cruzan y otros, porque a los conductores no les importamos y aceleran”, dice Ismael Manzaba, de 43 años.

Los conductores le echan la culpa de los accidentes a los transeúntes y estos a que muchas veces no se respeta la velocidad permitida en las áreas habitadas, 40 km/h (pesados) y 60 km/h (livianos).

Mientras, el rechinar de las ruedas y los pitos agudos se mezclan con los anuncios que comerciantes hacen para ofertar sus bebidas, pasteles, empanadas y bollos, en sectores como Florida Norte, Casuarina e isla Trinitaria.

Aquí conviven miles de personajes que son parte de la cotidianidad de las vías urbanas y rurales. Tricimotos, tráileres, camiones, autos, buses, motos y peatones. Cada uno sintiendo más derecho que el otro sobre la calzada.

El recuerdo de algunos sobre una vía desolada se desvanece al observar los negocios de comida, cabinas telefónicas, materiales de construcción y mercados improvisados que –en las esquinas y sobre tierra– crearon sus habitantes para llevar algo de dinero a sus hogares, y que unos cuantos lo pierden en las galleras, billares y moteles que están a la vista de todos.

Los servicios básicos, como electricidad y alcantarillado, son considerados “un privilegio” en algunos de los asentamientos de la vía Perimetral.