Hablar sobre inflación puede sonar como un tema bastante trillado, la mayoría asume tener los conocimientos mínimos necesarios para enfrentar cualquier altercado o problema que pudiera desencadenar la inflación en cualquier sector o ámbito de las finanzas, pero la realidad es que las medidas que suelen tomar diversas pymes, lejos de ser una solución eficiente para enfrentar la inflación se convierten en más problemas para los otros sectores que deben enfrentar las consecuencias de malas prácticas profesionales por parte de inexpertos con malas bases e ideas.
Las pymes que siguen las reglas del sistema comercial y financiero se ven realmente afectadas por la inflación en el mercado, las diferentes variaciones y alzas en los costos, bienes, productos y servicios terminan por generar una constante fluctuación imposible de predecir y mucho menos de abordar solución alguna por parte de las pequeñas y medianas empresas. Realmente las pymes son susceptibles ante estos riesgos inminentes que genera la inflación, pues se trata de un desequilibrio que se ve reflejado en los costos de un importante porcentaje de los productos, bienes y servicios debido a la pérdida de poder adquisitivo que otorga el dinero.
Por supuesto cada elemento del sector productivo y comercial, se ve afectado de manera diferente, mientras las grandes empresas y entes autónomos de gran envergadura pueden sobrevivir con facilidad debido a la diversidad de rubros y elementos comerciales de los que disponen, las pymes difícilmente pueden enfrentar el desequilibrio y el monstruoso aumento de los servicios necesarios para operar eficientemente, por lo que este incremento fluctuante puede hacer que una empresa de gran tamaño la cual ofrece productos y servicios a las pymes crezcan en cuanto nivel productivo, pues la competencia tiende a mermar, al tiempo que las pequeñas empresas a las que surten aumentan sus gastos pero generan las mismas ganancias.
En el mejor de los casos algunas pymes lograran mantenerse a flote generando ganancias mínimas o nulas, sin presentar pérdidas importantes, esto les permitiría iniciar una nueva fase de operatividad, mientras que otro porcentaje enfrentará perdidas catastróficas que pudieran significar un declive total en sus finanzas lo que implicaría un cese total de sus operaciones y declararse en banca rota. Por supuesto esto dependerá mucho de la propia capacidad de la empresa y sus administradores, ya que la adecuada toma de decisiones en cuanto los inminentes riesgos dependen del capital humano y su correcta gestión.