• Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.

     

    Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:

    «Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?»,
    a lo que el hombre respondió: «Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas».

    El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas. 

    Volvió donde el sabio y le dijo: «Ya he terminado», 

    a lo que el sabio contestó: «Esa es la parte más fácil.
    Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste.
    Sal a la calle y búscalas». 

    El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna.

    Al volver, el hombre sabio le dijo:
    «Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste».

    «Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón».

    Posted by mianganc @ 10:18 am

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