LOS HECHICEROS

Como consecuencia de una guerra para librar a Krynn de toda magia, los hechiceros se volvieron altamente organizados y la magia se convirtió en algo celosamente guardado. Los hechiceros acostumbrados a la magia libre para todos en otros mundos sufrirían una fuerte impresión en Krynn.

En la Era de los Sueños, antes de que las estrellas estuvieran firmemente fijas en los cielos, los dioses de la magia caminaban por Krynn. Eran Solinari, Lunitari y Nuitari. Cada uno sentía amor por la magia, por el nuevo mundo de Krynn y por los seres-espíritus llamados estrellas.
Este tercer amor era sentido por todos los dioses, lo cual condujo a la Guerra de Todos los Santos. Los tres dioses de la magia no se unieron a las batallas, sino que en vez de ello decidieron orbitar el planeta. Pero sus ojos y sus corazones estaban muy atentos al destino de las estrellas. Durante la larga guerra, cada dios tuvo ocasión de recorrer Ansalon en busca de un seguidor mortal. Cada uno encontró una de esas criaturas y le otorgó las llaves de la Ciudadela Perdida, un sorprendente lugar de magia más allá de los círculos del Universo. Llevando a sus discípulos a la Ciudadela Perdida, los dioses le enseñaron los Tres Fundamentos de la Hechicería:

1.    Todos los hechiceros son hermanos en su orden. Todas las órdenes son hermanas en el poder.

2.    Los lugares de Alta Hechicería son mantenidos en común entre todas las órdenes, y ninguna hechicería debe ser usada allí de forma furiosa contra otros hechiceros.

3.    El mundo más allá de los muros de las torres puede conducir a hermano contra hermano y orden contra orden, pero así es como funciona el universo.

Devolviendo a sus aprendices a Krynn, los dioses de la magia establecieron las tres Órdenes de la Alta Hechicería. Solinari, dios de la magia Buena, fundó la Orden de los Túnicas Blancas; Lunitari, diosa de la magia Neutral, los Túnicas Rojas; y Nuitari, la magia Malvada, los Túnicas Negras.

Inicialmente, las Órdenes de Magia fueron grupos de hechiceros dispersos. Cuando la guerra con los dragones se hizo inevitable, los Maestros de cada orden se reunieron en la Ciudadela Perdida para proclamar la unidad de las órdenes.

.

La Prueba

Todo aquél que desea unirse a una Orden empieza su entrenamiento estudiando bajo un archimago, normalmente aprobado por el Cónclave. Los hechiceros de bajo nivel pueden practicar la magia libremente sin elegir aún la especialización. Con un poder más grande, sin embargo, llega una mayor responsabilidad. Aquellos que buscan el progreso más allá de los fundamentos de la magia deben viajar a la Torre de Wayreth. Allá, el joven hechicero declara la Túnica que piensa portar y jura lealtad a su Orden. Una vez pasado esto, el aprendiz debe pasar la Prueba, que mide las habilidades mágicas de un hechicero y dice cómo usará el aspirante las habilidades corrientes y futuras. Cada prueba de iniciado difiere, ya que está diseñada para medir fortalezas y debilidades. En todas las pruebas, el fracaso significa la muerte. Los hechiceros están menos interesados en la Túnica que portarán que en si usará o no el poder de la magia de una forma responsable.

En todas las versiones de la Prueba, el aspirante se enfrenta a tres pruebas de conocimiento y uso de la magia. Esas pruebas incluyen el lanzamiento de todos los conjuros que conoce el iniciado. Además, la Prueba incluye tres pruebas que no pueden ser resueltas sólo por la magia. Una de tales pruebas implica combate contra un aliado; otra incluye combate singular contra un oponente mucho más poderoso. La tercera prueba es siempre un misterio. Aquellos que intentan la Prueba pueden traer consigo compañeros, pero ocasionalmente éstos no regresan nunca.

Un hechicero puede cambiar de Orden después de efectuada la Prueba. En esos casos, sin embargo, el hechicero permanece durante un mes no afectado por la Luna de la nueva Orden.

Orden del Bien

Los sacerdotes de la Orden del Bien defienden y conservan la vida, protegen y promueven el bienestar de todos y sostienen un código de conducta que encarna los principios del Bien. Los sacerdotes del Bien trabajan para convencer a todo el mundo a que renuncie a las luchas egoístas y se dedique a realizar actos justos y misericordiosos para los demás y para los dioses. Aunque algunos piensan que este estricto código de conducta traba a los sacerdotes del Bien, los propios clérigos se sienten liberados por él.

La Orden del Bien es conducida por el Profeta Elegido, que tiene otros seis Profetas como ayudantes. El Profeta Elegido es un sacerdote de Paladine y los seis Profetas son los clérigos principales de los otros seis dioses del Bien. Sólo existe un Profeta Elegido en Krynn, y sólo existe un profeta por cada uno de los otros dioses del Bien. Otros sacerdotes pueden igualar o superar a esos líderes en experiencia, pero no ostentan el título ni los deberes a menos que sean seleccionados para el cargo.

Orden del Mal

Los sacerdotes de la Orden del Mal buscan dominar a los demás, tanto aquellos que están dentro de su orden como los que están fuera. Los sacerdotes del Mal no sienten interés en las personas a las que no pueden dominar o explotar. Y cualquiera que plantee una amenaza a un sacerdote del Mal deberá vigilar su espada.

Puesto que no se sienten refrenados por la ética, los sacerdotes de la Orden del Mal no dudarán en degollar a un hombre mientras huele una rosa si con ello tiene algo que ganar. Pero esos sacerdotes son malvados, no estúpidos. No van por ahí destruyendo todo lo que ven. Tales acciones conducen a los vigilantes y a linchamientos. Por otra parte, los planes arteros conducen al poder, a la riqueza y a la admiración de los dioses del Mal.

.

Orden de la Neutralidad

Los clérigos Neutrales intentan mantener un equilibrio constante entre el Bien y el Mal. Consideran a los sacerdotes del Bien idealistas y poco prácticos, y a los del Mal destructivos y traidores. Los clérigos de la Neutralidad, sin embargo, se aliarán con cualquiera de los dos lados cuando deban inclinar la balanza hacia una u otra parte.

Pese a todo, nunca luchan por el Bien o el Mal per se. De hecho, juran combatir ambos lados cuando el libre albedrío de la gente de Krynn se halla en juego. Además de luchar por la gente de Krynn, los sacerdotes neutrales luchan por la naturaleza. Los sacerdotes del Mal se deleitan destruyendo los bosques y los sacerdotes del Bien se deleitan en convertirlos en ciudades teocráticas. Los clérigos neutrales se oponen a ambas cosas.

Copyright © 2025 LA MAGIA Y LA BRUJERIA EXISTEN? All rights reserved. Theme by Laptop Geek.