• Necesitás: una pila de 1,5V, un cablecito, un tornillo para madera y un imán de Neodimio (es MUY importante que sea de Neodimio, otros NO FUNCIONAN). El procedimiento es muy sencillo.
    ¿Porqué funciona?

    Cuando tocas con el alambre el lado del imán, cierras un circuito eléctrico. La corriente fluye de la batería al tornillo a través del costado del imán. El campo magnético del imán se orienta a través de sus caras planas, así que es paralelo al tornillo. La corriente eléctrica atraviesa el imán desde el centro del imán al borde, así que fluye en la dirección radial, perpendicular al campo magnético.Puesto que el campo está a lo largo del eje de la simetría del imán y las cargas se están moviendo radialmente hacia fuera desde ese eje, la fuerza está en la dirección tangencial y así que el imán comienza a hacer girar.Este tipo de motor se llama homopolar porque nunca necesitas invertir la polaridad para que gire. Fue inventado en 1821 por Michael Faraday.

    Imágenes explicativas

                

  • Si está acostumbrado a ver a Saturno con sus brillantes y amplios anillos, obsérvelo ahora. La inclicación lo ha transformado en una solitaria, e irreconocible, bola de gas. Permanecerá así hasta enero de 2009.

     

    Dic. 22, 2008: Usted mira a través del telescopio. Parpadea. Sacude su cabeza y mira otra vez. El planeta que esperaba ver por el ocular no es el que verdaderamente esta allí. ¿Demasiado ponche de huevo?

    No, es sólo la loca inclinación navideña de Saturno.

    Durante todo el año, los anillos de Saturno han estado inclinándose hacia la Tierra y ahora se encuentran casi perfectamente horizontales. El ángulo de apertura es tan fino como una hoja de papel, apenas 0,8o. Vistos de costado, los anillos, que normalmente lucen anchos y brillantes, se han convertido en una línea de sombras que divide los dos hemisferios de Saturno –una escena de peculiar belleza.

    El astrónomo aficionado Efraín Morales Rivera, de Aguadilla, Puerto Rico, ha estado monitoreando a Saturno y ha creado la siguiente imagen compuesta para mostrar cómo ha cambiado su geometría:

    Los astrónomos llaman a este fenómeno «cruce de planos anulares». A medida que Saturno da vueltas alrededor del Sol, periódicamente (una vez cada 14 o 15 años) va inclinando sus anillos hacia la Tierra. Como los anillos son tan delgados, pueden desaparecer del campo visual de un telescopio casero. Justo en el momento del cruce, Saturno experimenta una asombrosa metamorfosis. El anillado planeta se transforma en una solitaria bola de gas, casi irreconocible: fotografía tomada por el telescopio Hubble.

    (Apunte histórico: Poco después de que Galileo descubriera los anillos de Saturno, en 1610, éstos desaparecieron precisamente de esa manera. Galileo no comprendió la naturaleza de los anillos y el acto de desaparición lo confundió enormemente. No obstante, su intuición relacionada con la física triunfó. «Ya volverán», predijo, y sin haber sabido nunca por qué, tuvo razón.)

    Sin embargo, todavía no estamos en ese punto. El ángulo de apertura no será exactamente 0o hasta el 4 de septiembre de 2009. Pero no se moleste en marcar su calendario. Saturno estará tan cerca del Sol que nadie podrá ver cómo se desvanecen sus anillos en un abrir y cerrar de ojos.

    El mejor momento para observarlos es ahora.

    El ángulo de apertura de 0,8o, en la Navidad de 2008, continuará siendo el ángulo mínimo durante cierto tiempo. En enero de 2009, los anillos comenzarán a abrirse de nuevo, una inversión pasajera causada por los movimientos orbitales de la Tierra y de Saturno. Ya cuando empiecen a desaparecer otra vez, en el verano de 2009, Saturno estará acercándose al Sol; mirar a través de un telescopio entonces será peligroso. El próximo cruce de planos anulares que se pueda observar fácilmente no ocurrirá sino hasta el año 2038.

  • El zagloso, con aspecto entre erizo y ornitorrinco, es de la familia de los monotremas y muy parecido al equidna.

    Nuevas especies animales y vegetales ha sido descubiertas en una remota jungla de Asía en la que aun no había llegado la mano del hombre.
    Este mundo perdido, un jardín del Edén, ha sido recientemente descubierto en las montañas Foja en Papua Nueva Guinea, y con él multitud de nuevas plantas y animales. Bruce Beehler, líder de la expedición, fue hasta allí el pasado diciembre después de 25 años de infructuosos intentos.
    Al parecer, allá no llega ninguna carretera o camino, y la expedición tuvo que llegar al lugar en helicóptero después de haber conseguido el esperado permiso del gobierno de Indonesia.
    Situado en las montañas de Foja esta región tiene unas 300.000 hectáreas de superficie y se encuentra a gran altura (pueden llegar a casi los 2200 metros sobre el nivel del mar) y una alta humedad. En este clima húmedo y fresco se han conservado especies que ya se creían extintas y han evolucionado otras nuevas que se están descubriendo ahora. Según los análisis preliminares de los datos ya se han descubierto unas 30 nuevas especies.
    Los investigadores permanecieron en el lugar sólo 15 días tomando datos y fotos. En ese lugar ignoto los animales nunca habían visto a un ser humano y no tenían miedo a los investigadores, por lo que su trabajo se vio facilitado.
    Los investigadores están todavía bajo una gran impresión por el hecho de haber estado en este paraíso, pues según sus palabras “A cualquier sitio donde mirábamos veíamos cosas maravillosas que ninguno de nosotros había visto jamás”. Según sus descripciones parecen haber sido más bien astronautas en un remoto planeta que naturalistas en el nuestro.

     

    Las Montañas Foja se encuentran Nueva Guinea Occidental. Foto: Stephen Richards.

     

    Aegotheles albertisi. Foto: Bruce Beehler.

     

    Esta ave del paraíso, caracterizada por poseer “seis cuerdas” saliendo de su cabeza, se le creía extinta hasta ser ahora redescubierta. Foto: Bruce Beehler.

  • Misterios de la lluvia y de la nieve

    Walter A. Petersen, NSSTC/UAH</i>
    Ilustración artística de un radar de precipitaciones ubicado en el espacio.
    Créditos: Walter A. Petersen, NSSTC/UAH


    Marzo 2, 2007: La gente ha vivido con lluvia y nieve por milenios y los científicos han estudiado el clima durante más de un siglo. Usted podría pensar que, después de transcurrido todo este tiempo, ya habríamos descifrado bastante bien la precipitación atmosférica. Y estaría usted equivocado.

    ‘Es sorprendente todo lo que desconocemos acerca de los patrones globales de la lluvia y la nieve’, comenta Walt Petersen, científico atmosférico del Centro Nacional de Ciencia Espacial y Tecnología (NSSTC, por sus siglas en inglés) y la Universidad de Alabama (UAH) en Huntsville.

    Por ejemplo, ¿cuánta nieve cae en el mundo diariamente – y dónde? ¿Qué cantidad de agua se precipita en la Tierra en forma de llovizna leve?

    ‘Estas son sólo algunas de las cuestiones pendientes’, señala. Darles contestación llenaría vacíos significativos en nuestro conocimiento del sistema climático de la Tierra. ¿Qué debemos hacer? “El mejor método para el estudio de las precipitaciones globales es desde el espacio”.

    Por tal razón, recientemente la NASA financió una serie de 59 proyectos de investigación que patrocina a través de su Misión de Medición de Precipitaciones actualmente en funcionamiento. Los estudios examinarán los métodos para mejorar las mediciones de lluvia y nieve desde la órbita de la Tierra. Petersen se encuentra entre los ganadores y una de las cuestiones que va a estudiar es la nieve:

    ‘La nieve es un problema enorme’, comenta Petersen. Resulta que es muy difícil hacer el cálculo de la cantidad de nevadas mediante radar. Calcular la cantidad de lluvia es más fácil porque siempre consta de simples gotitas llenas de líquido. Los ecos de radar provenientes de las nubes de lluvia pueden traducirse en porcentajes de precipitaciones con bastante precisión. Por ejemplo, un radar a bordo del satélite de la Misión de Medición de Precipitaciones Tropicales de la NASA (TRMM, por sus siglas en inglés) mide las precipitaciones mensuales con un margen de error de ±10%.

    Pero las precipitaciones heladas como la nieve son mucho más variables. Como es de todos conocido, no existen dos copos de nieve iguales. Las diferencias en tamaños, formas y densidades de cada copo de nieve significa que no caerán a la misma velocidad, complicando los trabajos de estimación de los porcentajes de las nevadas. Además, los copos de nieve tienen muchos ángulos peculiares y “superficies” planas, los cuales pueden producir ecos problemáticos en los radares.

  • Extrañas Órbitas Lunares

    Noviembre 6, 2006: Cerca del final de la misión Apolo 16, el 24 de abril de 1972, momentos antes de emprender el viaje de regreso a casa, los tres astronautas liberaron un último experimento científico: un pequeño «subsatélite» llamado PFS-2 que completaría una órbita alrededor de la Luna más o menos cada dos horas.

    Uniéndose a un primer subsatélite, el PFS-1, lanzado por los astronautas del Apolo 15 ocho meses atrás, el propósito del PFS-2 era medir las partículas cargadas y los campos magnéticos alrededor de la Luna, mientras ésta da vuelta alrededor de la Tierra. Las órbitas bajas de ambos subsatélites eran elipses con alturas de 89 a 122 km (55 a 76 millas) sobre la superficie lunar.

    Sin embargo, algo raro sucedió.

    La órbita del PFS-2 cambió rápidamente su forma y sus distancias a la Luna. En dos semanas y media el satélite fue cayendo a una espeluznante órbita que lo llevó a 10 km (6 millas) de la superficie lunar en su máxima aproximación. La órbita siguió cambiando, y así, el PFS-2 regresó a lo que parecía ser una distancia segura de 50 km (30 millas), pero no por mucho tiempo: inexorablemente la órbita del subsatélite lo llevaba de vuelta hacia la Luna, y el 29 de mayo de 1972 —sólo 35 días y 425 órbitas después de ser liberado— el PFS-2 se estrelló.

   

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