Esta es la imagen que describe a Portovelo, una ciudad que brilla, no solo por su oro sino también por su gente.

Este imponente monumento forma parte del patrimonio de este cantón y es un agradecimiento a aquellos hombres que le dieron el valor histórico y la fama a este pueblo.

Es un elemento singular, que ha sido superficialmente estudiado, se encuentra registrado como un conjunto importante dentro de la época aborigen. En el lugar se divisa gran cantidad de muros de piedras de más de 2 kilómetros de longitud, monumentos líticos, terrazas, tolas caminos, cubiertos casi en su totalidad por matorrales y potreros. Si se remueve ligeramente la capa vegetal se pueden observar fragmentos de vasijas cerámicas.

Es una enorme piedra que sobrepasa los 50 metros de altura, cuya parte delantera termina en una gruta, donde se puede apreciar gran cantidad de Petrograbados, que representan a figuras zoomorfas como dantas, llamas, perros, lobos, zorros, culebras y otros; además de figuras antropomorfas; dos hombres muy estilizados que parecen defender y cuidar su rebaño.

El origen de la laguna es del río San Luis, a cuyo caudal se unen varias quebradas como la de Chepel, Trencilla, entre otras. Existe una leyenda que se cuenta cuando se la visita. Se dice que el en viernes santo se ha visto flotar una paila de oro en sus aguas la misma que se encuentra en la profundidad de la laguna.

La explotación minera intensiva en Portovelo se llevó a cabo a partir de 1880, año en el que llegó SADCO; la compañía que la explotaba. Dentro de los vestigios, podemos encontrar: el molino hidráulico, las maquinarias de la planta hidráulica, los aros guías en el río Amarillo.

Se encuentra ubicada en los límites de las parroquias Curtincápac y Salatí. Su agua es muy cristalina y abundante en temporada invernal, está cubierta de vegetación típica de la zona, es una fuente muy refrescante, ya que sus aguas provienen de las alturas de la montaña.

Ubicada en el Río Amarillo, recientemente fue restaurado su mirador y ubicadas las luces que se pueden apreciar en la imagen.

Entre la Gran Variedad de sus colecciones al interior encontramos: piedra, cerámica, metal, concha, armas y objetos coloniales y republicanos relacionados a la minería.

Los mineros y la población en general son devotos de la «Virgen del Consuelo», cada inicio de jornada se ponen en sus manos. Cuenta la historia que ya hace muchos años quedaron 3 hombres atrapados en una mina, llevaban varios días intentando rescatarlos pero los esfuerzos parecían ser inútiles, a los nueve días los encontraron sanos, sin hambre ni sed, explicaron que mientras estaban dentro de la mina, nuestra Señora los había alentado y consolado. De ahí proviene tanta fe y devoción a la «Patrona de los mineros».